Rage – XIII: 25 años de la cima de Peavy Wagner en etapa orquestal

Ficha técnica

Publicado el 23 de marzo de 1998
Discográfica: GUN Records
 
Componentes:
Peter "Peavy" Wagner - Voz, bajo
Spiros Efthimiadis - Guitarra
Sven Fischer - Guitarra
Chris Efthimiadis - Batería

Temas

1. Overture (1:57)
2. From the Cradle to the Grave (4:51)
3. Days of December (4:36)
4. Sign Of Heaven (4:17)
5. Incomplete (5:11)
6. Turn The Page (5:04)
7. Heartblood (6:21)
8. Over And Over (3:49)
9. In Vain (I Won't Go Down) (5:19)
10. Immortal Sin (5:28)
11. Paint It Black (4:34)
12. Just Alone (6:34)
13. Another Wasted Day (4:57)

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Qué maravilla de disco y qué clase y versatilidad demostraron los Rage de Peter “Peavy“ Wagner cuando se marcaron esta genial obra maestra orquestada. XIII es sensible, intenso, con clase, variado y totalmente sonando a Rage. El álbum avanza en sus trece campanadas y se marca 13 canciones, representadas por un reloj que marca las horas y en el que hay el logo del grupo y el de un instrumento de cuerda frotada, símbolo de lo clásico.

En este disco aparece un alguien que pasó a ser entonces una de las vigas momentáneas que tuvo Rage durante cierto tiempo: Christian Wolff, arreglista, teclista, productor y director de orquesta. Wolff ya había surgido en el maravilloso disco Lingua Mortis (1996) en el que adaptaban sus canciones a la música clásica junto a la sinfónica de Praga. Fue un éxito de crítica así que se decidieron a continuar con esa onda y componer música de nuevo cuño para una orquesta.

Recordemos que en esos días la formación de Rage era un cuarteto y es de las más recordadas de toda su historia, y eso que han tenido de varias de excepcionales. Los hermanos griegos Chris Efthimiadis a la batería y Spiros Efthimiadis a la guitarra, Sven Fischer y el propio “Peavy“ Wagner a la voz y el bajo. En esos días empezaba ya su líder a perder el look delgado y de larga melena y su voz también dejaba atrás los agudos. Poca gente ha hecho una adaptación vocal tan excelente y ningún grupo ha tenido tan variadas etapas y tan buenas como Rage.

El disco

La intro “Overture” y “From the Cradle to the Grave” son una absoluta maravilla y uno de los grandes clásicos del grupo. Es la simbiosis perfecta entre orquesta y un grupo de heavy metal. Todo converge a las mil maravillas creando algo único y pocas veces igualado. Hay muchas bandas que juegan con orquestas, pero casi ninguna consigue lo que Rage aquí, y este es el gran ejemplo de todos: es la canción más emblemática del disco.

Siguiendo con la excelencia hay que pararse en esa accesible y melódica “Days of December”, medio tiempo evocador orquestado con estribillo acelerado y potente, además de pegadizo. Se ha mantenido en directo, y no es para menos, pues a pesar de que es de lo más comercial que hayan grabado nunca, encaja a la perfección con lo que toca Rage en directo. Luego hay que detenerse en la suite melódica de tres piezas que da comienzo con “Sign of Heaven”, una canción realmente poderosa y lograda. El grupo demostraba estar en un momento absolutamente estelar.

Posteriormente está “Incomplete” que queda enlazada con el bello teclado de Wolff y la irrupción de los violines. Hay momentos en los que la orquesta tiene su protagonismo, pero se van cediendo turno, y cuando comparten espacio, no se pisan, algo que no siempre suele darse en este tipo de proyectos. Este tema vuelve a enamorar con un gran “Peavy“ a las voces y con la fuerte pegada de Chris Efthimiadis. Y “Turn the Page” es rutilante completando un inicio de disco soñado. Otra canción emblemática y otro ejemplo de combinación de dos mundos musicales.

“Heartblood” sorprende pues es un tema realmente contundente en un disco mayoritariamente melódico y orquestal. Incluye efectos de sonido que llegan, remotamente, a jugar de inicio con un “algo” industrial. De largo, una de las composiciones más conseguidas de la obra, y eso que hay muchas. Metálica de inicio, aunque melódica en su desarrolla resulta ser “Over and Over”, con otro estribillo para enmarcar.

“In Vain” fue el single en su momento. Un single que se editó en tres ediciones diferentes a la vez y que son un tesoro para todo coleccionista. Es una muy buena canción con un estribillo muy melódico y con unas orquestaciones que aquí quedan más sutiles, dejando que los instrumentos rockeros tengan más protagonismo, especialmente en el solo de Sven Fischer, muy logrado. Nunca hubiese elegido este single, la verdad sea dicha.

El punto más bajo del disco, si es que se puede hablar de punto bajo, es la versión de Rolling Stones, justo el “Paint It Black”. Es un tema excepcional y perfecto del cual toda versión suele patinar. Aquí está orquestada y ralentizada de tempo, quedando ampulosa y con aires doom, sin llegar a ello. De lo más intrascendente del disco. Con un didgeridoo y un gong se abre “Just Alone”. Es una balada bastante desnuda en la que “Peavy“ juega con tonos bastante altos para lo que es su registro cómodo. Tampoco la incluiría entre lo más notable de esta magna obra.

“Another Wasted Day” sí que es una gran canción, muy trabajada y completa, con un balance entre orquesta y electricidad casi perfecto en el que su mastermind vuelve a firmar una canción sobresaliente. Los oboés acompañan el verso y el puente es de lo mejor del disco. Puedes escuchar perfectamente el bajo rematando con otro estribillo impecable. Fue un extra en el digipack.

Veredicto

Uno de los mejores conciertos de la historia del Rock Fest fue cuando Rage vinieron con la orquesta y sorpresivamente se marcaron todo el XIII de pe a pa. Los que lo vivimos quedamos extasiados ya que el grupo demostró una enorme capacidad de adaptarse a sus temas más recónditos y escondidos. Y es que XIIIes una maravilla. Conozco gente que lo considera el mejor disco de Rage, pero no creo que sea el más representativo, por lo que lo descartaría.

La etapa orquestal de Rage siguió en pie, pero, como suele pasarle al grupo, las cosas cambiaron tras otro disco que pasó muy desapercibido y que un servidor considera una auténtica joya. La relación con Christian Wolff se agrió de una forma extrañísima y el propio “Peavy“ me dijo que Wolff se dedicaba a hacer techno. Y amigos… en esos días decir que un heavy se había pasado al techno era decirle lo más bajo e insultante posible al sujeto…

Jordi Tàrrega
Sobre Jordi Tàrrega 1368 Artículos
Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.