La reseña improbable: Behemoth – The Satanist

Ficha técnica

Publicado el 3 de febrero de 2014
Discográfica: Nuclear Blast Records / Metal Blade Records / Mystic Production
 
Componentes:
Adam "Nergal" Darski – Voz, guitarra
Patryk Dominik "Seth" Sztyber – Guitarra
Tomasz "Orion" Wróblewski – Bajo
Zbigniew Robert "Inferno" Promiński – Batería, percusión

Temas

1. Blow Your Trumpets Gabriel (4:25)
2. Furor Divinus (3:06)
3. Messe Noire (4:04)
4. Ora Pro Nobis Lucifer (5:35)
5. Amen (3:49)
6. The Satanist (5:33)
7. Ben Sahar (5:34)
8. In the Absence ov Light (4:58)
9. O Father O Satan O Sun! (7:13)

Multimedia



Escucha y compra

Este disco en Amazon: La reseña improbable: Behemoth – The Satanist
Todos los discos de La reseña improbable: Behemoth en Amazon


Volvemos a darle caña a una de nuestras secciones más míticas, la improbable, y aquí estoy, víctima de los malhechores de mis co-redactores. Lo tienen fácil, lo sé: buscar algún disco extremo, de esos burros burros, y ya me tienen nominado. Soy así de predecible, qué queréis que le haga (tampoco me escondo ni me avergüenzo, ¿eh? Que para gustos buenos, los míos).

Esta vez me atacan con Behemoth y su The Satanist (2014), uno de sus discos más celebrados, según he leído por la red, en páginas que no quisiera haber visitado y que me han dado mucho miedo. Su décimo disco, es decir, una banda más que consolidada, y haciendo algo llamado blackened death metal. Y yo que pensaba que esa tontería de las etiquetas estaba más que superada, iluso de mí…

A ver, vamos al grano. No me gusta el black, no me gusta el death, menos me va a gustar un death ennegrecido, así que con esas premisas voy a darle al play.  ¿Y qué me encuentro? Pues, obviamente, una música que no me gusta y que me hace arrugar la nariz, pero también con algunos detalles muy interesantes, aunque a veces no me pega con el resto de la música. De echo, esto de pegar, es algo que siempre me ha pasado con el black y similares, especialmente con la batería, que quiere ir tan rápido que estropea lo que podría (podría) ser un buen tema. En general, el tipo de guitarras del estilo no me gustan un pelo. ¿Por qué tanta distorsión? ¡Si es que parece que te estés comiendo un polvorón relleno de ColaCao! Reconozco que en ciertos temas, como “Ben Sahar” (el que más me ha gustado, de largo), quedan bien, pero en general es algo que me tira para atrás. Si le sumamos una voz que, más que cantar, parece que le hayan atropellado un pie (es así, me ha pasado) y a lo de la batería de antes, pues tenemos un resultado para salir corriendo y esconderse debajo de la cama para que los monstruos no nos encuentren.

Como puntos a favor, no sé si como único, están los arreglos. Todo el disco está muy bien hecho y producido. Todos los detalles están muy cuidados, dándole una atmósfera muy chula que no sé si es lo que necesita este tipo de música. Pero oye, al menos esa alegría que me he llevado pal cuerpo. Hagamos un repaso tema a tema, que “sólo” hay nueve.

Abrimos llamando a los arcángeles con “Blow Your Trumpet Gabriel”, que más bien podría interpretarse como algo pornoso, pero no. Dejemos Pornhub en su sitio, que esto es más bíblico. Riffaco pesado para empezar de forma lenta y machacona, y larga. Joder, qué intro de canción más cansina. Luego tenemos ya los lamentos del averno gritando “pupa, pupa” y el resto de instrumentos siguiendo ese ritmo tan soporífero. ¡Con lo bonito que es el doble bombo del power y dónde tenemos que vernos! Tema aburrido, a pesar de los adornos estilo “oooooh ooooooh” y de la quinta que le mete hacia mitad y final del tema. Tal como acaba, empieza “Furor Divinus”. ¿Esta gente sabrá que es el All-Bran? Porque lo necesitan, ¿eh? No se puede ir con tan mala leche por el mundo. Joder, estoy poniendo caras mientras el sr.  Nergal berrea como un poseso. Aquí solo salvo algunos trocitos de batería, pero pocos. Mare de Déu… Pasamos a la última de la primera tríada, “Messe Noir”, y la verdad es que me cuesta horrores diferenciar entre temas. Más allá de los tempos, lo veo todo igual. Es algo que ya me ha pasado con discos extremos. Quizá sea por la falta de melodía vocal, que es en lo primero que me fijo. Definitivamente, esto no es lo mío.

“Ora Pro Nobis Lucifer” empieza el segundo acto, y su inicio está muy bien: guitarras, bajo, batería, arreglos… luego empieza el tema per sé, y ya la cagamos de nuevo (bueno, ellos hemos quedado que no). ¿Pero por qué tanto odio? Con lo bonita que es la luz, la paz y la harmonía… “Amen”. Supongo que, si el título fuese en castellano, llevaría tilde, porque amor y esa rabia que desprende el tema (¿hola, batería inadecuada?) poco tienen que ver con el amor. Qué congoja, por Dios… En cambio, el inicio de “The Satanist” sí está muy bien. Por unos segundos parece que estemos escuchando otro estilo. La batería, en general, me gusta, los arreglos están muy logrados y hasta el estribillo es destacable, pero no, sigue sin entrar. Ya podemos usar la vaselina que queramos, que no pasa.

Ya he dicho antes que “Ben Sahar” era el tema que más me ha gustado. Quizá note que, aunque machacona, en general fluye más que el resto de canciones del disco. Tiene cierta melodía (casi diría que veo a los antiguos Manowar por ahí escondidos) que hace que su escucha sea digerible para sibaritas de la alegría como yo, y los arreglos le suman puntos. Tampoco pienso escucharla más, pero dentro del disco, la destaco. ¡Va, que ya sólo quedan dos! La penúltima, “In the Absence ov Light” empieza ya mal, girada, con una batería absurda y unas guitarras demasiado densas y distorsionadas. Luego, pues más mala leche que hace que el mundo sea un poquito peor. Ay no, de verdad que no. Pero aún no acaba, faltan los más de siete minutazos de “O Father O Satan O Sun!”. Voy a morir. Lo sé y lo sabéis. Dad recuerdos a todos y rezad por el futuro de mi alma. Tiene trozos muy memorables, pero tardan mucho en llegar. Hacia el minuto y medio me ha gustado, pero me sobra ese minuto y medio de antes. Luego… a ratos. De nuevo, me parece forzado, como pegar juntas cosas que no deben ir juntas. ¿Qué pinta ese solo de guitarra ahí? Es muy rockero o clásico para tanta mala leche. No lo acabo de ver, no.

Sigo sin entender este estilo de música. La encuentro violenta y agresiva, y el mundo ya tiene demasiado de eso para, además, escucharlo voluntariamente. Con lo bonita que es la melodía y la fiesta gamberra, ¿para qué bajar al infierno? No, no me encontraréis ahí… hasta que algún mamonencio me vuelva a nominar.

Dentro de 15 días, nuestra querida Irene Vernedas nos deleitará con la improbable de un pedazo de disco que mola mucho, el que me enganchó al hard rock y que considero perfecto de principio a fin, el Lipservice (2005) de los suizos Gotthard.

Xavi Prat
Sobre Xavi Prat 383 Artículos
Llevo en esto del heavy más de media vida. Helloween y Rhapsody dieron paso a Whitesnake y Eclipse, pero Kiske sigue siendo Dios. Como no sólo de música vive el hombre, la literatura, Juego de Tronos y los tatuajes cierran el círculo. Algunas personas dicen que soy el puto amo, pero habrá que preguntarles por qué.