In Flames – Reroute to Remain: Fourteen Songs of Conscious Insanity (Especial 20º Aniversario)

Ficha técnica

Publicado el 2 de septiembre de 2002
Discográfica: Nuclear Blast Records
 
Componentes:
Anders Fridén - Voz
Björn Gelotte - Guitarra
Jesper Strömblad - Guitarra
Peter Iwers - Bajo
Daniel Svensson - Batería

Temas

1. Reroute to Remain (3:57)
2. System (3:43)
3. Drifter (3:12)
4. Trigger (5:02)
5. Cloud Connected (3:42)
6. Transparent (4:07)
7. Dawn of a New Day (3:44)
8. Egonomic (2:40)
9. Minus (3:47)
10. Dismiss the Cynics (3:42)
11. Free Fall (4:02)
12. Dark Signs (3:24)
13. Metaphor (3:43)
14. Black & White (3:33)

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Para muchos, Reroute to Remain fue el final para In Flames. El sexto disco de los suecos es uno de los más controvertidos del metal extremo. Pero seamos francos, estamos frente a un disco increíble en todos los aspectos. A In Flames a menudo se le atribuye la popularización del sonido de Gotemburgo y también el “honor” de llevar el death metal melódico a las masas.

Es evidente que no es tan pesado como sus álbumes anteriores. Aunque honestamente, Clayman (2000) ya empezó a mostrar signos de lo que vendría con Reroute to Remain y para muchos es una obra maestra. Aquí hay unas nuevas ideas que facilitaron que In Flames pasasen a ser una banda odiada en el melodeath. La aparición de voces limpias y añadidos electrónicos en la mezcla hacían que la escucha fuese mucho más fácil, apta para todos los públicos.

In Flames se encontraron en una compleja encrucijada. Estaban en un período en el que podrían haber tomado dos caminos diferentes. El de ser monótonos e intentar gestar otro Whoracle (1997) o Colony (1999). O bien traicionar parte de su sonido. In Flames se mostraron desafiantes y decidieron salir de su zona de confort y abrazar nuevas ideas, nuevos caminos.

En la canción “Transparent” comentaron que … «construye tu propia escalera y no te mientas a ti mismo. Sé uno con el viento (siempre cambiante) incluso si es una lucha, haz de esto tu prioridad (no te estanques)». Más claro imposible.

Instrumentalmente no estamos frente a un trabajo desafiante. Pero si lo es en cuanto a composición. Cada canción tiene su propia identidad y hace que el álbum no envejezca pese a contar ya con 20 años. Las canciones son pegadizas, algo que aún no habían logrado con anterioridad. Quizás aquí encontramos los primeros verdaderos himnos de estadio de In Flames.

La principal muestra de ello es la sensacional “Cloud Connected” de la que Anders comentó:

“No éramos una banda para entrar y escribir sencillos que sirvieran como una canción épica y un montón de sobras; siempre tratamos de escribir álbumes. Pero esta canción, de las 14 canciones del álbum, representó bien a In Flames: capturó esa agresión con un gran gancho, tanto que incluso si realmente no nos conoces, puedes escuchar al instante que la canción es In Flames. Tiene pesadez, pero sigue siendo accesible, lo cual era importante.”

Llegados a este punto, tras Clayman, los propios In Flames sabían que necesitaban una gran canción que les hiciera ganar más adeptos. Un temazo para hacer temblar los cimientos de cada show. Así nació “Cloud Connected”, una canción pensada para las masas.

Más allá del poderío de “Cloud Connected”, el disco contiene el que seguramente es el mejor arranque de disco de In Flames con hasta seis canciones seguidas que te noquean con su brutalidad y calidad. De ellas posiblemente la otra que tiene más adeptos es “Trigger” aunque personalmente me inclino por “Drifter”. Estas dos piezas son brutales. “System” tiene cierta aroma a metalcore y “Transparent” se arrima bastante al nu metal.

La segunda mitad del disco no afloja en calidad pero si encontramos alguna pieza con menos revoluciones por minuto como “Minus” o “Dawn of a New Day”. Dos canciones infravaloradas pero de un potencial increíble. “Free Fall” y “Metaphor” son dos de las mejores canciones de la recta final del disco. La primera me recuerda mucho a Children of Bodom con esos teclados y armónicos tan Laiho. “Metaphor” es un medio tiempo inusual que brilla con luz propia entre tanto músculo.

A modo resumen final, entiendo la decepción de los fans más acérrimos de la banda. Pero admiro la valentía de In Flames por decidir por el cambio. La evolución nos trajo una banda más madura capaz de gestar un disco tan grande como este Reroute to Remain. Un discazo más querido que odiado. Esto es así.

Beto Lagarda
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