The Afghan Whigs – Gentlemen (Especial 30º Aniversario)

Ficha técnica

Publicado el 5 de octubre de 1993
Discográfica: Elektra Records
 
Componentes:
Greg Dulli - Voz, guitarra
Rick McCollum - Guitarra
John Curley - Bajo
Steve Earle - Batería

Temas

1. If I Were Going (3:05)
2. Gentlemen (3:54)
3. Be Sweet (3:37)
4. Debonair (4:15)
5. When We Two Parted (5:47)
6. Fountain and Fairfax (4:21)
7. What Jail Is Like (3:30)
8. My Curse (5:45)
9. Now You Know (4:10)
10. I Keep Coming Back (4:52)
11. Brother Woodrow/Closing Prayer (5:40)

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Aunque lo viví de lleno y me lucré de él, aún no tengo claro si el grunge fue un decisivo movimiento cultural o una simple etiqueta para englobar y vender concertadas mercancías de diversa índole. Sí puedo certificar que bajo el amparo de dicho subgénero musical eclosionaron un buen puñado de grupos: fundamentales como Nirvana, Pearl Jam y Soundgarden; notables como The Smashing Pumpkins y Alice in Chains, pioneros reivindicados como Sonic Youth, Mudhoney y Dinosaur Jr.; efímeros como Temple of The Dog o Paw; discutibles como Hole, Bush o Stone Temple Pilots; y subestimados como Screaming Trees o los protagonistas de este artículo.

Cuando Gentlemen llegó por primera vez a mi tienda, hoy hace 30 otoños, editado por el sello Elektra y aquí distribuido por Warner/DRO, la clientela ya había asimilado aquella revolución sonora, a resultas de la enorme difusión en la mayoría de los medios de comunicación, incluso generalistas, de los singles de Nevermind (1991), Ten (1991) o Siamese Dream (1993). Pero, a pesar de que cada nuevo lanzamiento procedente de Seattle o con credenciales de la compañía independiente Sub Pop (la denominación que utilicé para indicar la cubeta donde se hallaban, en mi pasional negocio, los redondos de las bandas antes citadas) era presentado como el siguiente fruto a consumir masivamente, el quinto álbum (tres largos, Big Top Halloween (1988), Up in It (1990) y Congregation (1992), y el EP de versiones Uptown Avondale (1992)) del conjunto bautizado como The Afghan Whigs (según parece, un nombre inspirado en un club de motoristas afroamericanos de los años 70 que se declaraban pacifistas y musulmanes) no gozó de esta traicionera bendición.

Como ya expliqué en la previa de su concierto en la sala La [2] de Apolo en octubre de 2022, aquel cancionero, con el escueto título de Caballeros y envuelto con una insinuante foto de portada (más los créditos en un sticker pegado en el plástico), me atrapó al instante, empezando por la inquietante «If I Were Going», con un ruido similar al de un enjambre de abejas como colchón de fondo, y terminando con la instrumental “Brother Woodrow/Closing Prayer”, guiada por la violonchelista Barb Hunter, a modo de epílogo cinematográfico. Entre estos dos atinados episodios, el potente tema homónimo, la afilada «Be Sweet», la vigorosa «Debonair», la lánguida «When We Two Parted», la estridente “Fountain and Fairfax”, la desgarradora “What Jail Is Like”, la frágil “My Curse” (cantada por la vocalista del trío Scrawl, Marcy Mays), la intensa “Now You Know” y la fiel cover de Tyrone Davis, “I Keep Coming Back”, completan una trama arrogante y sórdida, realzada por una producción meticulosa e impecable, que transita a través del rock alternativo en boga y el soul (con pinceladas de funk) de antaño, en unos demasiado escasos 47 minutos.

Posteriormente, el cuarteto de Cincinnati, siempre liderado por el exigente Greg Dulli, grabaría los también esenciales Black Love (1996) y, mi otro disco predilecto, 1965 (1998), antes de su temporal disolución en 2001.