The Smiths – The Smiths: 40 años de un antes y después en la manera de entender el pop británico

Ficha técnica

Publicado el 20 de febrero de 1984
Discográfica: Rough Trade Records
 
Componentes:
Steven Morrisey – Voz
Johnny Marr – Guitarra, armónica
Andy Rourke – Bajo
Mike Joyce - Batería  

Temas

1. Reel Around the Fountain (5:57)
2. You've Got Everything Now (3:59)
3. Miserable Lie (4:26)
4. Pretty Girls Make Graves (3:42)
5. The Hand That Rocks the Cradle (4:38)
6. Still Ill (3:19)
7. Hand in Glove (3:23)
8. What Difference Does It Make? (3:49)
9. Don't Owe You Anything (4:03)
10. Suffer Little Children (5:26) 

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Si tuviese que definir la carrera de The Smiths únicamente basándome en una decena de adjetivos podría empezar por nombrarla como atractiva, fresca, elegante, poética… y terminar por neurótica, tumultuosa, o controvertida, pero sobre todo pondría en mayúsculas las palabras BREVE, PRODUCTIVA y TRASCENDETAL.  Estamos hablando de una banda que apenas duró cinco años, grabó cuatro discos de estudio, editó una setentena de temas y, lo más importante, dejó un impresionante legado. Exitosas formaciones como The Stone Roses, Oasis, Blur, o Suede, han nombrado en más de una ocasión a Morrisey, Marr, y compañía, como una de sus principales influencias. Creo que sería imposible entender el pop rock británico de inicios de los noventa sin The Smiths. 

El escenario

Formados en 1982 en un Manchester azotado por la precariedad laboral, el desempleo, los recortes, y la privatización impulsada ferozmente por La Dama de Hierro, el nacimiento de The Smiths fue un soplo de aire fresco a una escena musical británica donde el post-punk ya lo había dado todo, y las listas estaban copadas por sintetizadores, mucho maquillaje, y demasiada laca. Steve Morrissey y su nuevo amigo Johnny Marr, los dos amantes de la música y la literatura, tuvieron muy claro la dirección que debía tomar la banda que habían fundado un mayo de ese 1982. En sus gustos e influencias, que iban desde las bandas de post-punk hasta el rock de los años 60, pasando por New York Dolls, T-Rex, o David Bowie, no había cabida ni para un solo sintetizador ni para letras anodinas y superficiales, por mucho que ni Manchester fuese victoriana, ni fuese la París de Oscar Wilde. Fue el autodidacta Marr quien propuso a Morrisey poner música a todos esos escritos que se acumulaban en sus cuadernos, viendo a en él a una futura estrella del pop.

En aquellos momentos, la música en Manchester estaba cambiando totalmente, al igual que en todo Reino Unido. La melancolía, la oscuridad, y, sobre todo, las guitarras, estaban pasando a un segundo plano en detrimento a ritmos más alegres, comerciales, y bailables. O.M.D., Depeche Mode, A Flock of Seagulls, Soft Cell, o The Human League, ya habían debutado discográficamente, Ultravox se acercaban cada vez más al synthpop, y dos freaks del sonido y la tecnología llamados Tennant y Lowe (Pet Shop Boys), aunque no debutarían hasta años más tarde, ya estaban asomando la cabeza y dándose a conocer en pequeños círculos de Londres. También habría que señalar que, en la capital británica, los new romantics estaban en plena ebullición paseando sus extravagantes ropajes en los clubes al son de Visage, Duran Duran, y lo que era peor, al son de unos incipientes Culture Club. Se podría decir que The Smiths, según se mire, salieron en el “peor” o en el “mejor” momento, ya que su propuesta musical era totalmente diferente a la dirección que se había establecido en las islas.

La firma con Rough Trade

Después de varios pequeños conciertos por Manchester y Londres, más la edición de varias demos, firmaron con la londinense Rough Trade, quien les grabó como sencillo “Hand In Glove” y los metió en el estudio meses después con el músico y productor Troy Tate para grabar su homónimo debut. Las sesiones de grabación no fueron lo bien que tenían que haber ido, y ni la banda, ni la compañía, estaban contentos de las pistas que habían grabado, así que las volvieron a regrabar con el también músico y productor Johan Porter, que venía de trabajar con Bryan Ferry y Killing Joke. El resultado mejoró, pero siempre he pensado que el sonido de este disco no es ni mucho menos para tirar demasiados cohetes. 

Hay que entender que, cuando The Smiths entran a grabar, son una banda totalmente novel, sin conocimiento de la industria, sin apenas escenario ni convivencia entre ellos, desconocidos aun para una gran parte del público, formada apenas un año antes, y además, Rough Trade, aunque hoy en día nos parezca un gran sello por sus importantes referencias, por aquel entonces era una discográfica sin apenas recursos y sin experiencia. Se podría decir que Rough Trade era un loco de la música (Geoff Travis) con una tienda en Ladbroke Grove, y con el deseo de que las bandas incipientes grabaran para él.  

Circulan muchas historias del por qué The Smiths decidieron fichar por Rough Trade antes de hacerlo por Factory Records, pero como siempre, tanto Morrisey como Tony Wilson (mandamás de sello) han pecado demasiado de bocachanclas, así que nunca ha quedado realmente claro que pasó entre estos dos personajes, ya que desde el primer momento parecía que The Smiths y Factory Records podrían haberse convertido en un perfecto matrimonio (hablo un poco de esto aquí).

Por si acaso el tren no fuese aún demasiado rápido para The Smiths, en medio de todo esto aparece el dj, locutor, y periodista, John Robert Parker Ravenscroft, o lo que es lo mismo, el famosísimo John Peel quien, después de verlos en un concierto, y aceptar la recomendación de su productor, John Walters, decide invitarlos para que graben en sus conocidas sesiones un 18 de mayo de 1993, justo cinco días después de la salida de su single “Hand in Glove”. Los temas que se grabaron fueron: «What Difference Does It Make?», «Miserable Lie», «Reel Around the Fountain», y «Handsome Devil».

La portada

Las imágenes usadas por The Smiths para las portadas de sus discos, EP’s, singles, y recopilatorios han creado una seña personal muy singular y canónica. Ellos prefirieron colocar imágenes casi monocromáticas de artistas que admiraban a aburridas fotos de ellos mismos.

Para su debut el elegido fue el norteamericano Joe Dallesandro, actor, modelo fotográfico e icono gay, que ya dejó ver su paquetorro en la portada del disco Sticky Fingers (1971) de The Rolling Stones en una fotografía tomada por Andy Warhol. Precisamente, la imagen de Dallesandro está extraída de un fotograma de la película Flesh (1968), dirigida por Warhol, donde aparece sentado en la cama junto a Louis Waldon.

El disco

El debut homónimo de los de Manchester refleja perfectamente todo lo explicado anteriormente: esas prisas por entrar a grabar, ese descaro, esa inexperiencia, ese soplo de aire fresco… No es para nada un debut perfecto, ni mucho menos, pero tiene algo que lo hace especial, icónico. Nada más escuchar los primeros compases de “Reel Around the Fountain” uno se da cuenta de que lo que se está reproduciendo es totalmente diferente a lo que había en ese momento. El compás de la batería, como entra la voz de Morrisey, el rasgueo de Marr, esa melancolía embriagadora… Además, es genial como sutilmente encajan y se nimetizan los arreglos de piano y órgano como si de un camaleón se tratase, que por cierto, al igual que en algún tema más, corren a cargo de Paul Carrack, que por aquel estaba haciendo de músico de sesión para bandas como The Pretenders. Quizás no sea la canción más idónea para abrir un disco, sobre todo por la tonalidad de la misma, pero para mí siempre ha sido una de mis preferidas.

“Reel Around the Fountain” fue acusada por la prensa amarilla de incitar a la pedofilia, pero su significado no vas más allá de la perdida de la inocencia, y parte de la letra está basada en el texto de la obra de teatro El sabor de la miel (1958) de Shelagh Delaney de 1958. Como digo, quizás no sea el tema más adecuado para abrir un disco, pero cobra mucho más sentido cuando escuchas el último tema del plástico, “Suffer Little Children”, muy similar a “Reel…” por su tempo y por su ambientación. El cierre del disco es oscuro, conmovedor y emotivo, y en su momento creó mucha controversia por su letra, que habla del asesinato de cinco niños en Manchester durante los años 1963 y 1965. Sus nombres son incluso nombrados en la letra, es triste y desgarradoramente poética, cruda y bella a la vez, son de esos temas que consiguen que se te encoja el corazón al escucharlos. Empezar y terminar el disco con esos dos cortes es como un cierre del círculo perfecto. 

Si hablamos de cómo están ordenadas las canciones debo decir que siempre he pensado que es uno de los puntos negativos de este debut. La cara A se queda algo “vacía” al terminar con “Pretty Girls Make Graves” y “The Hand That Rocks The Cardle”, dos cortes que se hacen muy similares y demasiado lineales, sobre todo al venir después de «You’ve Got Everything Now» y «Miserable Lie».

En “You’ve Got Everything Now” tengo que mencionar a la increíble base rítmica que unen a Andy Rourke al bajo y a Mike Joyce a la batería, dos grandes músicos siempre a la sombra del binomio Morrisey/Marr, pero que tienen una vital importancia en el sonido tanto de este disco, como en el de los restantes. Rourke, amigo personal de Marr, ya había hecho sus pinitos en algunas bandas antes de formar The Smiths, y Joyce venía básicamente del punk, y eso se nota muchísimo en la manera que tiene de golpear. También en “You’ve Got Everything Now” ya vemos por primera vez como Morrisey juguetea con esos falsetes tan teatrales, al igual que en “Miserable Lie”, donde ya se desata totalmente, incluso de una manera demasiado exagerada quizás, pero si no fuese así… Morrisey no sería Morrisey.

He dicho que cuando The Smiths empezaron a componer sus primeros temas tenían muy claro a que no sonar, pero, además, Manchester seguía siendo Manchester, y en “Still Ill” lo reflejan perfectamente con ese mensaje colectivo de frustración e insatisfacción, muy de acorde a lo que les estaba pasando a muchos ingleses a principios de los ochenta. Musicalmente bebe de lo que bandas como Joy Division o Buzzcocks estaban hacienda en Manchester hasta bien poco. “Still Ill” es punk llevado a su terreno, su letra es una feroz crítica a la Inglaterra de Tatcher, y sus primeros versos ya van a cuchillo siendo demoledores: 

“I decree today that life is simply taking and not giving
England is mine, it owes me a living
But ask me why and I’ll spit in your eye
Oh, ask me why and I’ll spit in your eye”.

A nivel letras todo el disco es brutal, seña de identidad de The Smiths. Morrisey era un gran aficionado a la literatura, escribía poesía y pertenecía a diferentes clubes de lectura, se siente muy influenciado por Oscar Wilde y la imaginería pomposa de las novelas clásicas victorianas. Sus textos, y eso me serviría para cada uno de los discos de The Smiths, están llenos de metáforas, personajes pintorescos y momentos rocambolescos, creando en muchas ocasiones mucha ambigüedad y controversia en su mensaje.

Las relaciones sentimentales, las inseguridades, las dudas, y el sexo, han sido temas recurrentes en las letras de Morrisey, como lo reflejó en la barroca “The Charming Man” (no incluida en la primera edición inglesa del disco), en “Handsome Devil”, o en la energética “Hand in Glove”, que es una bofetada a la sociedad más clasista y homófoba inglesa, apoyándose en esas líneas de bajo de Rourke y en ese toque añejo y nostálgico de la armónica.

Creo que Morrisey es uno de los mejores letristas del panorama musical y sus letras, pequeñas historias muy bien estructuradas con un principio y un final, son líricamente perfectas. Encajan impecablemente, como si de una pieza de puzle se tratase, con los instrumentos del resto de la banda, sirviéndome de ejemplo el temarraco “What Difference Does It Make?”, donde aparte de la narrativa poética de Morrisey destaca esa guitarra tan jungly y tan The Byrds de Marr, que ha sido, indiscutiblemente una pieza clave en las composiciones de los de Manchester con ese refinado gusto por la música de los cincuenta y sesenta (como en “I Don’t Owe You Anything” con ese aire tan “crooner”) y esa manera tan limpia, clara y cristalina de tocar. 

Siempre que intento ordenar los discos de The Smiths, desde el muy muy muy mejor, al solo mejor, me es muy difícil, además, mi condición de fanboy me delata y termino poniendo a todos en lo más alto del pódium. The Smiths es un discazo, de eso no hay duda, si bien podría estar algo lastrado por su producción, que es algo monótona, posee jitazos atemporales como “Still Ill”, “Hand In Glove”, o “What Difference Does It Make?”, representado una nueva era para la escena musical británica.

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Sobre Jaime Arjona 96 Artículos
Pota Blava y fanzinero de los 90. La música siempre ha sido una de mis grandes pasiones, y aunque el Metal es mi principal referencia, no he parado de moverme por diferentes estilos sin encerrarme a nada. Con los años el escribir también se convirtió en otra pasión, así que si junto las dos me sale la receta perfecta para mi droga personal. Estoy aquí para aportar humildemente algo de mi locura musical, y si además me lo puedo pasar bien…pues de puta madre.