Stone Temple Pilots – Core: 30 años del nacimiento de la banda y de la leyenda de Scott Weiland

Ficha técnica

Publicado el 29 de septiembre de 1992
Discográfica: Atlantic Records
 
Componentes:
Scott Weiland - Voz
Dean DeLeo - Guitarra
Robert DeLeo - Bajo, coros
Eric Kretz - Batería

Temas

1. Dead & Bloated (5:10)
2. Sex Type Thing (3:38)
3. Wicked Garden (4:05)
4. No Memory (1:20)
5. Sin (6:05)
6. Naked Sunday (3:49)
7. Creep (5:33)
8. Piece of Pie (5:24)
9. Plush (5:14)
10. Wet My Bed (1:36)
11. Crackerman (3:14)
12. Where the River Goes (8:25)

Multimedia




Escucha y compra

Este disco en Amazon: Stone Temple Pilots – Core: 30 años del nacimiento de la banda y de la leyenda de Scott Weiland
Todos los discos de Stone Temple Pilots en Amazon


Hace apenas una semana que he decidido volver a escribir artículos; los últimos dos años me he mantenido ocupado haciendo el trabajo sucio en la sombra de la redacción de Science of Noise, alejado de los focos. Pues permitidme que os diga que creo que he decidido volver en el momento más adecuado, justo a tiempo para escribir esta reseña especial de uno de mis álbumes preferidos de los 90, el debut de una banda que marcó una época aún estando siempre a la sobra de los grandes pesos pesados del rock alternativo provenientes del noroeste norteamericano. El nacimiento de una banda que significaría el nacimiento del genio y figura de Scott Weiland, poseedor de una gran voz, carisma, presencia escénica y capacidad de composición.

Eran las primeras horas de la mañana del 3 de diciembre de 2015, primeras horas de la tarde en España, cuando mi mundo y el de millones de fans se detuvo. Dave Navarro dio la noticia de que Scott Weiland había sido encontrado muerto en su autobús de gira en pleno tour con su banda Scott Weiland & The Wildabouts. Todo se congeló y el tiempo se detuvo. Los únicos que no dejaban de moverse eran los corazones de millones de fans. Desde Velvet Revolver hasta sus proyectos experimentales en solitario, Weiland encarnó un espíritu que lo convirtió en uno de los líderes más prolíficos del rock y no hace falta decir que dejó su mayor huella al frente de nuestros protagonistas de hoy. Me estoy refiriendo, obviamente a Stone Temple Pilots, cuyo álbum debut cumple hoy 30 años de vida.

Surgidos en San Diego a principios de la década de los 90, Stone Temple Pilots fue una banda inmediatamente amada por los fans e inicialmente maltratada por la crítica especializada, que los veían como otros Pearl Jam que intentaban subirse a esa ola llamada grunge que tan rápido crecimiento tuvo entre los adolescentes y veinteañeros descontentos de la época. Su álbum debut, Core, fue lanzado el 29 de septiembre de 1992, y mientras celebramos el disco y el legado duradero de la banda el día que cumple 30 años, para comprender mejor el lugar de la banda en el mundo actual, debemos entender y aceptar que el el legado de Stone Temple Pilots está ligado al de Weiland, de la misma forma que el de Soundgarden lo está al de Chris Cornell y el de Alice in Chains, al de Layne Staley.

Core fue un disco monumental para la banda. Está certificado ocho veces Platino solo en los Estados Unidos y contiene algunos de sus mayores éxitos, incluidos «Sex Type Thing», «Wicked Garden», «Dead & Bloated», «Plush», «Creep» y mi favorita, «Crackerman». Se trata de un primer lanzamiento increíblemente fuerte y potente, y rápidamente lanzó a la banda a un nivel de estrellato que solo estaba reservado a los principales artistas de rock de la década, a esos que nombro unas líneas más arriba, entre otros. Sónicamente, si bien el álbum es sin duda el más influenciado por el grunge de los seis discos que componen la discografía de la banda, Core destaca al observar los años 90 desde un prisma diferente en comparación con gran parte de las bandas de grunge y rock alternativo de ese momento. Como adolescente que creció a caballo de las décadas de los 90 y los 2000, cuya adolescencia estaba impregnada por una banda sonora repleta de bandas de rock de los 90, apreciaba a Core por la ausencia de angustia en sus composiciones; aquí, la banda bebe más del rock de la década de los 70. En lugar de angustia, Core desprende mal humor, lo que le dio al disco un toque distintivo e inigualable para la época.

Si bien el álbum al que más se parece estilísticamente Core de la época sería el debut de Pearl Jam de 1991, Ten, Stone Temple Pilots no era una banda de grunge. Mientras que grupos como Alice in Chains, Nirvana y Soundgarden dominaban el sonido de Seattle con una mezcla de ricas melodías con tintes de punk o metal, y los artistas de Los Ángeles como Red Hot Chili Peppers y Jane’s Addiction lanzaban lo que podría describirse como un renacimiento del rock alternativo, Stone Temple Pilots forjaron su propia identidad que oscilaba entre los estilos de ambas ciudades. Como resultado, su sonido era sustancialmente diferente al de sus compañeros. Si Core demostró algo, fue que Stone Temple Pilots fue una banda que brilló cuando tocaba sucio y agresivo rock ‘n’ roll. «Sex Type Thing» es una canción implacablemente impulsada por la batería de Eric Kretz y el bajo de Robert DeLeo que se completa con la disonancia de la guitarra de Dean DeLeo. De manera similar, en «Wicked Garden» y «Crackerman» mandan los ritmos explosivos y guitarras crujientes que permitieron que Weiland no solo se elevara vocalmente, sino que bailara alrededor del escenario como si fuera una suerte de Mick Jagger, convirtiéndolo, hasta el día de hoy, en uno de los los líderes más cautivadores que haya visto jamás la música rock.

Hoy en día, 30 años más tarde, puedo afirmar con una enorme sonrisa dibujada en mi rostro, que escucho Core bastante a menudo, y esta joya no ha envejecido un ápice. Aunque obviamente es un producto claramente de los 90, no suena anticuado, y para tratarse de un debut, está bastante bien pulido y engrasado, algo que incluso algunos de los nombres más importantes de la década no logró capturar en sus primeros trabajos. «Creep», el tercer single que lanzaron, todavía se erige como una de las baladas más potentes de la década, mientras que la ambiental e inquietante «Wet My Bed» es claramente una indicación temprana de los demonios a los que Weiland se enfrentaría años más tarde. En contraste, tenemos esa punzante guitarra en canciones como «Plush» y «Sex Type Thing». La pista que abre el álbum, «Dead & Bloated», sigue siendo la más pesada de la banda y presenta un ritmo lento, casi sludge. Pero quizá, lo más inquietante de Core es el megáfono de Weiland que abre el disco:

«I am smelling like a rose that somebody gave me ‘cause I’m dead and bloated.»

Por todo ello, Core se erige como un disco interesante en su 30º Aniversario. Musicalmente, el álbum fue una versión creativa del hard rock de los 90 que impulsó a la banda a una posición en la que se convertirían en la inspiración por excelencia para los músicos de rock de las generaciones venideras. Casi todas las bandas de hard rock de la década del 2000 -e incluso las que se están formando en la actualidad-, le deben algo al legado de la banda que supo colisionar elementos suaves y contundentes de una manera perfecta e increíblemente única. Si no conoces a Stone Temple Pilots (you gotta be kiddin’ me…), Core sirve como una introducción excepcional a la banda y, humildemente creo, que es su mejor obra. Core fue el preludio de lo que estaba por venir y sería seguido por cuatro discos más casi impecables -especialmente Purple (1994)-, álbumes que no se podrían haber parido si no fuera por el inmenso éxito de Core.

Con el fallecimiento relativamente reciente de Weiland, celebrar el 30º Aniversario de Core es algo así como agridulce. El disco fue un triunfo definitivo y nos sirve a modo de recordatorio de la ausencia de Weiland en el clima musical actual y enfatiza la ferocidad demostrada por Stone Temple Pilots.

Rubén de Haro
Sobre Rubén de Haro 570 Artículos
Tipo peculiar y entrañable criado a medio camino entre Seattle, Sunset Boulevard y las zonas más húmedas de Louisiana. Si coges un mapa, y si cuentas con ciertos conocimientos matemáticos, verás que el resultado es una zona indeterminada entre los estados de Wyoming, South Dakota y Nebraska. Una zona que, por cierto, no he visitado jamás en la vida. No soy nada de fiar y, aunque me gusta “casi todo lo rock/metal”, prefiero las Vans antes que las J'hayber.