Grip Inc. – Power of Inner Strength: 25 años desde que Dave Lombardo demostró que podía ser mucho más que Slayer

Ficha técnica

Publicado el 7 de marzo de 1995
Discográfica: SPV GmbH
 
Componentes:
Gus Chambers – Voz
Waldemar Sorychta – Guitarra
Jason Viebrooks – Bajo
Dave Lombardo – Batería

Temas

1. Toque de Muerto (1:22)
2. Savage Seas (Retribution) (3:11)
3. Hostage to Heaven (3:57)
4. Monster Among Us (4:22)
5. Guilty of Innocence (3:37)
6. Innate Affliction (3:34)
7. Colors of Death (3:04)
8. Ostracized (3:08)
9. Cleanse the Seed (4:55)
10. Heretic War Chant (5:23)
11. The Longest Hate (5:01)

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Aunque no fuera una noticia que yo viviera en directo, sé que la marcha de Dave Lombardo de Slayer en 1992 fue recibida como poco menos que una tragedia irreparable entre la comunidad metálica del momento, que vivía una sacudida más en una época de muchos cambios para una escena que ya nunca iba a ser la misma con la aparición del grunge, el rock alternativo y los géneros extremos. Y aunque, por supuesto, el batería cubano me parece una auténtica apisonadora tras los parches, a mí ese cambio no me generó ningún tipo de trauma. Es más: en realidad, creo que su sustituto a las baquetas de la banda liderada por Jeff Hanneman y Kerry King, Paul Bostaph, no tiene nada a envidiarle ni en talento ni en carisma a pesar de que algunos de los fans más trues nunca han acabado de aceptarlo.

Yo no sé si el hecho de que Divine Intervention fuera uno de los álbumes clave de mi adolescencia y que aún hoy me parezca un discarral impepinable tiene algo que ver con esa opinión, supongo que sí, pero lo cierto es que, lejos de considerar la decisión de Dave de irse a ver mundo como un problema, viví con gran excitación que Slayer (por esos entonces mi banda favorita, y muy de largo) fueran capaces de sacar tal disco sin él y, como bonus, pudiéramos encontrarnos de morros con una bandaza como Grip Inc., que si bien nunca acabó de despegar a nivel de popularidad, en mi opinión dejaron unos cuantos discos (al menos un par) de padre y muy señor mío.

Hablando de padres, el motivo por el cual Dave abandonó su banda de toda la vida fue para poder asistir al nacimiento de su primer hijo y, de rebote, poder tener una vida familiar más plena que la que uno debe tener cuando está en una banda de éxito y pasa la mayor parte de su vida en la carretera. Esa demanda no fue del todo bien recibida por el resto de sus compañeros (especialmente por parte del siempre complicado Sr. King), disparados como estaban hasta el Olimpo del Metal, así que ambas partes decidieron tomar caminos separados hasta que su esperado retorno en 2001. Un retorno que todo el mundo celebró y que sirvió para darle un empujón a la maltrecha popularidad de la banda en esos momentos, pero que en mi opinión no se tradujo en mejores discos.

Esa separación no quería decir, por supuesto, que Dave tuviera la intención apartarse definitivamente del mundo del metal, así que decidió aceptar la propuesta de Waldemar Sorychta, afamado productor y compañero suyo en un proyecto tan ambicioso y prometedor como decepcionante como fue Voodoocult (una banda que, recordad, contaba en sus filas con Mille Petrozza, Chuck Schuldiner y el propio Lombardo y que acabó sacando un disco de mierda como Jesus Killing Machine antes de irse irremediablemente al garete) y ayudarle a formar una nueva aventura llamada Grip Inc. que le permitiera seguir desarrollando su carrera sin el estrés asociado a formar parte de una de las bandas más grandes y demandadas del panorama metálico del momento.

Lejos de querer capitalizar exageradamente su pasado en Slayer apostando por formar una nueva banda de thrash al uso que le hiciera reconocible de cara los fans de los californianos, Dave y Waldemar decidieron abrazar algunas de las tendencias que prevalecían en el panorama metálico del momento para crear un proyecto de thrash / groove metal que bebía tanto de las bandas clásicas de thrash metal como de lo que estaban haciendo Pantera, Machine Head o los más recientes Sepultura. Y sin conformarse con eso, añadieron incluso momentos en los que recordaban a alguno de los popes del nuevo doom europeo, logrando fabricar así un sonido bastante particular que, por lo recuerdo, fue recibido con notable entusiasmo por la bulliciosa parroquia noventera en la que me incluía.

Para completar el equipo enlistaron al vocalista Gus Chambers (que fallecería en 2008) y al bajista Jason Viebrooks, y con los años acabaron por sacar cuatro álbumes más que decentes que les crearon una notable (pero con los años decreciente) reputación hasta que la vuelta de Dave a Slayer les acabó de matar para siempre. Este Power of Inner Strength con el que debutaron quizás no fue un disco tan redondo como el siguiente Nemesis (que tampoco sé si era tan objetivamente redondo, en realidad, pero a mí me flipaba cosa mala), pero en su momento lo disfruté bastante. Con una producción moderna y afilada obra del propio Sorychta (autor a su vez de todas las canciones) y que ha envejecido la mar de bien, la banda resistió a la tentación de centrar su sonido en las habilidades y el prestigio del señor Lombardo, y aunque es evidentemente que no quieren esconderlo, tampoco hay ningún momento demasiado descarado en el que abusen de pajillerismo baterístico gratuito.

Debo confesar que aunque en su momento me lo compré en CD y me lo trillé lo suyo, hacía bastante tiempo que no me escuchaba este disco de principio a fin. Y tal y como ya me ha ocurrido en otras muchas ocasiones en motivo de esta sección, la verdad es que he disfrutado lo suyo de recuperarlo. En cuarenta minutillos escasos Grip Inc. tienen suficiente para demostrar que lo que proponían en su debut era entretenido, motivante y hasta cierto punto incluso original. Porque si bien es cierto que no inventan nada demasiado revolucionario y, en general, todo es aún bastante reconocible, la mezcla de estilos por la que apuestan es suficientemente sólida, dinámica y resultona como para despertarte un genuino interés en ellos.

El breve y ritualístico «Toque de Muerto» que abre el disco, con la batería como absoluta protagonista, ya deja entrever un poco hacia donde van a ir los tiros. La severa, potente y machacona «Savage Seas (Retribution)» lleva ese protagonismo al entorno de una canción completa, y el rollo casi tribal que intuimos en la mayoría de sus pasajes será una constante en el resto del disco (algo que no se va a repetir en su siguiente álbum, al menos al mismo nivel). Si eso ya puede dejar entrever alguna especie de pequeño guiño a Sepultura (cuyo Chaos AD se erige como una de las mayores influencias en este álbum), algunos de los punteos y solos de guitarra, neuróticos e insistentes como los del disco de la portada azulada, nos disiparán cualquier duda que podamos tener.

Si ese primer corte apunta ciertamente alto, «Hostage to Heaven» me parece un temarraco excelente de arriba a abajo. , y no solo ha sido siempre mi absoluta favorita de Power of Inner Strength y una de las mejores canciones de la carrera de la banda en mi opinión, sino que tengo la sensación (y así me lo acaba de certificar el ránking de popularidad de Spotify) que ha quedado como el gran temazo que Grip Inc. ha aportado (tímidamente) a la posteridad. A mí me parece un tema flipante, ya os lo digo, con un riff espectacular y una energía, una fuerza y un no sé qué inexplicable que no creo que encontremos en ningún otro corte de este disco. Eso sí, si hay algún sitio en el que podemos escuchar a Slayer más que en ningún otro, es precisamente aquí.

Y aunque este tema se sitúa sin discusión en lo más alto del podio, este disco nos ofrece mucha más tela que cortar. Tanto la pesada, inquietante y en ocasiones misteriosa «Monster Among Us» como la paradójica y potente «Guilty of Innocence» tienen cosas muy interesantes, desde una atractiva prominencia de guitarras acústicas a momentos potentes y engorilados. Ambos me gustan, pero tampoco os penséis que todo son flores y violas, ya que el segundo de estos temas posee algunos ritmos entrecortados y aparentemente encorsetados que nunca han acabado de convencerme. El protagonismo (controlado) de la batería, eso sí, es siempre innegociable, y tal y como ocurre en todos los discos que ha grabado, el trabajo del señor Lombardo es sencillamente espectacular.

«Colors of Death» abre con una parte inicial como muy desesperada y muy doomera que me suena un poco a bandas como Tiamat, pero enseguida salta a un riffaco afilado, obsesivo, neurótico y repetitivo marca de la casa y lleno de armónicos que llega a recordar a los Machine Head del entonces reciente Burn My Eyes, cuya influencia también está muy presente en «Innate Affliction», un tema más machacón y opresivo. «Ostracized», por su parte, fue el otro gran single del disco. Se trata de un medio tiempo de ritmo vacilón y en la vena de algunas de las bandas más pesadas del rock alternativo. y aunque creo recordar que a mí nunca llegó a fliparme en su momento, se trata de un tema divertido con un groove muy bailable e infeccioso que uno puede entender perfectamente que tuviera su éxito en su momento

El poderoso y atmosférico medio tiempo «Cleanse the Seed» se abre con una virtuosa, misteriosa y deliciosa guitarra de tintes españoles, mientras que «Heretic War Chant» es dinámica, potente y gritona sin destacar más allá de por la fuerza y energía que imprime. La final y notable «Longest Hate» cierra el álbum con ritmos balanceantes y obsesivos, voces de fondo en múltiples idiomas (que culminan en un «lo único que queremos es vivir en paz»), una potente batería machacona y por momentos tribal y una voz que, de nuevo, flirtea con el doom antes de ponerse a gritar como nos tiene acostumbrados. El bajo inicial suena indisimulablemente megadético, aunque deja de ser así cuando el resto de instrumentos empiezan a cobrar protagonismo y acaba por ofrecernos los momentos más épicos de todo el disco.

Aunque el paso del tiempo les ha relegado a calidad de banda anecdótica de los noventa, hubo un momento en el que Grip Inc. lo tuvieron. Tanto este Power of Inner Strength como el siguiente Nemesis apuntaban muy alto, pero su propio y buscado perfil bajo, la falta de fortuna y los cambios inherentes en la época los fueron convirtiendo poco a poco en irrelevantes a ojos de crítica y fans. En perspectiva, quizás Grip Inc. no deja de ser una banda más de las muchas que han trufado la carrera del impresionante Dave Lombardo (al lado de Fantômas, Testament, Suicidal Tendencies o los propios Slayer, evidentemente), pero en su momento lo que hicieron molaba mucho. Y qué coño, aunque este disco dista bastante de ser perfecto, hoy sigue haciéndolo.

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Sobre Albert Vila 953 Artículos
Siempre me ha encantado escribir y siempre me ha encantado el rock, el metal y muchos más estilos. De hecho, me gustan tantos estilos y tantas bandas que he llegado a pensar que he perdido completamente el criterio, pero es que hay tanta buena música ahí fuera que es imposible no seguirse sorprendiendo día a día. Tengo una verborrea incontenible y me gusta inventarme palabras. Si habéis llegado hasta aquí, seguro que ya os habéis dado cuenta.