Electric Wizard – Come My Fanatics…: 25 años de «La iniciación»

Ficha técnica

Publicado el 1 de enero de 1997
Discográfica: Rise Above Records
 
Componentes:
Jus Oborn - Voz, guitarra
Tim Bagshaw - Bajo
Mark Greening - Batería, percusión

Temas

1. Return Trip (10:02)
2. Wizard in Black (8:14)
3. Doom-Mantia (8:52)
4. Ivixor B / Phase Inducer (8:45)
5. Son of Nothing (6:32)
6. Solarian 13 (7:59)
7. Demon Lung (5:55)
8. Return to the Sun of Nothingness (6:39)

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Come My Fanatics... celebra sus 25 años siendo aún la mayor proeza del stoner doom metal. Muchos pensaréis que este titulo honorífico se lo lleva el incomparable Dopethrone (2000), pero la semilla de la maldad fue sembrada en el segundo disco de unos Electric Wizard que siguen sonando hoy igual de frescos y novedosos que en sus inicios.

Tras el homónimo debut de 1995, los de Somerset querían ser la banda más pesada del mundo. Y vaya si lo lograron. El power trio formado entonces por Jus Oborn, Tim Bagshaw y Mark Greening adoptó el sonido más intenso, duro y pesado que uno podía imaginarse. Las bajas entonaciones de este disco provocan una ruptura con todo lo conocido hasta la fecha. La distorsión y la psicodelia se funden en Come My Fanatics… para producir dolor al oyente.

Los monolíticos riffs son una continua experiencia multisensional. Puedes sentir en tus pieles, puedes oler su fragancia, puedes probar su sudor. El rock espacial suena aquí como una de las mayores influencias de Electric Wizard, aunque el rock psicodélico de los 60-70 y las películas de ciencia ficción ayudan al resultado final de la ecuación. Los matices cósmicos que fluctúan a través del disco son una delicia para todos los amantes del space rock.

Sin duda estamos frente a un disco novedoso que sigue sonando igual de marcial que 25 años atrás. Si el doom metal tradicional de hace un cuarto de siglo suena algo viejo y carcomido, el sonido de Electric Wizard es tan vigente que sorprende como el primer día.

Las atmósferas asfixiantes entran en tu mente como un martillo, capaz de romper todo tu sistema auditivo al ritmo de unos riffs tan pesados y demoledores que avasallan todos tus sentidos. La primera mitad del disco es posiblemente lo mejor que la banda inglesa ha compuesto nunca. Desde la enfermiza “Return Trip”, a la colección de riffs increíbles de “Son of Nothing”, tu viaje a lomos de Come My Fanatics… es una experiencia religiosa.

En cuanto a la segunda mitad del disco, que podríamos iniciar en “Solarian 13” es un viaje completamente distinto. Aquí el space rock desemboca hacía una deriva cósmica sin rumbo. Aquí la banda demuestra que no son un accidente aleatorio sino que su intención de ser los más grandes es más una realidad que una quimera. La experimentación les convierte en unos maestros del subgénero, pues piezas como “Phase Inducer” nos demuestran su verdadero potencial.

Tengo cero dudas en afirmar que Come My Fanatics... es un disco total. Junto a Dopethrone, forman el dueto de discos más pesados y apocalípticos de la escena. Dos obras capitales que ejemplarizan a la perfección el poderío de los ingleses. Dos discos sublimes, diferenciados e igual de importantes para la música extrema del cambio de siglo.

Beto Lagarda
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