Crónica y fotos del concierto de The Detroit Cobras + Deadyard - Sala Upload (Barcelona), 20 de noviembre de 2019

The Detroit Cobras vencen pero no convencen en Barcelona

Datos del Concierto

Bandas:
The Detroit Cobras + Deadyard
 
Fecha: 20 de noviembre de 2019
Lugar: Sala Upload (Barcelona)
Promotora: SON Estrella Galicia
Asistencia aproximada: 200 personas

Fotos

Fotos por Mario Olmos

Comienza la crónica de un esperado concierto, pues las chicas de Detroit se han hecho esperar 15 años antes de aparecer otra vez por Barcelona. ¿Ha valido la pena la espera?

Deadyard

Empieza puntual. Salen a escena los chicos de Deadyard, banda barcelonesa de punk rock, dispuestos a comerse el escenario desde el minuto uno, y lo consiguen sobradamente con una descomunal actitud. Desde el primer momento se metieron al público en el bolsillo con una música y unas letras de un voltaje descomunal.

Uno a uno fueron cayendo los temas, con un frontman, que responde al nombre de Pablito Migraña, cada vez más entregado y rayando la psicodelia con sus movimientos, y con una banda que no son mera comparsa, jugando entre ellos. Destaca el bajista Rau, culpa de su Rickenbacker, que luce espectacular.

A la espera de la publicación de su primer LP (Armageddon It!, que verá la luz en unas semanas, durante el mes de enero), nos ofrecieron una decena de buenos temas, algunos de ellos del nuevo trabajo. A mi modesto entender, y a la espera de este nuevo trabajo, son el recambio -junto con The Lizards– que necesita el punk rock, ahora que se anuncia la retirada, tras 20 años de carrera, de la mítica banda también de Barcelona, The Capaces. Hay nivel, actitud y maestría de sobras.

The Detroit Cobras

Llega la hora, o eso nos pensábamos, de que aparecieran las chicas de The Detroit Cobras… pero no. Se hicieron esperar media hora. Salir media hora tarde a un escenario es una falta de respeto al publico, pero ellas son punkies, transgresoras, maleducadas, están de vuelta de todo y, sobre todo, pueden y quieren hacerlo. Digamos que Rachel tiene carácter.

El concierto comenzó con una Rachel apática, descentrada y desubicada, con problemas en sus monitores y con cara de qué fuck hago yo aquí. Comenzaron con un «You Don’t Knock» frío, muy frío, y nos temíamos lo peor, con evidentes problemas de sonido. Durante «Putty», uno de sus temas referentes, se hicieron aún más patentes los problemas. «¡Ay, Dios mío, que esto no remonta!». La banda por un lado, ella por otro. Mary se hacía con maestría del peso de las guitarras, pero estaba costando.

«Cha Cha Twist» sirvió para afinar. Se observa una mejoría evidente de sonido, lo que hace que Rachel se meta un poco más en el papel. Con «Midnite Blues» empezó otro concierto. Se la veía más suelta, una vez resueltos los primeros ajustes, a lo que el público se comienza a entregar. Mejora ostensiblemente.

Es con «Bad Girl» que entramos propiamente en harina. Aquí todo ya funciona. Entre Rachel, que se deja llevar y una Mary, ya más relajada, comienzan los cruces de miradas y esto ya es otra cosa. Caen temas míticos. «Just Can’t Please» desata la locura y por fin disfrutamos de The Detroit Cobras. Mary se me tira encima hasta hacerme caer (empiezan a pasarme cosas muy rarunas, creo que me acerco demasiado). Sacan a una chica del público a cantar con ellas, en plan bizarro. La chica está entre asustada y disfrutando, y Rachel comenta que no se sabe una fuckin’ canción, con un cubata entre las manos. Charlotea sobre lo bien que se lo está pasando y jalea al público. Ellos son actitud punk, irreverentes, es otra manera de hacer.

Después de una hora justa, muy muy muy justa, se despiden uno a uno los componentes de la banda. Acaban la noche después de una hora y diez minutos con la mítica «Shout».

Conclusión. ¿Valió la pena la espera? Sí, para los incondicionales de la banda, pues 15 años son muchos y nos hemos perdido conciertos memorables. Por desgracia, nos tocó uno para no recordar, pero no por ello malo. Es solo que le deja a uno un regusto agridulce, pero ellas son las Cobras… ¡¡y lo saben!!