Swallow the Sun – When a Shadow Is Forced Into the Light

Nuestra Nota


10 / 10

Ficha técnica

Publicado el 25 de enero de 2019
Discográfica: Century Media Records
 
Componentes:
Mikko Kotamäki - Voz
Juho Räihä - Guitarra
Juha Raivio - Guitarra, teclados
Matti Honkonen - Bajo
Juuso Raatikainen - Batería
Jaani Peuhu - Teclados, coros

Temas

1. When a Shadow Is Forced Into the Light (7:28)
2. The Crimson Crown (7:57)
3. Firelights (5:41)
4. Upon the Water (6:16)
5. Stone Wings (6:55)
6. Clouds on Your Side (4:46)
7. Here On the Black Earth (5:39)
8. Never Left (7:49)

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No sé si estoy pasando por una crisis de identidad, pero cada día me resulta más complicado realizar la reseña de un disco. Con la cantidad de ilusión, de tiempo, de energía, emoción y entrañas que una banda (y sobretodo, sus principales compositores) ponen en la creación de un nuevo álbum, me parece casi una frivolidad que los que nos dedicamos a esto le peguemos un par de escuchas (o seis o diez, en mi caso, pero el argumento sigue siendo válido) y nos sintamos suficientemente valientes como para ponernos a destriparlo con no sé qué autoridad. Me es mucho más fácil hablar de un concierto: un concierto es algo efímero, que ocurre solo en el momento, y tus sensaciones son las que son mientras lo vives. Pueden ser ciertas o no, te puede haber pillado de buenas o de malas, pero son las que son. Lo viviste de una manera, y así se queda.

Un disco, por el contrario, muta y cambia (a veces radicalmente) a cada nueva escucha, las canciones toman perspectivas distintas y, en global, tiene tantos y tantos matices que casi me saturan. Y si se trata de un disco tan desnudo y tan cargadísimo de emoción y sentimiento como éste, la cosa se torna aún más complicada. ¿Quién soy yo, que no conozco personalmente a los creadores, no me puedo poner en sus zapatos y ni tan siquiera soy ultra fan de la banda, para juzgar el vómito de sinceridad que hay aquí dentro? ¿Quién soy yo para ponerle un numerito a modo de profesor arrogante, decidiendo si es suficientemente bueno según mi subjetivo e ignorante juicio? Si odio las notas y las calificaciones en el sistema educativo (y por eso, entre otras cosas, mi hija no va a una escuela convencional), ¿por qué ayudo a perpetuar esa burda y pueril conversión de horas de energía, ilusión y creatividad en un gran y simplísimo número en rojo a modo de altiva valoración?

Lo seguiré y lo seguiremos haciendo, que lo sepáis, porque esto es lo que se espera de nosotros y lo que actúa de referencia para mucha gente que, desgraciadamente, no está dispuesta a perder el tiempo en los matices que siempre intentamos explicar a lo largo de las decenas de párrafos que llenan nuestras reseñas, pero no deja de ser algo injusto en muchas ocasiones. Y si bien esta reflexión ya me rondaba por la cabeza desde hace unos meses, ha sido el tenerme que enfrentar a este When a Shadow Is Forced Into the Light, un disco con un significado mucho mayor y más profundo de lo que cualquier crítico repelente pueda decir de él, lo que ha hecho que todo se torne exageradamente evidente y, por ello, sienta la necesidad de expresarlo. Pero bueno, vamos allá de todas maneras.

Puede sonar a tópico, pero cuando una banda con un componente tan marcadamente melancólico como ésta sufre una trágica desgracia como la que sufrió el guitarrista y principal compositor de Swallow the Sun, Juha Raivio (algo que ocurrió también, por ejemplo, con Riverside), uno no puede sino pensar que, ahora sí, es cuando todo ese halo de tristeza que siempre han construido a su alrededor toma sentido de verdad. Porque muchas veces, no os engañéis, detrás de una banda de doom metal o de metal melancólico, cuya música es todo tristeza, pesadumbre y oscuridad, se esconde un grupo de tíos la mar de dicharacheros. Así lo hemos comprobado mil veces en entrevistas y en gente que conocemos personalmente, e incluso el propio Steven WIlson, el melancólico mayor del reino, suele comentar que él suelta sus neuras en sus canciones y que, de esa manera se las descarga a sus fans, quedándose él más alegre que un ocho. No sé como son la gente de Swallow the Sun, pero lo que es innegable es que en este disco no tienen necesidad de ponerse ninguna careta para supurar sinceridad y desesperación por los cuatro costados.

Porque todo lo que rodea este álbum está marcado por la muerte, en 2016, de Aleah Stanbridge, la esposa de Juha y también vocalista de Trees of Eternity, la banda que ambos compartieron en sus últimos años. Tenía 39 años y estaba en la puta flor de la vida, y aunque físicamente Aleah ya no está presente en este disco (como sí que estuvo colaborando con algunas voces en los últimos trabajos de la banda), ella es la protagonista principal, quizás única, de todas y cada una de las canciones que podemos escuchar aquí. Estaban perdidamente enamorados, lo demostraban constantemente y el devoto Juha tenía a la talentosa y encantadora vocalista sudafricana como musa y total fuente de inspiración. Aleah, además, fue siempre esa belleza frágil y melancólica, risueña, encantadora, adorada por su amado y también por una legión de fans que la tuvieron como modelo a seguir y que se volcaron con su enfermedad y con su pérdida. Eso la convierte, a ella y a ambos, en personajes casi de película, fascinantes y trágicos protagonistas de un melodrama que parece sacado de una novela romántica de finales del siglo XIX. Su pérdida, no hace falta decirlo, tuvo un efecto terriblemente devastador sobre Juha, y «When a Shadow Is Forced Into the Light» (cuando se fuerza a una sombra a salir a la luz) es exactamente la descripción del proceso que ha vivido el guitarrista finlandés para intentar superar, poco a poco, los dos años de desesperación en los que vivió su duelo, casi, como un ermitaño.

Tanto las letras como las notas son tan desgarradoras y están tan llenas de emoción que es muy complicado intentar meterte en los zapatos de su compositor y no sentir un nudo en el estómago o un escalofrío por todo el cuerpo. Por suerte (y que dure), nunca he tenido que lidiar con la pérdida de un ser tan cercano a mí y con tantísima vida por delante, pero las repetidas escuchas de este disco (un disco que se merece que lo trates suavemente y lo escuches con calma y repetidamente), es tristemente capaz de acercarte a ese tipo de sensaciones.

Por si ni fuera suficiente con los cincuenta y pico minutos que se empaquetan en este trabajo, un mes antes de su salida se publicó el single «Lumina Aurea», una extraña amalgama de oscuridad, gritos tenebrosos y desgarrados, cantos gregorianos y un señor hablando en latín que te ponen los pelos de punta. El propio Juha dijo que se trata de la canción (bien, es más una pieza musical que una canción como tal) que más le ha costado escribir en su vida, y no me extraña, ya que esto es un funeral en toda regla. Una despedida solemne y ritualística del cuerpo y del espíritu de Aleah que permitan al guitarrista finlandés caminar un paso adelante y dar pie a la historia de difícil superación emocional que Juha explica con todo detalle en When a Shadow Is Forced Into the Light. Quizás fuera de contexto, este avance y sus quince minutos pueden resultar inesperadamente densos e, incluso, incomprensibles, pero una vez puesto en situación no puedes menos que bajar la cabeza en señal de absoluto respeto. Este disco no es para nosotros, es para él. Y para Aleah.

Es complicado de destacar temas concretos, ya que lo que tenemos aquí es un compendio compacto y precioso de melodías, épicas, tristeza y (quizás) esperanza que transcurren en una brumosa oscuridad que, solo ocasionalmente, parece despejada por un pequeño rayo de luz. Todo el disco es perfectamente coherente y compacto, todo transcurre con una fluidez y una concisión maravillosa, con melodías y fraseos que parecen volver recursivamente de forma recurrente durante sus 55 minutos de duración. Mi primer gran amor a primera vista fue la espectacular «Upon the Water» (que luego resultó escogida como primer single), un tema potentísimo, emotivísimo e infecciosamente pegadizo que me parece casi una pequeña obra maestra y que difícilmente no estará en mi top de canciones del año. Y quizás aún lo siento como el momento cumbre, pero tanto el propio tema título como «Firelights», «Clouds on your Side» o «Here On the Black Earth» me parecen también piezas preciosas y tan extremadamente sinceras, desnudas y emotivas que son capaces de tocarme el corazón y dejarme totalmente pasmado. Frases como «My hand stretch into the void… where you used to be…» y otras tristes resignaciones de significado similar se suceden canción tras canción, hundiéndote un poco más en tu miseria a medida que pasan los minutos.

Y bueno, aunque paradójicamente quizás es casi lo de menos, hablemos un poco de la música en sí: como es habitual, y aunque en este disco hay bastante menos agresividad de la que nos tenían acostumbrados, lo que nos encontramos aquí es Swallow the Sun en su máxima expresión: característicos toques melodeath a lo Insomnium y demás bandas de la escena finlandesa, toques a prog moderno rollo Anathema o Katatonia (e incluso un poquito de los propios Riverside o Porcupine Tree), pinceladas de los Depeche Mode más oscuros, post metal con cuentagotas y su propio e inconfundible espíritu doom. Y si a mí este tipo de mezcla ya me parece divina, al añadirle el halo de realidad que envuelve su melancolía ya de por si inherente, te sale un disco sencillamente impresionante.

Hay que decir que, a lo largo del tiempo, he sido solo un fan moderado de esta banda, y si bien siempre he disfrutado de su música, éste es sin duda el disco en el que más he profundizado y que me ha impactado de ellos. Por ello, no sé decir si es el mejor, pero de lo que estoy seguro que es el más de todo, y me parece de verdad algo artísticamente maravilloso. Quizás hay menos agresividad que en el pasado, pero ni la necesita ni importa. No sé si es un disco que se merezca un diez de forma objetiva, incluso es posible que no, ya que hay momentos estrictamente musicales que probablemente no sean perfectos ni mucho menos, pero en realidad me da igual. A mí me ha llegado a lo más hondo, me ha emocionado y me ha hecho pensar y sentir como pocos discos (quizás ninguno) lo han hecho últimamente, y eso, al menos para mí, es lo que al final cuenta. Ánimos, Juhio: la vida nunca será lo mismo, pero al menos siempre te quedará la música.

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Sobre Albert Vila 951 Artículos
Siempre me ha encantado escribir y siempre me ha encantado el rock, el metal y muchos más estilos. De hecho, me gustan tantos estilos y tantas bandas que he llegado a pensar que he perdido completamente el criterio, pero es que hay tanta buena música ahí fuera que es imposible no seguirse sorprendiendo día a día. Tengo una verborrea incontenible y me gusta inventarme palabras. Si habéis llegado hasta aquí, seguro que ya os habéis dado cuenta.