Crónica y fotos del concierto de Vidres a la Sang + Evnar + Atonement - Rasa64 (Terrassa), 5 de octubre de 2019

Los vientos soplan a favor de Vidres a la Sang en Terrassa

Datos del Concierto

Bandas:
Vidres a la Sang + Evnar + Atonement
 
Fecha: 5 de octubre de 2019
Lugar: Rasa64 (Terrassa)
Promotora: Vidres a la Sang
Asistencia aproximada: 300 personas

Fotos

Fotos por Marta Carreras

De entre los muchos conciertos agendados en este abarrotado inicio de otoño (nosotros este fin de semana hemos cubierto hasta nueve, sin ir más lejos), uno de los que me hacía especial ilusión era la visita de Vidres a la Sang a la rebautizada Rasa64 de Terrassa (antigua Faktoria d’Arts). Después de perderme su esperadísimo retorno en marzo en la Sala Bóveda por culpa de incontrolables fuerzas mayores, los hijos pródigos de la localidad vallesana pisaban de nuevo los escenarios de su ciudad natal ante una más que notable expectación. Los de Eloi Carnisser siempre han sido una banda sumamente admirada y respetada dentro del panorama extremo catalán, por supuesto, pero sus casi 10 años de hibernación han hecho que su nivel de cultismo se haya multiplicado por mucho.

Además, y aunque su vuelta haya venido acompañada de un nuevo y excelente disco como es Set de Sang, la presencia de Vidres en directo se limita a ocasiones muy contadas y especiales. Por ello, el interés que generó su descarga en Terrassa se podía sentir a calles de distancia, con la metalada invadiendo terrazas y bares cercanos como en las mejores ocasiones. Y tal y como comprobaremos una vez dentro, aquí había criaturas de todo pelaje, desde veteranos llevados por la nostalgia, jóvenes llenos de curiosidad, buscadores de hypes o verdaderos popes del underground catalán. Pero fuera el que fuera el motivo que nos llevó aquí, todos estábamos de acuerdo en algo: Vidres han sido y siguen siendo una banda especial y esencial para entender dónde estamos como escena a día de hoy.

Atonement

Eso sí, aunque en los aledaños de la sala el ambiente era notable, una vez entramos dentro para asistir al inicio de la descarga de Atonement, lo que nos encontramos fue una treintena de personas con aire desganado repartidas por todo el ancho de la sala (cuya parte trasera, reservada para las grandes ocasiones, no estaba abierta). Es verdad que esa cifra subió paulatinamente a lo largo de su actuación, y también es verdad que la confusión creada ante la hora de inicio del concierto no debió ayudar (el evento en Facebook ponía las 20h, el cartel las 21h y la entrada las 22h, y para más inri acabaron empezando a las 21.30h), pero teniendo en cuenta que la jornada de hoy era (o debería ser, creo) una pequeña celebración del underground catalán, es una pena que la gente no respondiera, al menos con su presencia, a los primeros teloneros.

Aunque el feroz cuarteto se prodiga muchísimo en directo y tienen un nombre ya más que labrado en el bajotierra catalán, lo cierto es que yo no había tenido nunca la oportunidad de verme frente a frente con ellos. Pero a pesar de que no sabía del todo lo que iba a encontrarme, su thrash / death old school, tanto musical como visualmente, resultó sonar como un puñetero cañón. A algunos de los presentes su propuesta no acabó de convencerles (y entiendo que de ahí los aplausos tan y tan tímidos que se escucharon entre canción y canción, un eco que casi dolía en contraste con el potente y eléctrico concierto que se estaban pegando), pero a mí me parece que lo que hacen lo hicieron a la perfección, y la realidad es que yo, qué leches, acabé disfrutándolo bastante.

Con un espíritu punk indisimulado, un volumen considerable, una precisa suciedad en su ejecución y el carismático y valioso liderazgo de todo un Lobezno a las voces con sus enérgicos y continuos puñetazos al viento, el cuarteto descargó alrededor de 40 minutos de tralla sin cuartel, con riffacos incisivos y triples voces a punta pala que hubieran hecho las delicias de cualquier fan de esos estilos si hubiera estado aquí. Como curiosidad, encima de la batería descansaba una chupa de cuero decorada con parches de la propia banda y de Vidres a la Sang que resultó pertenecer a su bajista, demostrando así su lealtad a los cabezas de cartel de hoy. Es posible que no fueran la mejor elección para abrir la velada, pero a mi juicio el concierto de Atonement fue absolutamente impecable.

Evnar

A la que Evnar empezaron a montar su escenario, todo cambió de forma bastante radical: la gente empezó a entrar con más intensidad, apelotonándose en las primeras filas, las luces hasta entonces estáticas se animaron a jugar con sombras y oscuridades y la máquina de humo se puso a soltar lastre. Los tarraconenses, a diferencia de los anteriores inquilinos del escenario, se antojaban como una banda perfectamente apropiada para abrir el camino a Vidres, ya que su black metal oscuro y con tintes melódicos encajaba sin fisuras con la propuesta de los cabezas de cartel, mientras que su veteranía y calidad sobre los escenarios les ha grangeado ya una buena cantidad de seguidores.

Evnar se formaron en 2010, cuando su vocalista Román dejó los también míticos Beyond the Frost para volar por su cuenta, así que ya llevan unos buenos años labrando los campos del underground a pesar de haber publicado tan solo un disco, ese E.V.N.A.R. que lanzaron en 2016. Este fin de semana ellos también hicieron doblete, por cierto, ya que en la jornada anterior estuvieron teloneando a los propios Vidres en la Sala Zero de Tarragona en una suerte de intercambio de hospitalidad. Un concierto que, por lo que me contaron, tuvo un éxito sólo moderado y generó ciertas reflexiones sobre el poder de convocatoria que tienen estas bandas en comarcas hoy en día respecto a lo que ocurría cuando Vidres estaban en su apogeo 10 años atrás.

Después de una larga intro oscura, misteriosa y humeante, el quinteto se lanzó a por todas con su black metal potente y melódico, una instrumentación precisa y contundente y un interesante juego de voces entre los guturales profundos de su líder Román y los alaridos del hiperactivo bajista Albert Batlle (conocido por estar también en Perennial Isolation y en Cauldron, entre otros). En los primeros instantes de la descarga el sonido distó mucho de ser cristalino, con las melodías de guitarras casi inaudibles, pero a medida que avanzaba el concierto y, en consecuencia, la sala se iba llenando más y más, todo cayó a sitio y acabaron por todo lo alto con «My Cremation» y la final «Evnar» que les granjeó una cerrada ovación que se les había resistido durante todo el concierto.

A pesar de no ser yo un gran conocedor de la música de la banda, los tarraconenses demostraron una solvencia y unas tablas fuera de toda duda, haciendo disfrutar el personal y alisando la alfombra para la esperada llegada de los grandes protagonistas de la velada. Así que seguimos para bingo.

Setlist Evnar:

Blasphemia Manifesta
Contemptus Vitae
Infinite Dark Hatred
Death is in the Air
King of the Grand Uruk
Torment of the Damned
Conceived in Fire
My Cremation
Evnar

Vidres a la Sang

Si ya en el cambio de bandas anterior el DJ al cargo de la música de fondo se tomó algunas licencias con Fito o Héroes del Silencio, la presencia ahora de «Nothing Else Matters» a todo trapo se me antojó hasta excesiva, aunque más de uno (quizás incluso yo) la canturreara despistadamente. Mientras tanto, sobre el escenario se apresuraban en colgar un gran y oscuro cartel con el logo de la banda y en ultimar los últimos preparativos técnicos para el plato fuerte de la noche, generando con ello un cierto run-run de excitación entre los ya casi 300 aficionados que acabaron llenando sobradamente la mitad frontal de la sala, que presentaba un ambiente ideal para disfrutar de una velada de metal extremo de primer nivel.

Eloi Carnisser y su tropa se subieron a la tarima e inmediatamente empezaron atacando la épica «Torna al teu Clos», perteneciente a su primer disco, Endins. Con un volumen en principio algo inferior a las dos bandas que les precedieron y con algunos problemas acabando de ajustar el sonido en esos primeros instantes, tanto banda como público tardaron bien poco en alcanzar la comunión plena gracias a clásicos como la babosa y orientaloide «La Terra i Tu», con su alocado final, o la machacona «Policromia» que cerró unos primeros 20 minutos enteramente centrados en su etapa clásica para delicia y disfrute del entregado personal.

Llegados a este punto tocaba hincarle el diente a su nuevo y celebrado trabajo de retorno, Set de Sang. De él interpretaron ni más ni menos que cinco canciones seguidas (lo que significa casi el disco entero, teniendo en cuenta que tiene siete), completando así la totalidad del set principal. Por cierto, que el repertorio que escogieron para hoy fue exactamente el mismo que ya interpretaron en la Sala Boveda aquel pasado 8 de marzo, y la razón para ello es que su batería Jordi Farré (un auténtico animal tras los parches, supongo que ya lo sabéis) está residiendo en Alemania ahora mismo y solo se han podido reunir para ensayar en dos ocasiones. La reflexión es evidente: si ensayando dos veces sonaron así, no me quiero imaginar cómo lo harían de haber tenido ocasión de preparárselo.

Hago un pequeño paréntesis para recordaros que Jordi es igualmente batería de Foscor, banda que comparte con el también guitarrista de Vidres, Albert Martí. Los barceloneses presentarán su nuevo disco, Els Sepulcres Blancs, este próximo jueves en el contexto del AMFest barcelonés, y por ello entre unos y otros se lo han hecho venir bien para hacer coincidir este viaje del muy requerido (y descalzo) Jordi con los dos directos que Vidres a la Sang han ofrecido en Tarragona y Terrassa de este fin de semana. Y hemos hecho bien en venir, ya que entre pitos, flautas, calendarios y disponibilidades, vete a saber tú cuando tendremos la oportunidad de volverlos a ver.

Antes de ponerse manos a la obra con la brutal «Els Vents Bufen a Favor» que abre Set de Sang, una canción que a pesar de ser nueva se ha convertido ya en todo un himno, Eloi se dirigió al público con una sonrisa emocionada y agradeciendo sinceramente a toda la familia y amigos (hijos incluidos) que se juntó hoy aquí. Porque encima del escenario hay cuatro tíos, pero la cara y el alma de esta banda siempre ha sido su encantador, cercano y simpático frontman, que parece vivir una segunda juventud tras descubrir y sentir en su propia piel que el legado de Vidres y la devoción por la banda están más vivos que nunca. Y con temazos tan brutales e inspirados como este «Els Vents Bufen a Favor», con todo el mundo desgañitándose con su estribillo, la cosa puede ir para largo.

La atmosférica e inquietante «Emergiré» ahonda en esos estribillos melódicos y dramáticos que encontramos repetidamente en el último trabajo de la banda. Y cómo no, esta vez fue eso de «El temps no s’atura però jo, serè, emergiré, en un cant estrident» el que perjudicó las cuerdas vocales de media sala. Llegados a este punto, y viendo que había mucha gente pero que tampoco es que estuviéramos especialmente apretados, aprovechamos para avanzar unos metros y colocarnos mucho más cerca del escenario, donde el nivel de tensión en el ambiente era mucho más intensa. La música de Vidres puede ser impietosamente extrema y agresiva, pero viene cargada de un aura de emotividad que, a la que te atrapa, difícilmente te va a soltar. Y cuánto más cerca, mejor.

La misteriosa, lenta y melódica «Miraré de no tornar-me a perdre» es una canción que sorprende con su calma inicial y su súbita crudeza. Hoy sonó como un puñetero cañón de Navarone y, ahí delante, fue uno de los momentos álgidos indiscutibles de un concierto que, a estas alturas, ya nadie tenía dudas que estaba siendo de traca y mocador. La impresionante «El Poble Redemptor» siguió certificando que Set de Sang es un discarral, mientras que «L’Òrbita del Cor» cerró el set principal a lo grande gracias a la múltiple y exhuberante sucesión de pasajes, reverbs y wha-whas que alternan la emotividad más épica y sentida con momentos tan ásperos como un papel de lija del siete.

Quizás hasta ahora os lo ha parecido, pero tampoco os creáis que soy (o he sido) tan-tan fan de la banda egarense. Claro que los he seguido con más o menos constancia y siempre los he tenido en un pequeño pedestal por la calidad indiscutible de sus trabajos y por su valiente condición de pioneros dentro de la música extrema catalana, pero por ejemplo, ni tan siquiera los había visto antes en directo (sí, ahora es el momento en el que me tiráis de todo). Pero oye, más vale tarde que nunca, y lo cierto es que las canciones que siempre me habían gustado (pero sin pasarse) en disco, aquí tomaron una nueva dimensión y adquirieron una energía que me dejó flipando, convirtiendo este encuentro en una pequeña revelación y en todo un punto de inflexión sin retorno en mi relación con ellos.

Después de la anunciada y habitual paripé pre-bis, la banda se volvió a subir al escenario para rematar la velada con tres de los temas más conocidos y celebrados de su carrera. Empezaron con «Amb Tota Rancúnia», continuaron con «Un Dia Qualsevol» y cerraron con «Tots els Paisatges són Iguals». Un final brutal y super intenso que despertó las ansias de pogo entre algunos motivados en las primeras filas y que demostraron que esta sala es una auténtica garantía a la hora de sonar cristalina y contundente. Poco antes del anunciado último tema, la gente se animó a corear repetidamente el nombre de la banda ante la visible emoción de Eloi, algo que fue a más aún cuando sus dos hijos fueron cargados a hombros para que hicieran cuernos en sus morros durante la interpretación de ese magnífico último tema. Tras él, la banda se retiró de forma sorprendentemente abrupta y sin despedirse, dejándonos con la duda, rápidamente disipada tan pronto alguien subió a recoger cables y platos, de si iban a tocar realmente algo más.

El concierto de Vidres a la Sang en Terrassa y todas las emociones que se canalizaron a su alrededor van a ser difíciles de olvidar para muchos de los presentes, empezando por los propios miembros de la banda y continuando por mí mismo. Porque yo, por lo menos, pasé una noche maravillosa y volví a casa con una sonrisa tontaina de oreja a oreja y una sensación de amor infatuado y de antes y después bastante más intensa de lo que jamás hubiera esperado. Y aunque entiendo, respeto y empatizo a la perfección con la necesidad y los motivos para no abusar de estos encuentros, también espero y deseo que no tengamos que esperar demasiado para poder repetir muchas más noches así. ¡Muchas gracias por todo, y hasta la próxima!

Setlist Vidres a la Sang:

Torna al teu Clos
La Terra i tu
Policromia
Els vents bufen a favor
Emergiré
Miraré de no tornar-me a perdre
El poble redemptor
L’òrbita del cor

Amb tota rancúnia
Un dia qualsevol
Tots els paisatges són iguals

Avatar
Sobre Albert Vila 952 Artículos
Siempre me ha encantado escribir y siempre me ha encantado el rock, el metal y muchos más estilos. De hecho, me gustan tantos estilos y tantas bandas que he llegado a pensar que he perdido completamente el criterio, pero es que hay tanta buena música ahí fuera que es imposible no seguirse sorprendiendo día a día. Tengo una verborrea incontenible y me gusta inventarme palabras. Si habéis llegado hasta aquí, seguro que ya os habéis dado cuenta.