W.A.S.P.: 40 años de provocación (su historia y legado)

Fotografía: Manu Damea

“La chica estaba de rodillas haciendo como que no quería hacerlo, pero en realidad sí que quería. Y Chris, borracho, le dijo a la chica: ‘Don’t cry, just suck’ (…) La gente a veces me pregunta: ¿De dónde sacas estos títulos para las canciones? Y yo les respondo: ‘Hey tío, eso es un día en la vida de W.A.S.P.‘.” (Blackie Lawless)

Con ellos llegó el escándalo. Son una de las bandas básicas del shock rock y ya en el momento de su debut dispararon con bala, levantando ampollas en los Estados Unidos de la era Reagan y consiguiendo uno de los looks más impactantes y provocadores. Sus letras, su mismo nombre, sus directos con sangre, fuego, chicas desnudas, sierras y cuchillos, hicieron de ellos esa banda peligrosa por la que todo adolescente de la época sentiría atracción inmediata.

Evidentemente obtendrían una posición altísima dentro de la famosa lista de la organización del comité PMRC, que les situaba como una de esas formaciones que pervertían a las juventudes americanas. Blackie Lawless y Chris Holmes serían en los 80 unos tipos realmente duros, inquietantes y peligrosos, y su leyenda la mantendrían siempre, a pesar de que el grupo ha tenido algunas etapas muy oscuras y de decadencia absoluta.

Cada gira realizada había ido acompañada de un directo muy trabajado y provocador, y en lo musical cuentan con una gran discografía y muchos himnos imperecederos de los 80. A pesar de los cambios de formación el grupo lleva unos años en los que ha recuperado gran parte de su credibilidad. Sus conciertos vuelven a ser excitantes y sus discos de estudio aportan nuevos clásicos, pero como pudimos ver en esta última gira el precio para conseguir algo de credibilidad implica shows cortos y ayudas tecnológicas.

Trayectoria

Los inicios de la banda se remontan a 1978 cuando el grupo empieza bajo el nombre de Sister ya con Blackie Lawless como cantante. En los tiempos de Sister el grupo gozaba de cierta fama en el underground ofreciendo unos directos sangrientos y llenos de excesos. Eso haría que el entonces manager de Iron Maiden se acercara a California para ver si las leyendas contadas desde el otro lado del Atlántico eran ciertas.

Capitol Records se lleva el gato al agua y consigue contratarlos. Ya con el nombre de W.A.S.P. sacan su primer disco. Pero sería un parto difícil… De entrada, las siglas WASP eran consideradas una provocación hacia la sociedad americana. W.A.S.P. siempre ha sido considerado una abreviatura de White, Anglo-Saxon, Protestantism, en castellano: Blanco, Anglo-Sajón y Protestante, que definirían al norteamericano tipo. Ellos le dieron la vuelta y atacarían con We Are Sexual Perverts, traducido: “Somos unos pervertidos sexuales”.

Hay muchas teorías sobre qué quieren decir las siglas, pero parece ser que este significado salió impreso en el primer tiraje de vinilos de ese disco. Pero no contentos con ello, titularían su álbum como “WASP” y sacarían el single “I Fuck Like a Beast”, que traducido es: “Yo follo como una bestia”. Con semejante lindeza en la portada acompañando ese sencillo, le añadieron una foto de lo más explícita, consiguieron que Capitol no les editara el single en Estados Unidos.

En Europa pensaron en sacarlo con una bolsa de plástico tapando la portada y una pegatina advirtiendo del contenido. Finalmente, la gente de Capitol se lo repensó y decidió que mejor no sacar semejante single en Europa. Entonces entraría el sello Music for Nations en escena, que sí se atrevería a sacarlo con la portada original. El plástico, a pesar de las trabas, fue un éxito y consiguió entrar en las listas americanas.

Y es que, señalar ese vinilo como peligroso y prohibirlo suele ejercer el efecto contrario. Temas con títulos tan explícitos como “Máquina del amor”, “De rodillas” o “La tortura nunca acaba” son tan gráficos como ofensivos. Posiblemente los mayores himnos que grabarían W.A.S.P. pertenecen a ese disco, y curiosamente, la censurada “I Fuck Like a Beast” está entre ellos. A lo largo de la historia del grupo Blackie ha ido alternando el bajo y la guitarra rítmica dependiendo de la formación, muy cambiante en Wasp. Ya en las primeras de cambio vemos que su batería original abandona la formación y recala en W.A.S.P. Steven Riley de Keel, que terminaría considerado por muchos “el batería” de W.A.S.P..

El grupo saca en 1985 otro gran disco, “The Last Command”, que confirma su buen momento y les permite incluso llegar a girar con Kiss. Ese LP contenía el singleBlind in Texas” basado en la película La matanza de Texas. El grupo volvería a sufrir cambios y el guitarrista Randy Piper les abandonaba. Es tras ese álbum cuando estalla la polémica del PMRC y un equipo de congresistas, senadores y agrupaciones se dedican a señalar con el dedo a las bandas que pervierten a la juventud americana. Incluso confeccionan listas y les llevan a los tribunales.

El heavy metal obviamente sería su blanco favorito, pero tampoco escaparía gente como Madonna o John Lennon y empezaría a hacerse popular esa moda de buscar mensajes ocultos escuchando vinilos al revés. Todo aquello terminaría con la famosa pegatina de: “Parental Advisory: Explicit Lyrics” (Aviso a los padres, letras explícitas). Esa polémica les conformaría más fama de peligrosos y haría que nuevos fans indagaran en ese grupo maldito y peligroso.

Pero las consecuencias que provocaría esa demanda, liderada por Tipper Gore, esposa del senador Al Gore (sí, el hombre que ganó el premio Nobel de la paz y autor del film Una verdad incómoda) comportarían ciertos quebraderos de cabeza al grupo. Al ser blanco de pervertir a las juventudes pasarían a estar en el punto de mira de muchos grupos de ultraderecha. La banda recibió numerosas amenazas de bomba a la hora de realizar conciertos, y Blackie llegó a ser tiroteado dos veces en sendos atentados, pero los terroristas no consiguieron abatirle.

Contarían las amenazas de muerte por cientos e incluso grupos ecologistas y protectores de los animales también les darían caza. “Radio macuto” empezó a generar mil historias sobre W.A.S.P., la mayoría infundadas, y la de que pisaban pollitos vivos en el escenario sería una de tantas. Finalmente, W.A.S.P. ganarían el juicio contra el PMRC y la organización pagaría por violar los derechos de autor.

Su siguiente obra se tituló Inside the Electric Circus, y es un disco considerado algo inferior a los anteriores. De hecho, el propio Lawless llegaría a escribir en las notas de la reedición que “era un disco cansado realizado por una banda cansada”. Así que lo mejor era tomarse algo de tiempo y no ir con prisas a la hora de sacar nuevo material.

El año 1987 el grupo graba un LP para la banda sonora de Ghoulies 2, película de bajo presupuesto y que muestra unas simpáticas criaturas que intentan emular a los Gremlins, pero algo más asquerosas y gamberras. El tema sería “Screm Until You Like It”, o sea: “Grita hasta que te guste”. También grabarían un directo, considerado un clásico ese mismo año: Live… in the Raw. Steve Riley abandonaba W.A.S.P. para enrolarse en los emergentes hard rockeros L.A. Guns.

Las cosas mejorarían notablemente con The Headless Children, posiblemente una de sus obras más maduras y creativas. No incluían en él ninguna referencia sexual y sí mucha más crítica social (sólo hay que echar un vistazo a la brillante portada). El disco iría acompañado de unas ventas muy elevadas y entraría incluso en las listas americanas. Incluirían en él la versión de “The Real Me” de los Who y la balada “Forever Free”, a la que un servidor siempre le ha notado que suena sospechosamente a “The Wizard” de Uriah Heep, formación a la que ya versionaron en sus inicios.

El disco viene a avisarnos de que la humanidad ha perdido la cabeza. Holmes abandona el grupo tras el disco “en busca de diversión”, como decía el entonces esposo de la diva Lita Ford. Pero la fama de Blackie incluso le llega a brindar la oportunidad de llegar a ser el actor que interpretaría al T-1000 de la película Terminator 2. Finalmente se quedaría el papel el actor Robert Patrick. Parece ser que al verlo Arnold Schwarzenegger dijo de Lawless que “era demasiado alto”. Y lo es “negrito sin ley” es un coloso.

En 1992 aparece el excepcional disco The Idol, una obra conceptual en la que Lawless daba un importante giro a su carrera, y hay que considerarlo casi como un disco en solitario. Si salió bajo el nombre de W.A.S.P. fue porque la compañía discográfica sabía que obtendría muchas más ventas. Compuesto todo por él, ya sin Holmes y sin ninguno de los clásicos miembros de los inicios, Lawless compone un disco en el que abundan las baladas y los medios tiempos, pero que posee temas rockeros y netamente heavies. Es una historia madurada durante tres años, basada en la ascensión y caída de un músico y está basada en vivencias personales y en su propia infancia. Muchos de sus fans consideran ese disco como el mejor de toda su discografía.

Still Not Black Enough aparece en 1995 y ya da algunas muestras de fatiga compositiva. Hay cortes muy similares, pero consigue salvar los muebles con alguna composición notable muy cercana al rock ‘n’ roll clásico y a altas revoluciones como “Rock and Roll to Death”. Empezaba aquí la decadencia del grupo pues las ventas no acompañaban y el grunge y las bandas de Seattle ya mandaban desde principios de la década. Ese disco mostraba una cara muy introspectiva y algo oscura pero no llegaría a las cotas de calidad de sus anteriores obras.

Había que dar un volantazo a la carrera de W.A.S.P., y el as que Lawless guardaba en la manga era obvio: Chris Holmes. Desgraciadamente la formación, y más en concreto Lawless, se verían influenciada por los ritmos maquinales de las discotecas y los plasmarían en el arriesgadísimo Kill, Fuck, Die. Ese álbum está considerado como el mayor despiste del grupo, pero mantuvo los elementos provocativos. Traducido es “Mata, folla y muere”.

El siguiente, Helldorado, volvería a retomar el sonido rockero de antaño, pero tampoco conseguiría dirigirse hacia la buena senda. Fueron tiempos en los que Lawless no podía mantener el nivel vocal en directo y en el que utilizaban samplers para los coros. La sombra del playback se cernió sobre ellos y las críticas se acrecentarían debido a que el resto de la banda tampoco estaba a la altura. Grabarían en ese periodo dos directos y un DVD, Double Live Assassins y “The Sting”. El DVD de The Sting sería grabado con cámaras experimentales y el resultado no sería del agrado de Lawless. Decir que “Sting” sería picadura-aguijonazo, y es que en el fondo la traducción de W.A.S.P. es avispa.

Tiempos oscuros

Hubo tiempos oscuros y de debacle en los que sus directos apenas llegaban a la hora de duración y Holmes se mostraba impredecible. Eso conllevó la huida del guitarrista, tras otro disco fallido Unholy Terror. Piper y Holmes formarían Animal, un nombre con clara referencia a Wasp.  La década del 2000 no mejoraría las cosas pues The Neon God y Dying for the World apenas consiguieron gran repercusión. Este último se inspiraría en todo lo concerniente a los atentados del 11-S.

Encontramos el renacer del grupo con Dominator (2007) y Babylon (2009), ya con Demolition Records, discos en los que Lawless vuelve a ser visitado por las musas y es capaz de a firmar himnos como antaño. “Heaven’s Hung in Black” es la mejor muestra de ello. La banda vuelve a reformarse y consigue una formación más que competente, incluso llegan a hacer coros en vivo sin necesidad de samplers.

Sus directos son otra vez intensos a pesar de que ya no hay ese componente teatral y shock rock de antaño. Incluso realizaron una sorprendente y exitosa gira en 2007 en la que llegaron a tocar todo el The Crimson Idol en directo con el montaje escénico original. Se cumplían 15 años de la publicación de ese disco. De hecho, la primera década del siglo XXI ha hecho que muchas bandas realicen giras tocando todo un disco clásico en el mismo orden en el que fueron grabados los temas.

El protagonismo de la música centró entonces sus directos como se pudo ver en shows como Wacken 2010 y en el Sonisphere de ese mismo año en Getafe. Parecía pues que W.A.S.P. habían enderezado su carrera, pero el paso de los años es importante para estas viejas leyendas de los 80. He podido ver a Blackie Lawless en directo hasta 12 veces, muchas veces en festivales y desde 2001 la tónica ha sido la de tener un set-list fijo en el que difícilmente hay cambios, shows cortos y tocar los últimos de la noche y en el escenario principal, ya con todo el pescado vendido, con poca luz, sonido funcional y que la parroquia cante los clásicos y disfrute sin fijarse en los detalles. Las giras de sala las han cuidado más como esa en la que tocaron todo el The Idol, aunque con estribillos siempre enlatados y con un Blackie que apenas hablaba ni interactuaba con el público.

Su directo

En sus inicios el grupo mostraba a un Lawless semidesnudo que contaba con un equipo completo de tortura en el escenario. Era habitual en ellos unos pantalones que dejaban el culo al aire (también utilizado en los primerizos London). También utilizaba el habitual truco de lanzar carne animal cruda desde la escena, algo recurrente, sí, pero a principios de los 80 era sumamente chocante y provocador, a la par que asqueroso.

Uno de los símbolos de W.A.S.P. es el habitual manillar de moto fijado en el centro del escenario. Es como uno de esos columpios de parque infantil en el que los niños se columpian de un lado a otro fijado en un muelle. La instalación de dicho artefacto les ha causado más de un problema y ha conllevado muchas cancelaciones. A pesar de lo sencillo del truco, nadie lo había hecho y es espectacular ver a Lawless subido en el manillar, verle balancearse e incluso agarrarse a él con las piernas mientras toca su guitarra o bajo.

Hubo una cancelación de concierto realmente sonada en Asturias (a mediados de los 90) en la que el público llegó a enfurecerse de tal modo que los disturbios terminaron con vallas volando y con el público robando parte del equipo de la sala. El grupo siempre ha vestido trajes glam, llegando a vestirse con rayas de tigre (portada de Inside the Electric Circus). En otras épocas han vestido maillots abiertos, dejando poco a la imaginación, pinturas de guerra y maquillaje, largas plataformas y peinados crepados.

También es habitual ver a Blackie con unas sierras dentadas circulares en los puños, obviamente son de plástico pues los cortes podrían ser peligrosos. El uso del fuego y la sangre les ha acompañado siempre. En los inicios del show solían prender fuego al enorme logo de W.A.S.P.. La sangre utilizada en sus directos siempre era falsa. En la gira de Helldorado Blackie bebía de una calavera y quedaba empapado con ella. Después la lanzaba al público. Puedo corroborar que esa sangre espesa es conseguida con azúcar similar al de las piruletas, pero en estado líquido.

Otro de los números habituales era el de sacar a una chica desnuda de cintura para arriba y dejarla atada a una cruz. La chica siempre estaba encapuchada. A finales de los 90 y principios de la década del 2000 Blackie y los suyos estaban de capa caída e idearon un show bastante provocador. Lo veríamos en la gira de Kill, Fuck, Die. Los televisores que flanqueaban la escena emitían videos porno duro y aparecía en el escenario una chica disfrazada de monja. Blackie hacía ver que la violaba con un cuchillo a modo de falo, y cuando sacaba “la herramienta”, le quedaba empalado un bebé ensangrentado. En otros casos llegó a hacerlo con la chica disfrazada de Britney Spears. La chica prodigio fue un habitual blanco de las bandas de shock rock pues Alice Cooper también la ejecutaría en escena con Calico (su hija), caracterizada de la autora de “Ooops, I Did It Again”. Paseó ese show en muchos festivales y las críticas fueron bastante duras con la banda. Tras la gira de Helldorado irían abandonando la parte más teatral centrándose más en la música.

La actualidad

He podido ver a Blackie Lawless en directo hasta 12 veces, muchas veces en festivales y desde 2001 la tónica ha sido la de tener un set-list fijo en el que difícilmente hay cambios, shows cortos y tocar los últimos, ya con todo el pescado vendido, con poca luz, sonido funcional y que la parroquia cante los clásicos y disfrute sin fijarse en los detalles. Las giras de sala las han cuidado más como esa en la que tocaron todo el The Idol, aunque con estribillos siempre enlatados y con un Blackie que apenas hablaba con el público.

A día de hoy son capaces de llenar grandes recintos con cierta facilidad, cosa que demuestra que hay ganas de ver a las leyendas, pero el paso del tiempo es el que es. Curiosamente parece que Blackie ha recuperado voz, que es capaz de cantar algún tema, ha devuelto el manillar a los escenarios y a sus 66 años se cuelga al final con la pierna. Su guitarra es inaudible y el playback hace acto de presencia por mucho que nos duela como fans que somos.

Pero los años pasan y no podemos pedirles a nuestros héroes que sean los mismos de hace 40 años. En sí la única novedad esta vez es que volviera a incluir la canción “Animal”, pues debido a su regresión católica no quería tocar esa canción por principios. Curioso que lo diga alguien que decía componer canciones para que los soldados norteamericanos dispararan contra sus enemigos desde los tanques…

El último show de la gira me pareció el mejor que han hecho en 20 años, lo cual ya es bastante. Sabíamos a lo que íbamos y pudimos disfrutar, por lo que no le daré más vueltas. En fin… Quizá si algún día se dignara Lawless a cantar algo de The Headless Children seríamos todos un poco más felices…

Jordi Tàrrega
Sobre Jordi Tàrrega 1368 Artículos
Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.