Motörhead – Another Perfect Day (Especial 40º Aniversario)

Ficha técnica

Publicado el 4 de junio de 1983
Discográfica: Bronze Records
 
Componentes:
Lemmy Kilmister - Voz, bajo
Brian Robertson - Guitarra, piano, coros
Phil Taylor - Batería

Temas

1. Back at the Funny Farm (4:14)
2. Shine (3:11)
3. Dancing on Your Grave (4:29)
4. Rock It (3:55)
5. One Track Mind (5:55)
6. Another Perfect Day (5:29)
7. Marching Off to War (4:11)
8. I Got Mine (5:24)
9. Tales of Glory (2:56)
10. Die You Bastard! (4:25)

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Antes que nadie se me tire a la yugular, me gustaría aclarar que nunca he sido un fan incondicional de la música de Motörhead. Para empezar, mi inicial interés por el grupo londinense se cimentó en dos vistosos aspectos visuales: uno, el más curioso, la diéresis que destacaba en su callejero nombre (aún no conocía la existencia de los denominados Blue Öyster Cult ni había adquirido los disfrutables debuts de Mötley Crüe y Queensrÿche) y que fue puesta, según se supo no hace mucho, en honor al par de verrugas del líder del conjunto; y el otro, totalmente impactante, el amenazante monstruo, bautizado como Snaggletooth, creado por el ilustrador Joe Petagno, currante del competente colectivo de diseño gráfico Hipgnosis (responsable de icónicas carátulas para Pink Floyd, Led Zeppelin, Black Sabbath, Scorpions, Nazareth o UFO). Al igual que la fiel mascota de Iron Maiden, Eddie The Head, esta espeluznante calavera, con retorcidos y afilados colmillos, casco con pinchos y cadenas colgando, me magnetizó de tal manera que, durante un tiempo, recopilé cualquier producto (parche bordado, adhesivo o foto promocional) donde apareciese la misma. También se convirtió en un símbolo de autoafirmación como incipiente metal head y, por consecuencia, en uno de los actos de inofensiva rebeldía de mi etapa adolescente. Pero, asombrosamente, en aquellos lejanos días no acababa de conectar con la propuesta sonora de la banda británica, aunque sus trabajos eran bastante fáciles de conseguir (recuerdo la vez que, en un cochambroso bar de un recóndito pueblo de La Vall d’Aran, me topé con uno de sus típicos greatest hits en un expositor repleto de casetes de sardanas y cintas de chistes) y, en la mayoría de los casos, estaban a buen precio. Sin embargo, cuando vi en un estante de una tienda local la hermosamente coloreada reencarnación del War-Pig, presidiendo la portada del disco que hoy celebra el 40º Aniversario de su lanzamiento, no pude resistirme a la tentación de comprarlo… ¡Y acerté!

En aquel momento, una gran multitud de sus seguidores proclamaron que Another Perfect Day era el LP menos representativo de Lemmy Kilmister y sus secuaces, principalmente por la limpia producción de Tony Platt (ingeniero de Robert John «Mutt» Lange en obras notorias e indiscutibles como Highway to Hell y Back in Black de AC/DC o 4 de Foreigner) y, sobre todo, por los brillantes y extensos aportes a las seis cuerdas del conflictivo escocés Brian Robertson (ex miembro de Thin Lizzy y Wild Horses), pero un servidor, que se enteró de estas injustas críticas negativas a posteriori, gozó enormemente de piezas como «Back at the Funny Farm», «Shine», «Dancing on Your Grave», el single «I Got Mine», el corte homónimo (que en vinilo, y hasta que llego el CD, siempre pensé que abría la cara A) y, especialmente, de mi favorito «One Track Mind» (con un contundente final que a menudo pinchaba en bucle).

La mala suerte para mí fue que el trio, formado por Lemmy, al atronador bajo y ronca voz, Robbo, a la volcánica guitarra, y Philty Animal, a la taladrante batería, actuó en Barcelona en noviembre de 1982, meses antes de la publicación del actualmente reivindicado álbum; el cual, por fortuna, fue reeditado en 2006 en una edición ampliada que incluía un revelador concierto de la gira del siguiente año.

A partir de entonces, mis orejas se acostumbraron a temazos como “Ace of Spades”, “Killed By Death”, “No Class”, “Orgasmatron”, “Love Me Forever” o al esencial doble en directo No Sleep ‘til Hammersmith.