Canciones perfectas: «Embers Fire» de Paradise Lost

«Fuimos prácticamente el primer grupo que acuñó la expresión ‘metal gótico’, así que no tengo ningún problema con esa etiqueta. En realidad hemos hecho discos más góticos que Icon, pero si la gente quiere decir que resume algo, me parece bien. En aquella época también había black metal, thrash metal y todo el mundo quería describir qué tipo de cosa era, así que dijimos ‘Vale, tenemos elementos de The Sisters of Mercy en nuestra música, llamémoslo goth metal’. Estábamos mejorando como músicos y yo estaba mejorando como vocalista. Cuando eso ocurre quieres afinar lo que estás haciendo. También se trata de no querer estancarse o encasillarse en un lugar musical concreto. Hemos mantenido todo el rollo gótico a lo largo de nuestra carrera, pero queríamos hacer algo un poco diferente. En cuanto a las voces, se trataba en gran parte de gritar en tono, en lugar de gritar sin más; está bien cantar como Belcebú, pero tu voz puede tener problemas si tienes una gran gira.»

Nick Holmes expuso perfectamente la transición y el impacto de Icon (1993) en el metal de los noventa.

Hoy se celebran los 30 años de Icon, seguramente el disco más amado de Paradise Lost, que no el mejor por cierto. Pero si es verdad que tras tres décadas, Icon sigue teniendo el magnetismo de antaño. Sigue siendo un disco monumental, un disco que marcó el despegue final de los de Halifax abandonando los gruñidos y moldeando su dureza, nunca perdiéndola.

Todo se originó un año antes con Shades of God (1992), y más concretamente con “As I Die”. La canción que cierra el disco fue la primera semilla de Icon. Los guturales death de Nick Holmes se allanaron y empezaron a coger forma y melodía. Las atmósferas góticas y el juego de guitarras dista mucho de lo ejecutado en Gothic (1991). La guitarra solista de Gregor Mackintosh es hipnotizante como siempre en su fusión de barroco con metal gótico.

Pero todo ello aún tenía que mutar sustancialmente y en menos de un año llegó el cambio. Los guturales de Holmes desaparecen completamente y ahora su voz es un instrumento más. También es cierto que en muchos momentos se le ve perdido, como vertiendo su voz sin sentido sobre esas harmonías barrocas. El aún melenudo cantante necesitó de un tiempo para moldear y adaptar su voz a esta nueva dinámica de banda.

Icon fue el primer disco sin death metal. El gótico y el doom se fundían a placer detrás de esa convulsa imagen de portada que también recoge la tipografía de la banda usada ya hasta nuestros días. Este nuevo disco marcó el destino de la banda, los posicionó aún más en la cima de un subestilo que nacía con una fuerza inaudita.

Y todo arranca con “Embers Fire”, una de las canciones más perfectas de Paradise Lost. 4:44 minutos que dieron la entrada de un futuro brillante que aún no podían ni soñar. Si bien todo se originó con “As I Die”, todo cobró sentido con “Embers Fire”. La CANCIÓN.

«Embers Fire»

Abriendo de forma magistral Icon, “Embers Fire” es uno de los mejores arranques de la longeva carrera de Paradise Lost. Una clara muestra de intenciones, la primera piedra de una nueva etapa sin guturales, sin death metal. El renacimiento de una banda despojada de clichés y preparada para abordar un cambio que no sabían como sentiría a los acérrimos fans de la banda.

Pero sin ningún miedo arranca Icon con esta “Embers Fire” que rompió el mundo del metal en dos. Casi cinco minutos de placer musical, una canción que respira de esa fragancia oscura y pesada del doom pero adornada por la nueva “cálida” voz de un Holmes que, aún sin ser pletórico, lucha como nadie para adaptarse a un nuevo estilo.

Musicalmente la canción sigue con lo dejado en Shades of God, música pesada con elementos góticos y barrocos. Sobrecargada, con un riff grandioso y un solo magistral de Mackintosh. La producción de «Embers Fire» desempeña un papel crucial en la creación de un ambiente oscuro y atmosférico. Los efectos de sonido cuidadosamente elaborados y la instrumentación en capas añaden profundidad e intensidad a la canción, potenciando el impacto emocional general que transmite.

La canción arranca pausadamente de forma solemne, ceremonial, durante los primeros 30 segundos. Entonces entra la batería y paulatinamente nos introducen el riff de Greg. Un riff pesado pero agudo sobre el que Nick arroja sus voces enojadas.

En 1:45 arranca el estribillo que se basa en el mismo riff inicial de Greg pero con un redoble de tambores que aportan una intensidad extra. Tras ello, un pequeño pasaje instrumental donde la guitarra resuena sobre el resto. El puente, nos muestra un Holmes aún más enojado para regresar al estribillo, símil del primero, pero finalizado en un magnífico solo de estilo thrasher de Mackintosh.

Tras el solo, recuperamos otra vez el estribillo, esta vez finalizado con voces graves de un Holmes que susurra más allá de su enojo previo.

La letra

«A fallen time that’s bygone
A crude elite that’s from a distant zone
You turn a blind eye on what’s brave
You don’t know if It’s the truth you told

Anger looks on the quiet dreaming
Seals the sense incandescent ones

Hold back desire for danger
A bet you lose, you’ll have no way to turn
I see the man who lives and breathes corruption
Into a circle that you call you own

Don’t run away, from the pain, A claim that you deal with
A power game, from within, Impossible for you to see this

Laid down the laws of deceit
The ones who cherish are the ones who’ll go
Into the ashes of a tortured world
Only in mind’s eye can you see a light

Harmony break, dark awakes, in old eyes – the trouble, feel it
Here to stay, mark the way, improvise the judgment hearing

Anger looks on the quiet dreaming
Seals the scense incandescent ones

All remains of the glowing embers
Is a bleak cold irrelevance»

Y traducida…

«Un tiempo caído que ha pasado
Una élite cruda que es de una zona distante
Usted hace la vista gorda a lo que es «valiente»
No sabes si es la verdad que dijiste

La ira mira el sueño silencioso
Sella los sentidos incandescentes

Retenga el deseo de peligro
Una apuesta que pierdes, no tendrás manera de girar
Veo al hombre que vive y respira corrupción
En un círculo que llamas propio

No huyas, del dolor, un reclamo con el que lidias
Un juego de poder, desde dentro, imposible para que veas esto

Establecido las leyes del engaño
Los que aprecian son los que entrarán en las cenizas de un mundo torturado
Solo en el ojo de la mente puedes ver una luz

La armonía se rompe, se despierta oscura, en los ojos viejos:
el problema, siéntalo aquí para quedarse, marca el camino, improvisa la audiencia de juicio

La ira mira el sueño silencioso
Sella los sentidos incandescentes

Todos los restos de las brasas brillantes
Es una irrelevancia fría»

En cuanto al significado de las canciones, algo siempre visto desde un prisma totalmente personal, parece que Nick Holmes intenta sacar a la luz las sociedades secretas que manejan los hilos del mundo. Podemos interpretar la temática a partir de versos como «Una cruda élite que es de una zona distante”, «No sabes si es verdad lo que has contado» o «Un juego de poder, desde dentro, Imposible que lo veas».

La élites que manejan el mundo a su antojo al margen de los problemas de la gente mundana. En ningún momento alenta al oyente de rebelarse contra el sistema, simplemente clama contra estos gobernantes invisibles. Si estos juegos por el poder están ocurriendo realmente, están a puerta cerrada y es imposible para un simple hombre infiltrarse en la realidad. Se describe un mundo distópico en el que reinan la corrupción y el engaño, y en el que los poderosos han hecho la vista gorda ante las injusticias que asolan su sociedad.

Vista desde otra perspectiva, “Embers Fire” profundiza sobre las emociones humanas y las luchas a las que nos enfrentamos todos a lo largo de la vida. La lucha de un individuo atormentado luchando contra sus propios demonios.

Pero repito, al final es una opinión personal y nunca he leído que nadie de la banda opine sobre la temática real de “Embers Fire”.

Conclusión

Icon despertó a la bestia. “Embers Fire” supuso la ruptura parcial con su trayectoria y el inicio de un nuevo camino que llevaría a Paradise Lost a la cima. Sin duda, una de sus mejores canciones, quizás no mi preferida, pero a nivel técnico / temático, es una canción perfecta. A partir de entonces y puliendo lo que ya habían creado, la banda creó un puñado más de canciones perfectas dentro de discos de un nivel superlativo.

Por cierto, si queréis ver un punto de vista diferente al mío, os dejo aquí la reseña improbable que nuestra compañera Susana Masanés escribió hace un tiempo.

Beto Lagarda
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