Entrevista a Ian Anderson, líder de Jethro Tull: ‘Escogí la flauta porque sabía que nunca podría tocar la guitarra a un gran nivel’

Vale… no fue nada fácil, pero en Science of Noise obtuvimos nuestra primera entrevista con uno de los más grandes personajes y genios del rock: el inigualable Ian Anderson, alma mater de Jethro Tull. Son cuatro preguntitas, pero nos valen… y más sabiendo que las entrevistas estaban más acotadas que nunca. El caso es que vuelve el nombre de Jethro Tull y lo hace después de siete años respecto a su último directo en Islandia.

Mi canción favorita es “The Zealot Gene” y creo que la lleváis tocando en directo desde el pasado mes de noviembre. ¿Cómo fue la reacción de la gente?

Sí, en febrero de 2020 hicimos un concierto en Barcelona y otro en Madrid en los que tocamos esta canción, y luego la hemos ido tocando en todos los conciertos que hemos hecho desde que terminó el mes de agosto hasta ahora. La reacción del público ha sido muy positiva. También hemos escogido tres o cuatro canciones más del disco para ir tocando, que fueran una buena muestra de lo que es el álbum sonando en directo. Ha sido muy positivo todo, pero toca esperar a ver cómo reaccionan los fans con todo el disco completo, y eso será a finales del mes de enero.

Volviendo a The Zealot Gene (2022), quiero hablar sobre la portada. ¿Por qué tu cara en la portada?

Sí… Un poco conecta con lo que versa la letra de la canción “The Zealot Gene”. Va un poco encarado hacia las opiniones polarizadas que hay en los diferentes puntos de vista de la gente y un poco viene dado todo ello por los gobiernos populistas a los que nos vemos arrojados en la actualidad. Hablo en ella de las diferentes opiniones radicalizadas que hay, tanto de las izquierdas como de las derechas. Parece como si todo se redujese a o blanco o a negro. Definitivamente la gente toma opiniones muy contrarias de todo, en el mundo, y especialmente a través de las redes sociales. Mi intención era desarrollar esta idea: la dualidad de blanco y negro, y es por eso que sólo aparecen estos colores en la portada. Así que me serví de una foto mía y aumentando el contraste del negro sobre el blanco. Y si miras el reverso del disco es más blanco que negro. Es relacionarlo todo con las letras de la canción.

Un poco. si miras mis discos de Jethro Tull hay más imágenes de mí mismo en solitario, sin el resto de la banda. Puesto que conseguir una foto buena con cinco miembros de una banda es algo muy difícil. Lo sé por los fotógrafos. De esas sesiones con tanta gente nunca se consigue una foto plenamente satisfactoria. Nunca terminan de funcionar las fotos grupales para la cubierta de un disco. Incluso sucede en las fotografías destinadas a publicidad. Es mucho mejor, normalmente, una imagen más simple y fuerte, y para eso, es siempre una mejor opción buscar una imagen individual. Mira por ejemplo la portada de Aqualung (1971), hay solamente una figura, o en el disco War Child, en que sucede lo mismo. También en el disco recopilatorio Living with the Past de 2002. Allí aparezco yo solo tocando la flauta sobre una pierna. Es algo que ha sido muy habitual en mis discos a través de los años. Y aparezco yo sólo, puesto que, en el fondo, es la imagen que más vende de Jethro Tull. Soy el producto más evidente y fácil desde el punto de vista comercial.

Mi imagen es más obvia que la todos los miembros del grupo juntos. Y siempre hay problemas con las fotos grupales, es más, yo odio esas sesiones con tanta gente, puesto que siempre habrá el que cierra los ojos, el que mira hacia el lado equivocado (risas)… Y que conste que te lo digo por los muchos años que llevo de experiencia en estas situaciones. Conseguir una buena foto de todo el grupo a la vez nunca es fácil. Y de verdad, no creo que sea la mejor portada el meter todo el grupo en ella. Aunque también hay buenas fotos de dúo… Vamos a poner el ejemplo de Simon & Garfunkel. Allí sí que había una buena opción de que saliera “todo el grupo”, pero porque eran sólo dos. Vale, pero entiéndeme… con más de dos personas la cosa empieza a complicarse.

¿Por qué decidiste grabar un álbum en vivo en Islandia? No es algo muy común, pero he visitado esas tierras y creo que tiene que ser algo realmente especial lo de tocar allí. Además… casa mucho con tu música.

Fue un disco grabado en unos tiempos (2014) en los que íbamos de gira y la televisión islandesa nos dijo que quería televisar uno de nuestros shows en Reikiavik. El trato que hice fue el siguiente: “Ok, podéis grabarlo y televisarlo un par de veces, pero yo me quedo con los derechos de audio y video para poder hacer si quiero un disco en directo”. Y lo aceptaron sin problemas, ese era el trato. De todas, formas yo ya llevo muchos años de relación con Islandia puesto que juraría que he llegado a tocar allí unas 11 veces.

Posiblemente sea el artista internacional de música occidental que más veces ha tocado allí. Hace poco volví a estar por esas tierras, y no fue fácil, pero tocamos un concierto de navidad en 2017. Toqué en la enorme iglesia de cemento que hay en Reikiavik. Se trataba de un concierto para recaudar fondos para la catedral junto a mi compañero y amigo Marc Almond (Soft Cell). Con él suelo tocar en iglesias y catedrales. En fin, esa fue la última ve que estuve por allí y nevó digamos que… un poquito. Eso contribuyó a que la atmósfera fuera incluso más navideña.

¿Podemos decir que la mejor decisión en tu vida como músico fue tocar la flauta?

Es un instrumento que escogí porque yo sabía que nunca podría tocar la guitarra a un gran nivel. Y menos al nivel de Eric Clapton, Jeff Beck, Jimmy Page o Ritchie Blackmore. Sabía que nunca podría ser tan bueno como ellos, por lo que tenía que buscar alguna cosa diferente: un instrumento. Y me decanté por la flauta porque brillaba en el escaparate. Brilla, está muy bien diseñada y me atrajo desde el primer momento, ya desde un punto de vista técnico. Pero en el primer momento yo no tenía ni idea de cómo se tocaba la flauta. Tuve que practicar mucho, probarla y ver qué ruidos podía conseguir con ella.

Pronto será el 40º Aniversario de The Broadsword and the Beast (1982) de Jethro Tull. ¿Crees que fue un álbum especial para Jethro Tull?

Yo lo considero un disco muy bueno y sigo tocando algún tema del mismo. Fue el resultado de dos años de trabajo, de componer, grabar demos, escoger canciones, desechar algunas otras para la versión final… Algunas parecía que encajaban perfectamente en el disco, pero cuidado… teníamos material para dos o tres discos enteros.

Grabamos e hicimos demos de todo lo que creábamos y la idea es editarlo todo a la vez y sacarlo en un cofre en julio de 2022. Es un formato y un contenido muy elaborado y repleto de detalles. Estoy seguro que le va a encantar a todos nuestros fans, especialmente a los europeos, pues en Estados Unidos el disco pasó muy desapercibido. Eran esos días en los que la radio americana había encontrado su propia fórmula de música y apostaba por bandas del ahora llamado classic rock. Luego los gustos norteamericanos pasaron por el rock alternativo y el pop. Cambiaron los gustos con el paso del tiempo, y claro, The Broadsword and the Beast fue un disco editado con los gustos de la radio cambiantes, hecho que hizo que la cosa no funcionara para nada comercialmente hablando.

Con los años la radio ha ido recogiendo cable otra vez para volver a apostar por el rock clásico en la actualidad, pero hace 40 años ninguna radio nos ponía en antena ni teníamos promoción alguna. Y era necesaria… Por ejemplo, en Alemania, el disco más vendido y exitosos de todos los de Jethro Tull es The Broadsword and the Beast.

Jordi Tàrrega
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Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.