5+1 versiones que mejoran la original (y que vais a matarnos por decirlo) según… Science of Noise

La historia del heavy metal está repleta de clásicos. Himnos inigualables que se han coreado generación tras generación y que centenares de miles de aficionados al género se conocen al dedillo: como suenan, los tonos de cada instrumento, qué viene en cada momento… son obras intocables que tienen un rinconcito en el corazón de cualquier metalero que se precie. Pues bien, en un ataque de anti trvismo sin precedentes, hoy hemos decidido exponernos a un montón de improperios y comentar aquellas canciones que, aún siendo clásicos, nos parece que han sido mejoradas por otros artistas que en muchos casos ni tan siquiera se parecen mucho al original. Y no lo hacemos por trolear, ojo, que es verdad que lo pensamos en serio.

 

«No More Mr. Nice Guy» por Aleix Besolí

Original: Alice Cooper
Cover: Megadeth
Álbum: No More Mr. Nice Guy (1989)

En 1973 el maestro del shock rock Alice Cooper publicaba su disco Billion Dollar Babies que llegó a ser número uno tanto en el Reino Unido como en Estados Unidos. El single con más éxito del disco, “No More Mr. Nice Guy”, se ha convertido en uno de los temas icónicos del artista y ha llegado a salir en varias series, películas y videojuegos. La letra está inspirada en la reacción que tuvieron su familia y amigos ante los chocantes números de sus espectáculos en vivo.

Pues bien, es posible que Dave Mustaine viviera una experiencia parecida, porqué en 1989 Megadeth versionaron “No More Mr. Nice Guy” para ser incluida en la película de terror Shocker de Wes Craven. Subieron las revoluciones como hacían habitualmente en sus covers y le dieron un aire más agresivo, lo que encaja mejor con la temática de la canción que en la original, que suena más despreocupada y feliz. También añadieron un solo de guitarra a toda velocidad después del segundo estribillo que le añade aún más energía.

Lanzaron también un videoclip muy ochentero con imágenes de la película intercaladas con las de un Mustaine bastante pasado de rosca. Según cuenta la leyenda, iba tan colocado que no era capaz de tocar la guitarra y cantar a la vez, así que tuvieron que grabar la voz y la guitarra en tomas separadas. Este tema fue posteriormente incluido en los recopilatorios Hidden Treasures (1995) y Warchest (2007), junto a las versiones de “Problems” de Sex Pistols y “Paranoid” de Black Sabbath.


«Black Sabbath» por Albert Vila

Original: Black Sabbath
Cover: Type O Negative
Álbum: Nativity in Black (1994)

En las discusiones internas previas a la publicación de este top, alguien comentó que todas las rendiciones que aparecen en Nativity in Black son mejores que las originales. Black Sabbath son los padres de todo esto y fueron capaces de hacer lo que hicieron hace cincuenta años, así que yo no llegaría a decir tanto, pero está claro que ese disco fue el tributo definitivo tanto por la época en el que apareció, por los nombres que participaban y por la calidad de las pistas que aparecen. Hace unos meses ya lo analicé con todo detalle en motivo de su XXVº Aniversario, y a pesar que las versiones de bandas en su cúspide inspiracional como Biohazard, Megadeth, Sepultura o Cathedral me parecen excepcionales (y, probablemente, merecedoras también de tener su propio hueco en este artículo), para mí hay una que destaca insultantemente por encima de todas las demás.

Y es que si el tema que lleva el nombre de la mítica banda británica ya es tenebroso, inquietante y misterioso de por sí, la personal interpretación que hicieron Peter Steele y sus compañeros multiplica todos esos adjetivos por mucho. Con una gravedad exagerada, la inclusión de múltiples ruiditos y vocecitas escalofriantes, la cercanía de la inconfundible, severa y turbadora voz de Peter (cuya saliva y suspiros podemos apreciar con total nitidez) y, por encima de todo, con la amenazadora y explícita adición de ese «Ave Satanas» que ocupa un estribillo originalmente vacío de lírica, Type O Negative se marcaron una versión única y rebosante de personalidad que, en mi opinión, mejora la original en casi todos los aspectos tangibles e intangibles y se convirtió inmediatamente en una de las poquísimas canciones que he escuchado que llegó a darme hasta miedo (y a la historieta de la ouija que explico en ese artículo homenaje a Nativity in Black me remito).

Aunque albergo el máximo respeto por la figura de Peter y por la música y la carrera de los venerados Type O Negative, he de decir que personalmente nunca he profundizado demasiado en la carrera de los neoyorquinos. Y es que a pesar de haberlo intentado profusamente tanto con Bloody Kisses como con October Rust, la verdad es que nunca acabé de conectar del todo con ellos. Algo extraño teniendo en cuenta que mi carta de presentación a su música fue precisamente este tema, y a mí me dejó patidifuso desde el primer día que la escuché. Otro granito de arena en el inmenso legado que el grandullón bajista y vocalista nos dejó para la posteridad.


«Evil Invaders» por Robert Garcia

Original: Razor
Cover: Hypocrisy
Álbum: The Final Chapter (1997)

Este fue el primer disco de Hypocrisy que escuché entero y quedé atrapado desde el primer momento. La variedad de la que siempre han hecho gala sin repetir patrones me ha parecido genial y ya con su siguiente disco su magia se apoderó totalmente de mi. Tras estos primeros contactos investigué sobre sus trabajos anteriores y también descubrí grandes joyas, algunas más experimentales, otras más old school pero en definitiva muy buenos trabajos.

Cuando eres un jovenzuelo no te preocupas tanto de los detalles y debo confesar que a primeras instancias no sabía que esa canción era una versión. Me chocaba que fuese tan distinta al resto pero yo la cantaba a pleno pulmón siempre que me era posible. Fue al cabo del tiempo que supe que era de un grupo canadiense llamado Razor de una canción de su segundo disco que lleva por título el de esta misma canción y que practican una buena mezcla de speed metal con thrash. Escuché la original y me parece que Hypocrisy le mete más maldad con esas voces desquiciadas del bueno de Peter. Y bien, 12 años desde la grabación original se notan a nivel de producción y de todo el sonido en general. Pero no se puede negar la clara influencia de estos clásicos en infinidad de otros grupos. Incluso el otro día me encontré que los Under the Church también tienen una versión en un split de 2017. Las cosas que son buenas lo seguirán siendo aún con el paso incesante del tiempo.

Al principio de proponer este top no lo tenía muy claro pero a la que uno se pone a investigar pues te sale una lista bastante extensa pero tampoco me quiero enrollar, así que voy a nombrar otra más para que conste en acta. Esta es «Symptom of the Universe» de Black Sabbath pero la versión cañera que hicieron Sepultura con toda esa magia de los años 90 en una canción originaria de 1975. Recuerdo cuando escuché la original y me quedé a cuadros, no por ser mala, todo lo contrario, pero el influjo de metal extremo que los hermanos Cavalera le imprimieron es sencillamente brillante.


«Guardians» por Xavi Prat

Original: Helloween
Cover: Rhapsody
Álbum: The Keepers of Jericho (2000)

Coger una canción que mole y tocarla tal cual está bien, pero es muy fácil. Yo mismo lo hice tocando en diferentes grupos. Pero ¿es realmente una versión? Yo creo que no, que es un poco de cara dura. Para mí una versión, aún guardando la esencia de la original, debe llevarse al terreno de la banda versioneadora, y eso es ya más difícil de conseguir. Hay grupos, muchos, que lo han conseguido, como por ejemplo Sonata Arctica que, de una balada como es “Still Loving You” (The Scorpions), hace un tema netamente powermetalero a doble bombo, o Graveworm y el “Fear of the Dark” de Iron Maiden. A eso le veo mérito y tienen mi aplauso. Pero la ovación se la lleva quien es capaz de mejorar una canción de otro compositor.

Dicho esto, pongo encima de la mesa a Rhapsody (por entonces nada de fuegos ni leches) y la versión que hicieron del “Guardians” de Helloween en aquellos inefables The Keepers of Jericho (2000), dos discos con versiones generalmente aterradoras de las calabazas que sacó Arise en aquella época dorada de los discos tributo. Para que quede claro y no se me tiren al cuello, adoro Helloween. Todo lo que se ha escrito de ellos en Science of Noise lleva mi firma, el concierto que más he esperado y más me ha emocionado en la vida fue en diciembre de 2017 y, por si fuera poco, llevo una calabaza con cuerpo de boxeador tatuado en la pierna. Mis credenciales, espero, estén fuera. ¿Por qué digo esto? Pues porque he escuchado muchas versiones de Helloween, y prácticamente todas son una cagarruta. Además de los mencionados Keepers of Jericho, tengo un tributo hecho por bandas rusas y cantadas en ruso, otro brasileño y mogollón de bandas han rendido pleitesía a los maestros del estilo, con el resultado ya dicho: un mojón como un castillo. Excepto tres versiones: “I’m Alive” por, curiosamente, Luca Turilli, “We Got the Right” por Soulspell y nuestra protagonista. No escojo la de Luca porque no supera a la original, y entre las otras dos, creo que los italianos tienen más de su esencia en la versión que los brasileños, aunque la batalla está muy reñida.

La original es cruda, violenta para lo que es el estilo, muy en la onda (obviamente) del Walls of Jericho (1985) en el que sobresale el bajo de Markus. Rhapsody coge el testigo de forma magistral, un poco alejados de su (cansino) estilo pero sin perder su esencia, manteniendo una velocidad endiablada pero añadiendo una melodía, en todas las facetas de la canción, que le viene fenomenal y va más acorde con la letra del tema. Los teclados de Staropoli le dan un ambiente tremendo durante los casi 4:30 minutos que dura, especialmente en el estribillo, sublime. El bajo no desmerece al de Grosskopff y Luca sigue siendo un maestro de las seis cuerdas, tanto en la rítmica como solista. Si es que hasta Lione parece un cantante decente (aunque claro, aquí “lucha” contra Hansen). Suena a Helloween. Suena a Rhapsody (a los no cansinos). Pasamos de un buen tema a un temón que en su día, y 20 años después, me sigue enganchando. No lo suelo decir demasiado porque me aburren, pero olé por los italianos.


«Holy Diver» por Albert Vila

Original: Dio
Cover: Killswitch Engage
Álbum: As Daylight Dies (2006)

No os penséis que a mí «Holy Diver» no me guste, más bien todo lo contrario. Tanto este himno inmortal del heavy metal como muchos otros clásicos de Dio como «Rainbow in the Dark», «Stand Up and Shout», «The Last in Line» o «We Rock» me encantan y, de hecho, los tengo en alta estima a pesar de haber aprendido a apreciarlos relativamente tarde. Quizás por eso, sinceramente, fui el primero en sorprenderme de la pedazo de rendición espectacular que se marcaron los americanos Killswitch Engage a mediados de los dosmiles. Sé que la original es un mito y muchos os escandalizaréis de que considere que la versión de unos modernillos como KSE es mejor, pero para mí éste es el ejemplo perfecto de lo que creo que este top de hoy debe significar.

Como buenos fans del trabajo y de la figura del pequeño Ronnie James, las huestes del gigantón Adam Dutkiewitz fueron capaces de llevar «Holy Diver» a su terreno con una naturalidad insultante y un respeto absoluto a la original. La voz grave y elegante de Howard Jones no puede ser más distinta a la de Dio pero parece encajar como un guante tanto en sus pasajes limpios como en los guturales. La adaptación de los riffs y la inclusión de algunos detalles y arreglos a nivel de guitarra y de batería son sencillamente deliciosos, el espíritu es irresistiblemente motivante y, si eso fuera ni tan siquiera posible, diría que se trata de un tema tanto o más épico que la original. El propio Dio le dio su visto bueno y su indiscutible calidad la ha convertido en una de las canciones más populares de Killswitch Engage y en objeto de aplauso casi unánime de la comunidad metalera.

Mención especial merece el hilarante videoclip que la acompaña. Se trata de una especie de parodia algo vaga del vídeo original publicado por Ronnie James Dio en 1983 (una pieza icónica sí, pero con profusión de aspectos algo risibles y, definitivamente, muy parodiables), y con él los americanos se marcaron una de las mini películas musicales más divertidas y recordadas de la década (cosa que contribuyó lo suyo, me imagino, al éxito posterior que tuvo la canción). Ciertamente bastante menos cutre (y con bastante mayor presupuesto) que el original, este videoclip no tiene ni un segundo de desperdicio tanto los momentos en los que la banda está tocando rebosante de actitud como, sobre todo, cuando cada uno de sus miembros se convierte en un carácter de la historia, con especial mención por el barbudo rey comilón y, por supuesto, por la deliciosamente bella y fogosa princesa interpretada por Adam Dutkiewitz.

Por cierto, que Killswitch Engage grabaron este tema para incluirlo en un recopilatorio de celebración de los 25 años de la revista Kerrang! (a ver si cuando nosotros hagamos 25 años también podemos marcarnos algo así….), y en principio no tenían pensado ni tan siquiera escoger «Holy Diver». Pero al final decidieron hacerla en detrimento de «We Rock» y, probablemente ante su propia sorpresa, llegaron a amasar un exitazo tremendo, alcanzando la posición número doce de las listas de éxitos americanas y haciéndose un hueco en no sé qué edición del Guitar Hero. Una de las grandes versiones metaleras contemporáneas que, por supuesto, no podía faltar en este artículo.


«Twilight of the Thunder God» por Aleix Besolí

Original: Amon Amarth
Cover: Sabaton
Álbum: Carolus Rex (2012)

Normalmente, cuando una banda de metal hace una versión, busca darle más potencia a la canción original aumentando la velocidad, bajando la afinación, o con una voz más agresiva. En este caso tenemos un ejemplo de lo contrario, ya que es realmente jodido sonar más brutal que Amon Amarth.

La nueva gran banda del heavy-power metal Sabaton, versionó a los titanes del death metal melódico en la edición limitada de su sexto disco Carolus Rex (2012). Se trata de un disco conceptual sobre el Imperio Sueco y su caída, pero incluyeron tres bonus tracks  en la edición especial. Los teclados y la voz de Joakim Brodén le añaden una melodía y una épica que hace el tema menos monótono, sobre todo en el estribillo, que destaca con fuerza y es mucho más recordable en esta versión.

En el puente tenemos la colaboración de Peter Tägtgren, líder de Hypocrisy y productor habitual de Sabaton. Los guturales y el posterior solo de guitarra són obra suya, así como la producción del disco. Lo único que se echa en falta es el grito del principio. En la original, el gran Johan Hegg desgarra su voz en un inicio apoteósico.

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