Psilicon Flesh – Psilicon Flesh: 30 años del debut de la banda de referencia de la escena underground nacional de los años 90

Ficha técnica

Publicado el 7 de marzo de 1994
Discográfica: Subterfuge Records
 
Componentes:
Rafa Jaramillo - Voz
Matías Coulon - Guitarra, coros
Tate Cascajero - Bajo, coros
Juanlu Blanco - Batería

Temas

1. Something to Bleed for (3:09)
2. Sea of Wish (2:37)
3. Godhell (4:56)
4. Crawl (5:10)
5. Superlickin' Machine (3:53)
6. Good Morning, Good Morning (1:47)
7. Brother (5:19)
8. The Evil Dead (13:24)

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En el fascinante universo musical, es innegable que durante mucho tiempo hemos permanecido a la sombra de gigantes como Estados Unidos e Inglaterra. La década de los 90, marcada por el auge del crossover y la fusión, no fue una excepción. Bandas como Red Hot Chili Peppers, Faith No More, Fishbone, Mr. Bungle, Primus, Urban Dance Squad y Living Colour, entre otras, dejaron su huella en una generación que buscaba algo más que la melancolía de Kurt Cobain y los lamentos de Layne Staley. Es innegable que la música internacional tuvo una gran influencia en la escena española. Bandas y géneros extranjeros, como el grunge proveniente de Seattle o el Britpop del Reino Unido, influyeron en la evolución de la música pop-rock en España.

La escena musical española de los años 90 fue un período vibrante y ecléctico que presenció una serie de cambios significativos en el panorama musical del país. En aquella época, la escena pop-rock nacional se caracterizó por la diversidad de estilos musicales. Mientras que el pop melódico y las baladas románticas seguían siendo populares, también emergieron nuevas corrientes como el rock alternativo, el Britpop, el grunge y el pop independiente. Surgieron bandas emblemáticas y ganaron (aún más) fama artistas que marcaron la década, incluso la anterior, como Héroes del Silencio, Los Secretos, Mecano, La Oreja de Van Gogh, Amaral y Los Ronaldos. Estos grupos contribuyeron a la definición de la identidad sonora de la época.

Se produjo un auge, como decía, del pop-rock independiente con la aparición de bandas como Los Planetas, Australian Blonde, Dover y Sr. Chinarro, que exploraron nuevas direcciones y desafiaron las convenciones musicales establecidas. La proliferación de festivales musicales y la organización de conciertos a gran escala contribuyeron al crecimiento y la visibilidad de la escena musical, especialmente la más independiente. Eventos como el Festival Internacional de Benicàssim (FIB) se convirtieron en referentes para la música en directo.

La década también presenció experimentación y fusión de estilos, con la incorporación de elementos electrónicos, flamenco o influencias étnicas en la música pop-rock. Esto reflejó una apertura a nuevas formas de expresión y una actitud más arriesgada por parte de algunos artistas. Además, la industria discográfica experimentó cambios significativos con la llegada de nuevos sellos independientes y la digitalización de la música. Esto influyó en la forma en que se producía, distribuía y consumía la música en España.

A raíz de esa «experimentación y fusión de estilos», en los años 90, la música crossover también llegó a España, fusionando elementos de rap con rock y metal. Esta fusión dio lugar a un sonido único que desafiaba las barreras musicales establecidas. Def Con Dos quizá fueron los pioneros. Sus letras provocadoras y su actitud contestataria heredada de las calles de Brooklyn los convirtieron en un referente del movimiento. Pero no fueron los únicos. Los también madrileños Hamlet, que acabarían por tomar una deriva más metalera, en sus inicios en la década de los 90, experimentaron con la fusión de elementos de rap en su música. Sus álbumes Sanatorio de muñecos (1994) y, sobre todo, Revolución 12.111 (1996), son testimonios de esta fase experimental. Con un enfoque más cercano al rap metal y con letras transgresoras, los sevillanos Narco destacaron por su actitud provocativa y su estilo irreverente. La lista es casi interminable…

Pero, además de estas bandas, que contribuyeron significativamente a la diversificación y experimentación en la escena musical española de los años 90, llevando el crossover a nuevos niveles de creatividad, y cuya influencia todavía perdura a día de hoy, existieron otras, cuatro para más señas que, si bien no llegaron a cotas masivas de éxito entre el gran público, sí supieron labrarse un nombre dentro de la escena más underground. Me refiero a Afraid to Speak in Public, Chococrispis, Groove Crew y, nuestros protagonistas de hoy, Psilicon Flesh.

Afraid to Speak in Public fue un cuarteto de Badalona que practicaba una música fusión con predominio del hardcore, mezclando funk, rap, blues, metal, ska, jazz y otros 73 estilos. Editaron tres discos en Liquid Records entre 1996 y 2001 y se reunieron en 2012 para celebrar el 20º Aniversario de la mitiquísima sala Garatge junto a Doctor Calypso, No More Lies y El Fantástico Hombre Bala. Chococrispis fue una banda valenciana que, tras unos inicios marcados por el death metal, técnico y experimental, al más puro estilo de bandas como Atheist, Cynic o Pestilence, se pasaron a la fusión unos años más tarde. Su trabajo más célebre es Love – Gastronomy, editado a través de Liquid Records en 1996, y compartieron escenario con bandas como Def Con Dos, Sôber o Sugarless (sí, la banda de Huecco). Groove Crew fue una banda de Barcelona que combinaba rock, funk, rap y metal con influencias de bandas como Red Hot Chili Peppers, Faith No More o Rage Against the Machine. Editaron un disco, también a través de Liquid Records, Puzzlegod (1998), y participaron en varios festivales como el Festimad o el Doctor Music.

Si bien en Catalunya Afraid to Speak in Public lo petaron bastante fuerte, especialmente tras la publicación de Showcase en 1995, la banda que más revuelo causó a nivel estatal quizá fue Psilicon Flesh. Con raíces que se hunden en las vibrantes calles de Madrid de los años 90, la banda emergió como una fuerza musical a inicios de la década, consolidando su presencia en la escena en septiembre de 1992. La formación original de la banda, encabezada por Rafa Jaramillo en la voz, Matías Coulón en la guitarra, Tate Cascajero en el bajo y Juanlu en la batería, sentó las bases de una propuesta sonora audaz, ecléctica y, me atrevería a decir, (casi) única.

Psilicon Flesh no es solo una banda de hardcore con dejes thrashers; es una entidad sonora que desafía las fronteras musicales. Su distintivo estilo fusiona las crudas energías de los ya citados estilos con la vitalidad del funk metal. Esta amalgama se ve complementada con destellos de rap, creando una mezcla contemporánea que se aventura más allá de las convenciones, aportando una frescura única a la escena musical.

La versatilidad de Psilicon Flesh se manifiesta en su habilidad para tejer intricados patrones de guitarra thrash mientras incorporan irresistibles grooves de lo más funky, generando una amalgama sónica que cautiva y sorprende a propios y extraños.

La discografía de la banda refleja su evolución creativa. Su primer trabajo, un mini álbum homónimo lanzado en vinilo en 1993, marcó el inicio de su travesía musical. Este álbum fue posteriormente remezclado y reeditado en formato CD en 1994, incluyendo dos gemas adicionales, «Brother» y «The Evil Dead». Otros álbumes notables, como Prime (1995), Recalcitrantes versiones magicómicas (1996) y Environmental (1998), revelan la progresión constante y la experimentación de la banda a lo largo de los años, si bien es cierto que a medida que iban creciendo como músicos fueron perdiendo algo de la frescura inicial tan presente en el cumpleañero de hoy, que a continuación paso a analizar brevemente.

El álbum se abre como una exhalación con «Something to Bleed for». Ritmos funky, riffs de lo más thrasheros y un intercambio vocal entre Rafa y Matías es lo más destacado, dando pistas de los derroteros por los que pueden circular el resto de pistas que están por llegar. Acto seguido, con «Sea of Wish» (qué gran inicio) la cosa baja de intensidad drásticamente, si bien, gracias a «Godhell», vamos recuperándola, con más pausa que prisa, poco a poco. Estos dos temas, junto con el que les sigue, «Crawl», marcan los minutos más calmados del trabajo.

A partir de «Superlickin’ Machine» la cosa vuelve a ponerse seria. El que es mi tema favorita de este trabajo va ganando en intensidad a medida que avanza el reloj, y a partir del minuto y medio, los ritmos más thrash vuelven a dejarse ver. Con un riff inicial casi calcado al anterior, los madrileños rinden homenaje a The Beatles a través de una ácida reinterpretación de su clásico «Good Morning, Good Morning».

Y así finalizaría este mini trabajo, pero como ya adelantaba más arriba, meses más tarde sería reeditado con dos temas más. El primero de estos, «Brother», es todo un temazo que tiene un rollazo thrash bastante épico, entremezclado con partes más cándidas. Gran trabajo de guitarra. Y con su particular homenaje al clásico de Sam Raimi, «The Evil Dead», llegamos al final de la forma más bizarra y cruda. Los ritmos funk asoman la cabeza entre lo que es todo un vendaval de puro hardcore. La canción, que apenas dura dos minutos, cuenta con una cola totalmente innecesaria de más de 10 minutos que se ve interrumpida al final por el célebre audio del filme en el que una poseída Linda, interpretada por la actriz Betsy Baker, le canta a Ash (Bruce Campbell) eso de:

«We’re gonna get you
Not another peep
Time to go to sleep»

Aunque se disolvió en 1999, su legado perdura como un testimonio de la creatividad en la música española. Su influencia trascendió géneros y límites, dejando una marca en la escena alternativa del país que, para much@s de nosotr@s, es imborrable. Bandas como Psilicon Flesh representan, como nadie, la audacia y la innovación de esa época que tantísimo añoramos.

Rubén de Haro
Sobre Rubén de Haro 530 Artículos
Tipo peculiar y entrañable criado a medio camino entre Seattle, Sunset Boulevard y las zonas más húmedas de Louisiana. Si coges un mapa, y si cuentas con ciertos conocimientos matemáticos, verás que el resultado es una zona indeterminada entre los estados de Wyoming, South Dakota y Nebraska. Una zona que, por cierto, no he visitado jamás en la vida. No soy nada de fiar y, aunque me gusta “casi todo lo rock/metal”, prefiero las Vans antes que las J'hayber.