La reseña improbable: The Beatles – Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band

Ficha técnica

Publicado el 26 de mayo de 1967
Discográfica: Parlophone Records
 
Componentes:
John Lennon - Voz, guitarra
Paul McCartney - Voz, bajo, guitarra
George Harrison - Guitarra, coros
Ringo Starr - Batería, coros

Temas

1. Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band (2:03)
2. With a Little Help From My Friends (2:45)
3. Lucy in the Sky With Diamonds (3:30)
4. Getting Better (2:47)
5. Fixing a Hole (2:37)
6. She's Leaving Home (3:36)
7. Being For the Benefit of Mr. Kite! (2:40)
8. Within You Without You (5:06)
9. When I'm Sixty-Four (2:40)
10. Lovely Rita (2:43)
11. Good Morning Good Morning (2:42)
12. Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band (Reprise) (1:20)
13. A Day in the Life (5:34)

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Hace ya muchos días, semanas y meses, que el compañero y sin embargo amigo Beto Lagarda me nominó para hacer una reseña improbable de un disco muy especial y que marcó un antes y un después en la historia no solo de la música, sino del arte y la cultura. Banda sonora del verano del amor (ya sabes, cosas hippies), un punto de inflexión en la carrera de uno de los grupos más influyentes de la historia del rock ‘n’ roll. Sí, amig@, estoy hablando de John, Paul, George y Ringo, o lo que es lo mismo, The Beatles.

En 1967 sigue la guerra del Vietnam, la CIA asesina en Bolivia a Ernesto «Che» Guevara, Gabriel García Márquez publica 100 años de soledad. Sería el año de la explosión del movimiento hippie, del verano del amor. De la experimentación con las drogas, el LSD, la hierba… El año del Festival de Monterrey. Tiempos convulsos y emocionantes. En este contexto The Beatles seguían con su exitosa carrera, que continuaría con una obra, la que nos ocupa, que significaría un punto de inflexión en su trayectoria.

Nunca he sido fan o seguidor de la carrera (muy interesante, por cierto) de los autores de auténticas joyas como “Strawberry Fields Forever”, “Back in the U.S.S.R.”, “Come Together”, “Hey Jude”, “Helter Skelter” o “Let It Be”… Unos auténticos genios, que consiguieron subir un peldaño más lo que podía significar la música a nivel cultural, haciéndola popular desde la transgresión y la provocación de 4 chavales de Liverpool. La transcendencia de The Beatles está fuera de toda duda y por poco que te interese la música, deberías escuchar alguno de sus álbumes. “I have spoken” que diría Kuiil el granjero en The Mandalorian.

Como te puedes imaginar ha sido muy difícil hacer este artículo, porqué, ah amig@, se trata de un discarral, de una obra maestra que significó un antes y un después en la historia de la banda y por ende de la música. Sencillamente, la creación de esta banda alter ego les liberó creativamente y de alguna manera se liberaron de la presión de ser The Beatles. La imaginación y creatividad sin ataduras fluyendo por los surcos de un vinilo. Un álbum que mezcla géneros sin complejos y que consigue atrapar desde el primer momento. Por ello será una reseña improbable atípica.

“Estamos hartos de hacer música ligera para gente ligera, y también estamos hartos de tocar para esa gente.” (John Lennon)

La octava obra de los Fab Four tuvo una génesis “tumultuosa”. En 1966 estaban hartos de girar, no se aguantaban a ellos mismos, no aguantaban a los fans y les costaba ejecutar las composiciones de discos un poco más complejos como Revolver (1966) que no acababan de sonar bien en directo. Así que tomaron una decisión, cuanto menos, polémica. No iban a hacer más conciertos en vivo. Así pues, decidieron en ese momento que el concierto de San Francisco el 29 de agosto de 1966 iba a ser el último. Volvieron a Inglaterra y se cogieron unas vacaciones, en las que Paul McCartney haría la banda sonora original de la película Luna de miel en familia, George Harrison se iría a la India a perfeccionar su técnica con sítar tutelado por Ravi Shankar, John Lennon actuó en la película Cómo gané la guerra y Ringo Starr decidió pasar tiempo con su familia.

En éstas que McCartney tubo una ideaca: ¿y si nos inventamos una banda alter ego y hacemos lo que nos dé la gana? Pues dicho y hecho. He encontrado en la red de redes que la idea la tuvo mientras volvía en avión de EE. UU. a Londres viendo dos sobres, uno de sal (S) y otro de pimienta (P)… Y de ahí Sgt. Pepper’s… Todo puede ser…

“Pensé, dejemos de ser nosotros. Creemos un alter ego […] no íbamos a ser nosotros haciendo toda esa música, no íbamos a ser The Beatles, sería otra banda completamente diferente, así que fuimos capaces de perder nuestras identidades en esto.” (Paul McCartney)

La idea de la banda imaginaria los liberó de ataduras, así como el no tener que ejecutar en directo los temas que fueran a grabar. Y el resultado así lo demuestra. En este disco encontramos rock, psicodelia, influencias circenses, vodevil, música asiática, orquesta sinfónica… Un compendio de influencias que consiguieron casar a las mil maravillas con el concepto Sgt Pepper’s.

Un disco que, por primera vez, se pensaba como un todo y no como un conjunto de canciones sin más. No es un disco conceptual. Ni progresivo. Pero sí que hay un concepto artístico, muy cuidado: el vestuario, la portada, las letras en el interior de la carpeta (primera vez que esto era así). Dando como resultado lo que podría ser el primer disco protoconceptual. Y sí el primer disco de art rock de la historia.

[Anécdota de la grabación a colación de los discos conceptuales: ¿Sabes con quién coincidieron en los Abbey Road Studios? Pues con Pink Floyd que estaban grabando su primer álbum, The Piper at the Gates of Dawn (1967) tres puertas más allá. Qué cosas tiene la Historia, ¿eh?]

No podemos empezar a hablar de la música contenida en el álbum, sin hablar de su portada. Un collage realizado por el artista Peter Blake que consiste en un montaje con un montón de personalidades que habían influido a The Beatles, desde Karl Marx (+1) a Bob Dylan, pasando por Marlon Brandon y Mae West; o Edgar Allan Poe, Aleister Crowley (“Mr Crowley!!» que cantaría nuestro querido Ozzy) u Oscar Wilde. Una portada que intenta representar el entierro de The Beatles con los Fab Four presentes en forma de estatuas de cera hechas por la mismísima Madame Tussauds y en el centro los Sgt. Peppers Lonely Hearts Club Band vestidos para la ocasión con casacas coloridas.

Un disco, que más allá del cocktail de influencias, en mi opinión, está muy influenciado por otra obra maestra del rock ‘n’ roll, el Pet Sounds de Brian Wilson… Perdón, de The Beach Boys. Sin la grandilocuencia que destila Pet Sounds, con esos arreglos y producción tan cuidada para la época, solo concebible por una mente genial como la de Brian Wilson, seguramente, Sgt Pepper’s no hubiera arriesgado tanto. Sin duda, The Beatles vieron peligrar su cetro…

 

Me parece evidente que este álbum tiene una transcendencia histórica que supera ampliamente mi capacidad de poderla expresar en estas líneas. Esta reseña improbable me está poniendo a prueba, y no sabes cómo… No soy digno de poder criticar este disco. Es una obra mayúscula de la cultura popular contemporánea y yo un tío amateur… Qué cabrón el Beto… Ahora recuerdo porqué se me ha atravesado la reseña improbable, no por el disco, si no porqué me ha costado horrores el enfoque del artículo, y qué decir de una obra tan completa en su conjunto. Quizás no contenga sus temas más mayúsculos, pero el resultado final de los casi 40 minutos de música que están aquí tienen sentido y forman un todo casi natural.

Os ahorraré las anécdotas que podéis encontrar en artículos como este [poner artículo], hay mil… Intentaré realizar un viaje a través de su música, más allá de si “Lucy in the Sky with Diamonds” es una oda al LSD o un dibujo inocente de una niña, si George Harrison no estaba a gusto o si fumaban hierba o no… creo que lo más sincero es intentar describir el viaje que propone el disco, como si fuera la primera vez que lo escuchas.

“Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band” simula una actuación en directo, con paso acompasado e interrupciones de aplausos y risas enlatadas. También aparecen los primeros arreglos orquestales, en este caso de metales. Pegadiza y muy pop. Una carta de presentación, con sonido rockero. “With a Little Help From My Friends” interpretada a la voz y compuesta por Ringo, se nota la influencia del Pet Sounds. Le sigue la canción que más comentarios ha suscitado del disco “Lucy in the Sky With Diamonds” apología del LSD o realmente inspirada en un dibujo infantil. Lennon interpreta lentamente, con un inicio baladístico hasta llegar al puente en el que arrastra más las palabras, hasta que llega al archifamoso estribillo. Una muestra de hacia donde quieren ir con este disco, un sonido más maduro y trabajado. “Getting Better” sigue por la senda de la base rítmica casi marcial, pero suave y coros claramente Beach Boys. “Fixing a Hole” no me parece especialmente destacable, sin bajar el nivel, pero repiten la misma fórmula, aunque hay un solo de guitarra muy bien colocado, sin florituras pero que conjuga perfectamente con el devenir del tema. “She’s Leaving Home” se inicia con notas de arpa. Un tema basado en arreglos de cuerda orquestales en el que Paul canta sentidamente, una pieza destacable, acompañado por unos coros delicados sostenidos. Es un tema delicioso. Con “Being for the Benefit of Mr. Kite!” y su sincopado y circense ritmo, llegamos al ecuador del disco.

Abrimos la segunda mitad del plástico con “Within You Without You” el único tema de Harrison, en el que obviamente aparece el sitar y la influencia de la música hindú. Bueno… no soy muy amante de estas melodías, pero es un elemento interesante a tener en cuenta, no solo de la música de raíz occidental vive el hombre. “When I’m Sixty-Four” es una canción festiva, en la que los clarinetes y el piano conducen la canción sin problemas. Preciosa. “Lovely Rita” aparecen ruiditos extraños, instrumentaciones atípicas, trompetillas, lo que parece un peine, de fondo en un tema surfeante con un final parece que vayan desmontando la canción poco. En “Good Morning Good Morning” dan rienda suelta a metales, un solo de guitarra chirriante, animales, redobles de batería… cantos de gallo, piar, maullidos de gato… notable ejercicio y notable canción que nos conduce a lo ya escuchado antes con “Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band (Reprise)” con solo distorsionado, y un sonido ye-ye.

El disco acaba con el mejor tema de todos, una canción compuesta por dos temas diferentes uno de Lennon y otro McCartney, que ensamblan a la perfección; “A Day in the Life” una balada iniciada al piano por Lennon que se ve interrumpida por el ruido de una orquesta, para que Paul haga su parte. Es una puta maravilla. El ruido orquestal se torna en épico para volver a la parte de John. Los arreglos son maravillosos. Sigue, sigue el tema con una base rítmica casi jazzística, tormenta orquestal para acabar con un acorde Mi Mayor final de cuatro pianos simultáneos. Sin palabras.

Sin duda, Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band de The Beatles es un álbum sublime, que a pesar de haber sido publicado hace 54 años mantiene una pulsión brutal. Podrías estar escuchándolo día tras día. Ecléctico, sorprendente y delicioso, así es como podríamos definir este álbum. Siento no haber podido hacer una reseña improbable al uso, pero me resultaba imposible escupir bilis sobre una obra de tal magnitud. Si has llegado hasta aquí es que te ha gustado el artículo, gracias.

Ahora me toca nominar. Ya que estamos experimentando con nuevos géneros musicales más allá del metal, nomino a Toni Lopez. Y la reseña improbable será de Debut (1993), de Björk. Un álbum de transcendencia en los 90 y giró como un calcetín la escena musical occidental de la mano de una islandesa.

 

Joan Calderon
Sobre Joan Calderon 169 Artículos

Sant Boi-Barcelona-Arenys de Mar. Padre y Metalhead. Desbordado por tanta música que escuchar y poco tiempo para disfrutarla. En el Universo solo hay dos cosas claras: In vino veritas y Metallica es la banda más grande de todos los tiempos (quizás solo una sea cierta, y no tenga que ver con la verdad). Death, black, doom, sludge, hardcore, thrash… a menudo: pop, rock, indie, electrónica, hip hop...  en resumen, la música es mi pasión