Crónica y fotos del concierto de Volbeat + Baroness + Danko Jones - Sala Razzmatazz 1 (Barcelona), 12 de octubre de 2019

Ni las farolas pueden con Volbeat en Barcelona

Datos del Concierto

Bandas:
Volbeat + Baroness + Danko Jones
 
Fecha: 12 de octubre de 2019
Lugar: Sala Razzmatazz 1 (Barcelona)
Promotora: Live Nation
Asistencia aproximada: 2000 personas

Fotos

Fotos por Josep M Llovera

Ayer quedó clarísimo que en tierras hispanas las cosas suelen ir unos 10 años tarde. El éxito global de Volbeat es un hecho desde su tercer disco, pero en esas fechas aquí les metíamos para abrir festivales a las 16:00 de la tarde o en un Apolo que se llenaba con la mitad de público siendo extranjeros. El público no les conocía, no los entendía y se puso las manos a la cabeza cuando se les elevó a lo alto del cartel de todo un Leyendas del Rock. Esta fase ya ha terminado, Volbeat se ganaron a un país en el que los gustos musicales de sus habitantes son otro mundo y no atienden a lógica alguna. Sin entradas desde hacía meses lució un magnífico sold out la Razz, y a pesar del lleno, no hubo agobios ni empujones que suelen acaecer en otros eventos con el aforo completo. Extranjeros encantados de estar viendo a Volbeat en una sala tan pequeña y mucho fan atacando un merchandising bastante asequible por lo que suele verse en estos tiempos. Era uno de los conciertos del año pues hay que recordar que Danko Jones y Baroness completaban un elenco digno de un festival, así que vayamos por partes:

Danko Jones se gana a la audiencia a base de rock y horchata

Ninguna novedad para los que han ido siguiendo al rockero de Ontario. Le toca un set corto, pero disfruta de todo el sonido y un tercio del espacio total. Cada banda contó con su propia batería así que parecía que la escena estaba formada por tres capas diferenciadas. Salieron directos y dinámicos en “I Gotta Rock” empalmada con su nuevo himno “Fists Up High”. Calabrese y Rich Knox tocan de memoria con el ciclón canadienses y cuando sonó el estribillo de “First Date” se ganaron a toda la sala, que ya registraba una muy buena entrada. Cantamos este himno que combina lo mejor de Ramones y AC/DC. Hicieron sonar el “Full of Regret” del Below the Belt y antes tuvo unas palabras de agradecimiento al público y a Volbeat. Este tipo sabe hacer buenos contactos y es respetado por todo el mundo. Si miras el videoclip de “Full of Regret” entenderás de lo que te hablo… conseguir a estrellas de Hollywood y al señor Kilminster en un videoclip está al alcance de muy pocos.

A pesar de los escasos siete temas hizo el numerito de la horchata y tiró de tonos rojos y amarillos para un “Burn in Hell” que dejó patente que su nuevo disco posee temazos. Es posiblemente la composición más exigente a nivel vocal en toda la historia de Danko Jones. A base de actitud y ganas se lo llevó de calle con otra de las más reconocidas como es “I Had Enough” y un “My Little RNR”, ganándose otro buen puñado de fans. Hay ganas ya de verle en su propio show más allá de festivales y de telonero. Por cierto, si de verdad creéis que lo de la horchata es una pose o un truco, aquí os dejamos la prueba de que Danko adora el zumo de chufa: terminó el concierto y se fue al Tío Ché a beberse una. Es un crack.

Baroness no enamoran con su brillante propuesta

Para quien suscribe estas líneas Baroness son una banda destinada a crecer imparable y más con el fichaje de Gina Gleason pero su propuesta musical no es tan festiva, quedando empanados entre Danko Jones y Volbeat. Obviamente que es un sueño estar de gira con los daneses, pero el público no terminó de valorar su propuesta, y es que “Kerosene” y especialmente “March of the Sea” fueron bien recibidas con aplausos y gente cantando las letras, pero fue un espejismo. Hubo un par de problemas en Baroness… uno, su nuevo disco es de difícil digestión y de pocos singles y la otra, que las dobles voces de Gina no terminaron de lucir. Unas lagunas importantes pues son uno de los sellos inconfundibles de la banda de un John que lucía orgulloso una camiseta de Amenra. “Borderlines, “Tourniquete” y “Can Oscura” sumieron a la sala en un sopor que pasó a ser un rumor constante de voces.

Gran parte del público estaba por otros menesteres que el apreciar los geniales cambios de ritmo, la sucesión de atmósferas o las voces agónicas de John Baizley. Preciosos tonos lila y destacar la labor de Nick Jost, combinando bajo y teclados en momentos puntuales. “Throw Me an Anchor” dio síntomas de recuperación, pero no sería hasta “Shock Me” cuando la sala volvió a girar sus cabezas hacia el escenario. Imperdonable que no tocaran “Chlorine and Wine” pero palió la decepción un “Take My Bones Away” que sonó a gloria. Toca verles con show completo en sala pequeña y con su público. Ayer quedaron diluidos entre dos shows directos y efectistas. Faltó la magia, pero para ello música y público tienen que hacer la mezcla alquímica.

Volbeat consigue el estatus de banda de estadio en España

Ha costado, pero finalmente los daneses ya son recibidos en honor de multitudes. Podemos decir que ya son grandes aquí. El montaje del directo estuvo a la altura con una plataforma enorme de todo un piso para la batería de Jon Larsen con su gorra al revés. Quedó reflejado que este nuevo disco está totalmente inspirado por la serie Peaky Blinders pues tras el homenaje a Motörhead con el “Born to Raise Hell” cayó el “Red Right Hand” de Nick Cave, la banda sonora de esta excelente serie. Se dio cabida absoluta a los dos últimos discos, y a pesar de que quienes les hemos seguido desde su génesis echamos de menos piezas maestras, disfrutamos absolutamente del concierto. De verdad que los nuevos temas siguen sonando a Volbeat de siempre, algo que en disco queda excesivamente suavizado y radio freindly.

Salieron a degüello con “The Everlasting” y con Poulsen demostrando que su voz es privilegiada y la clave de su sonido. Boinas por parte de Caggiano y Caspar Boye. Nos calentaron la pelvis con “Pelvis on Fire” y nos contoneamos al ritmo del rock 50 que es la base de todo. Poulsen y los chicos iban de negro todos vestidos y el vocalista iba alternando su presencia en los tres micros repartidos por el escenario. Eso denota dinamismo como pudimos ver en “Doc Holliday”, muy bien recibida y cantada por unos aficionados con ganas de protagonismo. Me sorprendió enormemente cómo funcionó “Sorry Sack of Bones” y ese toque tenebroso ideal para este próximo Halloween. El local se vino abajo con “For Evigt”. Se ha alzado el tema como el gran himno del grupo. Impresiona, de verdad, oírla cantada por todo el mundo. Posiblemente la primera vez que muchos cantamos en danés en toda nuestra vida…

Ojo lo que venía luego pues estamos hablando de “Lola Montez”, otro de sus singles infalibles que te llevan al estadio. Medio noqueados disfrutamos de un “Sadman’s Tongue” que vino adornada con la acústica y con la intro de “Ring of Fire” de Johnny Cash, poco conocida por la concurrencia. Danko había retornado de la horchatería para cantar con Volbeat el “Black Rose”. Espectacular canción que resume perfectamente lo que ha sido y tiene que ser Volbeat. Despegamos con su estribillo atómico y “Dan Cojones” se ganó a otro buen puñado de fans. Semejante retahíla necesitaba una pausa y esta vino con la baladita “When We Were Kids”. Quizá el momento más bajo de todo el directo. Hay que destacar los constantes cambios de guitarra de Michael Poulsen y los adornos de Halloween de la batería de Jon Larsen. Había referencias a Frankenstein, Hellraiser y Posesión infernal.

“Slaytan” vino precedida con el riff de “South of Heaven” de Slayer y estuvo bañada con luces rojas. Está claro el homenaje que hace el combo danés. Caggiano lucía una larga barba y se le ve feliz de estar con unos Volbeat con ganas de comerse el mundo y lució sonrisa en la metalliquesca “Dead but Rising”. Otra de las más esperadas por el gentío. Pero si hay un himno para la historia ese es “Fallen”, que lució bajo las luces azules. Un medio tiempo precioso y melódico que ya es himno de estadio. Y lo mejor de “Rewind, Replay, Rebound” es “Die to Live”. Justo lo que uno espera de Volbeaty con un solo de Caggiano espectacular: puro rock 50’s a velocidades endiabladas, y todo ello coronado por la profunda voz de Poulsen. Para finalizar la primera parte del directo recurrieron a dos piezas efectistas y consagradas como “Seal the Deal” y el single más trabajado de su nueva obra: “Last Day Under the Sun”. Fui crítico cuando la escuché y ahora me tiene enamorado.

Para arrancar con los bises nada mejor que “The Devil’s Bleeding Crown” con unas guitarras que sonaron muy Iron Maiden y que siguieron en la misma onda con “Leviathan”. Bien por la inclusión de “Let It Burn” y algo de pena al ver que “Hallelujah Goat” no iba a caer esa noche, pero sí lo hizo “Pool of Booze, Booze, Booza”. Si las escuchas bien ves que hay muchas similitudes entre ambas. Personalmente me parece un crimen no dar cabida a “Radio Girl” pero los males se van cuando suena la cadencia reggae de “Still Counting”, que es ya una de las más demandadas piezas de toda su discografía. Espectacular el descarnado riff y la fuerza del mismo. Como es tradición Michael había invitado a todos los niños al escenario para vivir ese último tema. Los más creciditos disfrutaron grabando con el móvil ese recuerdo para toda la vida. Caggiano estuvo encantador con los yogurines y Poulsen dejó tocar las cuerdas de la guitarra a una niña, feliz como pocas. También tuvo tiempo para pedir un circle pit a la entregada audiencia.

Y así pasaron volando una hora y tres cuartos, sin solos, sin pausas, sin largos parlamentos. Presentaron su nuevo disco y convencieron a sus fieles. Su próxima visita va a necesitar de un emplazamiento de mayor cabida y pinta que volverá a ser todo un espectáculo. Nunca les he visto un show flojo y ya van siete, así que disfrutemos de un grupo que está en su momento. Dudo que les podamos pedir nada más, sólo felicitarnos de que hayan aparecido y demostrado que ser original es lo más preciado en el planeta rock. Viva Dinamarca y vivan las bandas de estadio.

Jordi Tàrrega
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Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.