El Resurrection Fest está a la vuelta de la esquina, pero antes de que llegue tenemos una cita en Barcelona con Maximum the Hormone. Ya hace unos años que la organización del festival también organiza conciertos a lo largo del año bajo el nombre de Route Resurrection.
Entre las grandes bandas que nos van a visitar este año, tenemos a los japoneses más locos del panorama. Decir que son una banda de metal se queda corto, ya que en cada una de sus canciones nos podemos encontrar cambios de estilo radicales. Les gusta mezclar funk, rap, música electrónica, pop… ¡Todo lo que me dé! En este sentido, son como una especie de System of a Down puestos de anfetaminas.
Por supuesto, también tocan diferentes palos del hardcore, el punk y el metal extremo, siendo estos el núcleo de su música. Nos podemos encontrar hasta secciones de grindcore con el vocalista Daisuke-han dejándose las cuerdas vocales, o breakdowns que parecen salidos del deathcore más sanguinario. Hasta la fecha, cuentan con cuatro discos de estudio y un buen puñado de EP’s, así que van sobrados de material para sus conciertos. Solo hace falta escuchar Yoshu Fukushu (2013) o Buiikikaesu (2007) para ver de qué pasta están hechos.
El cuarteto se completa con el guitarrista y compositor Maximum the Ryo, el bajista Ue-chan y la batería Nao, que también canta las partes más melódicas. Durante casi toda su carrera, han conseguido mantener esta formación estable, un logro para nada desdeñable.
De momento, todo apunta a que no les va a acompañar ninguna otra banda, así que podemos esperar una actuación extensa por su parte. ¡La sala grande de Razzmatazz abrirá sus puertas a las 20:00 para la fiesta!
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Me metí en esto del metal a los 14 años, y de concierto en concierto he ido descubriendo las bandas nacionales e internacionales que forman parte de este mundillo. Ahora aporto mi grano de arena a Science of Noise contando lo que pasa en los eventos de la zona y algunas novedades discográficas.
También toco la guitarra y el bajo en algunos grupos de la escena local. Tengo los huevos pelaos de tocar en el Ceferino.
