Crónica y fotos del concierto de Crim + Batec - Cafè del Teatre (Lleida), 21 de abril de 2023

Crim encandila a sus incondicionales a pleno pulmón en Lleida

Datos del Concierto

Bandas:
Crim + Batec
 
Fecha: 21 de abril de 2023
Lugar: Cafè del Teatre (Lleida)
Promotora: HFMN Crew
Asistencia aproximada: 300 personas

Fotos

Fotos por Oriol Cárceles

Hace falta que me escarbe en la memoria para recordar semejante ambiente y sold out en el Cafè del Teatre de Lleida. Cuando los tarraconenses Crim anunciaron fecha en la ciudad se podía prever una buena entrada, pero ciertamente no hasta lo que ha acabado sucediendo. Y es que en relativamente poco tiempo agotaron el aforo y días más tarde se anunció un nuevo concierto, el día anterior, aprovechando que la sala estaba libre. ¿Qué importaba iniciar la fiesta un día antes? A buen seguro que ni las más optimistas previsiones podían prever lo sucedido, ya que se podía haber optado per un local mayor, que los hay, pero lo cierto es que no se genera la misma atmósfera que en un local lleno. Según lo que nos comentaron, el jueves no se agotó el papel pero poco faltó, así que pleno.

Lo cierto es que Crim está viviendo un momento dorado y muy dulce y tan solo con acercarse a la sala, ya se podía escuchar el rumor del personal charlando en el exterior con muy buen ambiente. Gentes venidas de todo el territorio de la plana de Lleida mayoritariamente, incluso de Aragón. Su legión de seguidores está aumentando exponencialmente, como ya demostró su sold out en Razzmatazz, y demuestra algo que parecía impensable.

En primer lugar, y a tenor del pelaje del personal que allí se congregaba, que el grupo ha conseguido algo que solo he visto en grupos como Soziedad Alkoholika, por ejemplo, que es llegar a gustar al público del rock, del punk e incluso a los fans del metal. Segundo, que sus seguidores son en gran parte mucho más jóvenes que la habitual media de edad que podemos encontrar en los conciertos de rock y metal; hay esperanza… Y tercero, que puede existir una escena de rock contundente cantado en catalán. El público lo acogería, es más, diría que hay falta de referentes, y Crim pueden ser uno de los abanderados.

Batec

Accediendo ya a la sala, el ambiente era inmejorable. Se notaban las ganas de pasarlo bien. Con un retraso respecto al horario previsto, se abrieron puertas un poco más tarde de lo habitual. Salieron a escena Batec, una banda a medio camino entre Barcelona y Lleida (Rubí y Almacelles, respectivamente) que con sus tres referencias discográficas siguen difundiendo el punk-rock combativo. Abrieron con «La tempesta» de su último EP Rebels de cor (2021), del que sonaron buena parte de sus temas. Desde el primer momento se vieron las ganas, especialmente del guitarra Nando, supongo por aquello de jugar en casa, en una buena oportunidad ante un número de público generoso. «Maquinària» de nuevo nos llevaba a su última referencia pero no dejaron de lado temas como «P.O.R» o «Enormes» de su Ara i sempre (2016). Tiempo de saludar al personal y animar a liarla y festejar la noche, y la verdad que con piezas como la más ska «Herència arrelada» costó poco que el personal saltara y se moviera.

«Un tros de vida crua» sigue manteniendo el tono festivo pero ya con los guitarrazos incesantes, así como «Marxa el sol» que nos ofrecen muestra de aquel Cicatrius de guerra del 2018. En este punto y para el tema «El problema ets tu», quién no ha pensado eso de alguna persona, cumplen con la tradición cada vez que la banda toca en tierras ilerdenses de que Uri, guitarra de Karbunko, se suba al escenario y la toque con ellos. No se ahorraron la reivindicación sobre que la música no sea un puro divertimento sino para reivindicar y transmitir mensajes para cambiar y conseguir cosas, antes de tocar «Llavors». La parte final la encararon con la fiera «Història de mentides», la mucho más tranquila «Abril», con unos coros que daban ganas de gritar, y cerraron su set con «Ara i sempre». Gustaron, divirtieron y le pusieron ganas. Tienen sus incondicionales y la verdad es que resultan más que apetecibles en directo.

Crim

Ya con la sala abarrotada y con ganas los presentes de ver a los del Serrallo, Crim anticipó su presencia con esa intro tan a lo Ghost que, conjuntamente con el telón que utilizan de fondo para esta gira, da más la sensación de estar ante la banda de Tobias Forge que ante una banda catalana. Saltaron a escena tal y como se abre su último Cançons de mort (2023), con «Vaig sense mans». Desde el primer momento lo tuvieron ganado con el personal cantando cada estribillo, más aún cuando se abordan temas pretéritos de su discografía como «Avui fa Bon dia» de aquel Blau sang, vermell cel de 2016. El trío inicial nos devolvió a su más reciente disco «Sense tu estic molt bé».

Un par de cosas me llamaron la atención. Una, la camiseta de Diamond Head que lucía el guitarra Quim, y es que a un metalero le sale de dentro el tema, es más, me comentaba un seguidor del grupo que ha sido visto en conciertos tipo Accept, así que a buen entendedor… Otra, el absolutamente atronador y contundente sonido que ofreció la banda desde el primer momento. La sala acostumbra a sonar bien pero hoy, además, nos tiraba para atrás. Uno, que ante tal cambio que decide acercarse a la mesa de sonido, se encuentra con que el habitual equipo de la sala ha sido sustituido por una imponente mesa digital Waves LV1 con el propio técnico del grupo. Si uno observaba el tema y en conversaciones posteriores se podía comprobar como el grupo ha traspasado al directo todo lo que se puede y deben utilizar en estudio. Tampoco es tan extraño hoy en día. Así pues, cada línea e instrumento tenía aplicados sus plugins correspondientes. Desde todo tipo de compresores (a las guitarras, por ejemplo, por impulsos), puertas de ruido, ecualización… un sinfín de procesamiento que hacía que sonaran prácticamente como en disco. Algún guitarrista presente hasta comentaba que lucieron una Rinckenbaker y que no sonaba como tal por el procesamiento aplicado. Opiniones habrá para todos los gustos; unos dirán que ciertamente se consigue un sonido más procesado y menos orgánico, y otros felices porque, no nos engañemos, sonaba muy bien y lo que más le pone al personal es escuchar los temas tal y como aparecen en los discos.

Evidentemente, presentaban Cançons de mort y vaya si sonaron temas. La muestra fue el siguiente trio que prácticamente enlazaron con «Vam riure tant», «Patrimoni mundial» y «Cançons de mort», y la gente cantando como loca… Contundencia con «La part preferida» y la dedicada a Leño con «Maneres de viure», mucho más festiva y que con tan solo iniciarse con la melodía de guitarra, provocó el típico «lololo». La verdad que entre los temas, Adri Bertran no podía dejar de agradecer lo que están viviendo. Este recibimiento, seguimiento y asistencia a los conciertos es algo nuevo e inesperado para el grupo. Llenar dos días la sala, el sold out en Razzmatazz al que también hizo referencia, marcan lo que para la banda es a buen seguro el mejor momento que han vivido. Nos desearon que no fuera un «Estiu de merda» y «Cavalls morts» diría que fue de las más coreadas con aquello de «Carregant un cavall mooooort». En este punto ya estaba todo más que caldeado y algún atrevido ya subía al escenario para dar un rápido paseo y tirarse sobre el personal, algo fácil en el Cafè del Teatre, ya que no hay valla alguna que separe al público del grupo y puedes tocar a los músicos solo alargando la mano. «Hivern etern» nos condujo al disco con el que se les empezó a tener en cuenta, Pare nostre que esteu a l’Infern (2018), y «Vaixells de paper», así como «Verí caducat» —con uno de los mejores solos del grupo para mí—, nos llevaron de nuevo a Blau sang, vermell cel. El set como tal se había acabado. Precisamente una de las cosas que más valoro al grupo es esa capacidad de mezclar un estilo típicamente punk con unos solos plenamente melódicos que incluso a veces gustaría al más furibundo de los heavys clásicos.

En los bises ya se desmelenó la cosa, con más gente subiendo a escena. Incluso Nando, guitarra de Batec, se tiró. Adri ofreció el micro al personal para cantar, cosa que nadie había dejado de hacer, tan solo girándolo hacia el público, pero el micro fue arrebatado del escenario para que la pasión en forma de vocalista ocasional de Crim se desatara en más de uno. Que más da que tocaran «Revolta de somriures», «Castells de sorra» o lo que fuera. El fin de fiesta fue completo.

El momento de forma y reconocimiento de Crim es óptimo. Veremos dónde les lleva eso musicalmente para seguir creciendo e incluso llegar a un mayor número de público, ayudando a que las corrientes imperantes actuales entre los jóvenes sean un poco más variopintas y el rock vuelva a tener un sitio entre ellos.

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Sobre Albert Perera 88 Artículos
Live After Death tuvo la culpa de todo y tantos años después aquí seguimos. Si hay algo que me gusta más que escuchar música es hablar sobre ella y difundirla... y en ello estamos durante más de dos décadas.