Canciones perfectas: «Head Like a Hole» de Nine Inch Nails

Pretty Hate Machine (1989) fue el primer disparo de Nine Inch Nails al mundo. O contra el mundo. La maquinaria industrial más perfecta puso allí su primer engranaje. El mundo asistía aún sin saberlo al nacimiento de una banda tan revolucionaria como calculadora. Tras tres iniciales (NIN evidentemente) se escondía un verdadero genio. Ese momento también fue el nacimiento de una leyenda.

Trent Reznor es NIN, NIN es Trent Reznor. Mente inquieta como ninguna. Perfeccionista insaciable. Ecléctico como nadie. Trent Reznor impulsó el sonido electro – industrial. Más que impulsarlo lo diseño. Posteriormente lo redefinió en The Downward Spiral (1994) y en The Fragile (1999). No se entendería la música de los noventa sin el papel fundamental de Trent en todo esto.

Música industrial

El sonido de Nine Inch Nails es lo que se entendía en 1989 como rock industrial. El rock que nació en parte de la cabeza de Jaz Coleman y sus Killing Joke que llevó su post-punk a unas cotas nunca vistas hasta el momento. El uso de guitarras abrasivas, distorsiones, percusiones repetitivas y voces rasgadas junto con el uso de teclados, sintetizadores y samplers fue la señal de despegue de un nuevo estilo.

Si bien es cierto que bandas como Ministry o Godflesh metalizaron la propuesta, nadie había mezclado la electrónica o incluso el formato del synthpop con el rock duro. Trent Reznor vio un filón, una zona deshabitada en la que sus dos inspiraciones se podían llegar a fusionar de una manera u otra.

Trent el multi-instrumentista

A los cinco años empezó clases de piano. Unos años más tarde aprendió a tocar la tuba y el saxo de forma autodidacta. La separación de sus padres encerró al pequeño Trent en un mundo particular en el que la música lo era todo. Lo era tanto que incluso vivía aislado de los otros niños, el joven chico no encontraba su lugar en el mundo.

Tras superar la secundaria, Trent estudió Ingeniería en Computación y música. Allí empezó también su carrera musical formando parte de diversas bandas universitarias. Y entonces empezó a trabajar en los estudios Right Track Studio como técnico de mantenimiento. Era tan aplicado en sus labores que el propietario de los estudios le permitía usar el estudio fuera de horas de trabajo para crear sus propias demos.

Pretty Hate Machine

De esas demos salieron todas las canciones de su disco debut (excepto una). En el estudio se dedicó a pasar noches aprendiendo a grabar e ingeniar nuevas cosas y trató de trabajar en cómo sonaba su voz. Trabajó intensamente en cada una de las canciones del disco (excepto una). Estudió todas las texturas siendo complejas y sombrías. Revisó cada canción hasta que el resultado era perfecto (excepto una).

«Head Like a Hole»

Y para desahogarse del duro trabajo realizado, Trent cogió su guitarra y en 15 minutos creó “Head Like a Hole”. Semanas estudiando cada canción para que sonara perfecta y en 15 minutos gestó un tema enorme. Evidentemente la rabia tomó el control. Pero vio el potencial de la canción y decidió incluirla en su disco como canción principal y lo lanzó como segundo sencillo del disco. Y entonces Nine Inch Nails explosionaron.

“El hecho de que haya producido esta gran reacción entre el público realmente me molestó porque no me había angustiado por ella”. Admitió Trent.

El single Head Like a Hole se lanzó a principios de 1990 y para muchos es el último gran himno de shock rock de los 80 gracias a versos como “I’d rather die than give you control” (Prefiero morir antes de darte el control), una frase lapidaria que bien podría ser atribuida a políticos o dictadores.

«Head Like a Hole» también fue el despertar de una nueva era, la revolución industrial musical arrancó al ritmo de los sintetizadores y los samplers de Trent Reznor.

Como toda su obra, esta canción supura NIN por cada rendija. Su música siempre ha sido desafiante. Incluso, para un tercero puede ser desagradable.

La canción cuenta con múltiples capas siempre con una tonalidad oscura, agónica. El ritmo “bailable” se mezcla con la caja de ritmos y unas crudas voces que agudizan la oscuridad melódica. La yuxtaposición entre la vitalidad y la repulsión dieron el poderío a NIN en 1989 y no lo ha perdido 30 años más tarde.

La música es precisa, mientras que las voces son imperfectas. Otra yuxtaposición que provoca un efecto de honestidad del “hombre versus máquina”.

Temática

Si bien es cierto que la canción se puede leer como una crítica enorme a las clases dominantes y las clases políticas, Trent declaró que era apolítico. El inicio de la Guerra del Golfo unos meses más tardes sirvió de anillo al dedo para poder enfocar la canción hacia algo tangible. La canción resultó ser la protesta perfecta para la guerra. Curiosamente, tres décadas después, esta canción es el himno de la resistencia en la era Trump.

Por otro lado, la canción logró catapultar a Trent como un ícono sexual del mundo más gótico de los 90 gracias a versos como “nail me up against the wall” (clavadme contra la pared).

Opinión del autor

Si bien hay muchas canciones de Nine Inch Nails que son perfectas en todos los sentidos, el poderío de la canción menos calculada de su carrera lleva a la perfección es soberbio. Si tuviera que escoger la canción que mejor define el rock / metal industrial, me quedaría con esta sin ningún tipo de duda.

Beto Lagarda
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