Muse – Origin of Symmetry: 20 años del despegue de la última banda de estadios en el rock

Ficha técnica

Publicado el 18 de junio de 2001
Discográfica: Taste Media / Mushroom Records
 
Componentes:
Matthew Bellamy – Voz, guitarra, piano, teclados, piano Wurlitzer, órgano tubular
Chris Wolstenholme – Bajo, coros, vibráfono
Dominic Howars – Batería, percusión

Temas

1. New Born (6:01)
2. Bliss (4:12)
3. Space Dementia (6:20
4. Hyper Music 3:20
5. Plug in Baby 3:40)
6. Citizen Erased (7:19)
7. Micro Cuts (3:38)
8. Screenager (4:20)
9. Dark Shines (4:47)
10. Feeling Good (3:19)
11. Megalomania (4:38

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Mi relación con Muse empezó justo con este disco. Eran una banda absolutamente desconocida en estos lares y teníamos a un gran guitarrista en nuestra banda que les adoraba y nos introdujo en el mundo de Muse y de su anterior y genial Showbiz (1999). Mis primeras impresiones eran de modernidad absoluta, de actualizar el poso clásico y juntarlo con la libertad compositiva de Queen, lo alternativo de los 90, los viajes siderales de Tool, los falsetos imposibles y la tecnología que empezaba a dominar la escena musical. Pero seguía siendo rock.

Evidentemente ya se vio en su anterior Showbiz que el futuro para el grupo era más que evidente, pero aparte de las canciones, la inversión, los arreglos y el inmenso feeling que poseen los tres tocando juntos… hace falta algo, y eso es un genio: Don Matt Bellamy. Había un punto de megalomanía en él ya en esos días. Sus vestimentas, sus gustos por las posturitas… Tanto da, sabía de antemano que Muse iban a triunfar. Era sólo cuestión de tiempo.

El disco

Las grandes bandas de estadio necesitan de temas para llegar a lo más alto. Tienen que ser absolutamente rompedores, definir un estilo, aportar algo nuevo y que se te queden en la primera escucha. Todo esto lo consiguió este espectacular trío con “New Born”. Es una de las más grandes composiciones de su carrera. Ya no es el riff antológico, ni la maestría en la composición, o esa intro mítica, es que Matthew Bellamy utiliza las respiraciones como notas musicales y te demuestra que es un auténtico fuera de serie. Fue escuchar esta canción y caer rendido a sus pies por mucho que mis gustos musicales de esa época andaran muy lejos de lo que ofrecía Muse. Con esta canción ya puedes vislumbrar la leyenda y el estadio. Es colosal.

La cabalgata de grandes composiciones es amplia y ya en “Bliss” puedes percibir ese poso sideral y esos juegos de loops y falsetes imposibles. Qué pocos cantantes pueden llegar a transmitir tanto. El nivel vocal de este tema es para los elegidos. “Space Dementia” es un alegato clásico en el que lo alternativo marida a un nivel poco antes conocido. Esta composición es un viaje astral con Chopin tocando el piano. Teatralidad y final recargado y excesivo combinando lo clásico con lo sideral.

“Plug in Baby” es el tema más tocado por el grupo en directo y hay unos mimbres cercanos a Bach en el inicio, si bien los llevan a su terreno, con el presente bajo de Chris Wolstenholme. Una cadencia hipnótica y un desarrollo que parece inspirar en un himno tan evidente como es el “Never Walk Alone”. A ello súmale un estribillo para enmarcar y una ejecución rotunda coronada con los falsetes de Bellamy.

“Hyper Music” traslada el grunge de los 90 a una nueva dimensión, o si más no, al siglo XXI. El trío consigue aquí una composición menos recargada de orquestaciones y efectos y les marca un poco el camino hacia el éxito. Un poco se acerca a la fórmula que explotaría en su posterior disco. Excelente sonido de la batería de Dominic Howard en un corte algo intrincado de base rítmica, pero sumamente directo.

El apelativo alternativo de los 90 encaja en una de las canciones más especiales del disco: “Citizen Erased”. A veces no reparamos en los arreglos, pero hay allí un bello cuarteto de cuerda elevando el tema. Si buceas por Internet hay incluso imágenes de las grabaciones de los violines. Es onírica, excesiva y pomposa. Juego de intensidades y la pura evidencia que este grupo estaba a otro nivel. Hay también ese punto sideral y el solo de guitarra se acerca al metal. Ese final con una especie de grillos del espacio abre las puertas a “Micro Cuts”. Parece que Farinelli reviva para marcarse esos falsetes agudísimos en una base operística y distorsionada. Por temas como este es tan difícil de conseguir, o una banda tributo a Muse, o intentarles copiar como influencia.

Cambio de tercio en “Screenanger” con unas percusiones por parte de Howard que parecen salidas de Tom Waits. Balada oscura que muestra otra cara de la banda, que es capaz de sorprender en cada tema manteniendo un hilo estilístico conductor. En “Dark Shines” hay juegos con la bordonera de la caja de inicio para luego volver a estado de electricidad pomposa y espacial. Es un tramo del disco en el que la intensidad baja de forma ostensible. Aquí es teclado quien lleva la voz cantante en otro ejercicio original.

Sorprendente y fresca versión en “Feeling Good”, una canción de un musical de los 60. Compuesta por Leslie Bricusse y Anthony Newley consigue ese punto de feeling y clase. Matt saca un megáfono (lo hacía en directo) y el combo consigue un single rotundo. Al parecer Nestlé utilizó esta canción para un anuncio sin permiso y terminaron pagando una importante multa. Esta canción clásica es llevada al terreno del trío con sorprendentes resultados. “Megalomania” hace honor a su nombre condensando lo más pomposo y dándole una capa de pretenciosidad manifiesta. No sería un clásico, pero hay mucha de la genialidad del grupo desatada. Percusiones metálicas, bombos de orquesta, arreglos orquestales, órgano de iglesia…

Veredicto

Viví ese lanzamiento como algo maravilloso… Tenía en mis manos a una banda de estadios y a un genio en ciernes y lo compartía con determinadas amistades. No todo el mundo dentro del heavy metal podía llegar a paladear esta banda. A partir de su siguiente disco Muse explotaron y perdí mucho el interés en ellos pues ya eran para todos los públicos. Una estupidez sin duda…

El culto y comprometido Bellamy dio al artwork del disco una serie de bellos collages y la portada es sencillamente tan maravillosa como simple. Sus teorías alienígenas siempre me han parecido interesantes, pero si tengo que escoger una entrevista sobre visitantes del espacio exterior me quedo con el loco de John Cyriis (Agent Steele) -estuve realmente a punto de conseguirla-.

Mi interés por Muse es poco en la actualidad, si bien me queda verles en directo y meterme en su legado a partir del quinto disco. De todas formas, te gusten o no, Origin of Symmetry marca el inicio de siglo y considero que, con él, el rock y la música popular, dieron un paso adelante. Están preparando una reedición que promete del mismo disco para este mismo mes. Estaremos muy atentos.

Jordi Tàrrega
Sobre Jordi Tàrrega 1368 Artículos
Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.