El fenómeno Behemoth: Reflexiones del público y de la escena barcelonesa

El de Behemoth, At the Gates y Wolves In the Throne Room tuvo todo el empaque de evento metálico de primer nivel. No solo la Sala Razzmatazz 1 presentó un aspecto como pocas veces hemos visto últimamente en un concierto de metal extremo, sino que ahí parecía estar todo el mundo. Era dar dos pasos y encontrarte a alguien conocido, dando esa sensación de estar en un evento absolutamente ineludible. Solo con deciros que había hasta ocho miembros de nuestra redacción creo que os lo digo todo. En espera de una crónica extensa y detallada en los próximos días, tal profusión de conocidos me hizo pensar que sería muy interesante recoger sus opiniones respecto al (quizás sorprendente) fenómeno que la banda polaca vive en estos últimos años. Y creo que el resultado del artículo, verdaderamente, lo es. ¡Muchas gracias a todos los que habéis sido tan amables y generosos por contestar en tan estrecho periodo de tiempo!

 

Alex Añez (Science of Noise)

Si tuviera que definir lo vivido esta noche en la sala Razzmatazz con una frase esa sería “espectáculo para casi todos los públicos”. Considero a la banda polaca como atípica, y su coqueteo en sus dos últimos trabajos de estudio con lo comercial y apostando por caminos compositivos que muchos puristas podrían rechazar, no ha reducido ni un ápice la calidad de sus temas. Porque el fenómeno Behemoth ha elegido el camino que a ninguna banda de black metal se le hubiera pasado por la cabeza, hacer asequible para un gran público el género musical menos comercial de la historia. La capacidad de Nergal y los suyos de hacer fácil y visual temas que despertarían al mismísimo señor oscuro de una siesta eterna, ni mi madre con la aspiradora el domingo por la mañana lo haría mejor.


Juan Carlos Arranz Diez

Yo era la primera vez que los veía y me gustaron mucho, sonido muy bueno, buen setlist, sobre todo lo petaron incluyendo «Conquer All» y «Decade of Therion» dos de sus clásicos a mi modo de ver, incluso una puesta en escena atractiva pero quizás al final abusaron un tanto de esa teatralidad por poner algún pero a su actuación.


Albert Batlle (músico en Perennial Isolation, Cauldron, Evnar e Inania Regna)

Me encantó el concierto de Behemoth. Es una máquina aplastante de black / death metal bien engrasada y con los años mejora en calidad. Combinación y sincronicidad perfecta de música, espectáculo y efectos visuales. Aunque debo decir que por mi parte lo que más me llamó del cartel fue Wolves in the Throne Room y básicamente fui por ellos, por ser una de las bandas más influyentes en mi vida y carrera musical.


Alejandro Benete (guitarrista de Dullboozer y redactor de Science of Noise)

El concierto como tal me pareció brutal, me encantó la escenografía de los tres grupos, y el sonido fue brillante pese a la acústica de la sala. Es la primera vez que veo a estos grupos en directo, por lo que no podría compararlo con conciertos anteriores con el rigor pertinente. La duración de las partes fue correcta, aunque las tres bandas supieron dejarme con ganas de más. La asistencia a un concierto de este estilo ha aumentado en los últimos años, y eso me deja con sentimientos encontrados. Behemoth llenaron Razzmatazz, y es admirable para una banda de blackened death metal, aunque no llegaran a agotar las entradas. No obstante, los grupos teloneros no llegaron a llenar tres cuartos de sala. Entiendo que un viernes por la tarde, a la hora a la que empezó, hubiera gente aún trabajando u ocupados en otros quehaceres. Pero se que muchos faltaron porque solo se interesaban por la banda principal, y eso, aunque pase en casi todos los conciertos, me parece una falta de respeto y educación hacia los músicos. También, junto con el aumento de la asistencia, ha aumentado la cantidad de pantallas que se ven desde el fondo de la sala. Pero luego, además de no haber dejado ver bien a los demás, nadie revisita los vídeos y las fotos de los conciertos, y por ello ni se disfruta el concierto ni los supuestos «recuerdos» inmortalizados.


Joan Calderon (Science of Noise)

Sin duda el concierto de Behemoth (con At the Gates, cabe recordarlo, pues son unos mitos del melodeath sueco) fue uno de los eventos de la primera mitad del año. Que un grupo de metal extremo se mueva como pez en el agua (sobretodo, su líder Adam «Nergal» Darnski) en el mundillo mainstream de la música no deja de ser una buena noticia. Para mí que un grupo quiera triunfar, tejiendo un plan de dominación mundial, me parece estupendo. Es del todo legítimo. Quizás no deja de sorprender que una banda como la polaca, por el estilo de su música, esté llenando salas de mediana capacidad con lo difícil que es hoy en día. Y sean poseedores de cierto hype…

Se podrá decir que Nergal y los suyos han hecho concesiones musicales en forma de explorar terrenos inhóspitos en el metal extremo… Pero un repertorio como el de la noche del viernes 18 es a prueba de bombas, el show fue magnífico y de gran calidad, efectista y resultón. Que una banda como Behemoth esté triunfando es una grandisima noticia para el metal y para el mundo del rock en los tiempos del trap y el reggeaton. Yo digo, sí. Mientras continuen editando discos como su última entrega, I Love You At Your Darkest (2018) o The Satanist (2014), y haciendo shows así, los seguiré.


Alfonso Diaz Cazorla (periodista de Rafa Basa)

Como suele suceder siempre que una banda se convierte en un “fenómeno” hay sentimientos encontrados. Musicalmente y a nivel de espectáculo el show fue impecable, dejando a un lado el numerito de la batucada final. Pero para los que hemos venido siguiendo su carrera, aquellos que visitábamos tiendas míticas como “7 pulgadas” para hacernos con sus trabajos, resulta cuanto menos chocante ver las cuotas de éxito y el estatus que han alcanzado. Con esto no quiero decir que Nergal y sus muchachos hayan traicionado su legado, pero su apertura hacia un público más mayoritario resulta más que evidente.


Jero Garcia (periodista de Empire Zone y El Octavo Día)

Me pareció una gran noche. Gracias a las tres bandas y a los tan inteligentemente bien escogidos Wolves in the Throne Room y At the Gates como teloneros. Personalmente Behemoth me volvieron a convencer. Está claro que Nergal sabe lo que quiere y a dónde llevar su negocio, aunque para ello relegue del material más antiguo y centrarse en el nuevo y con ello la parafernalia que le acompaña, eclipsando tal vez parte musical del show. Nada de objetar a una banda de metal extremo que ha conseguido llenar dos veces consecutivas la grande de Razzmatazz.


Raquel Garcia (fotógrafa e impulsora del proyecto Rockin’ Ladies)

Para mi Behemoth está donde está porque tiene todos los ingredientes para triunfar. Son muy buenos músicos y componen de puta madre. Han sabido acompañarlo de una gran imagen y la puesta en escena es perfecta. Behemoth en directo siempre cumple y el espectáculo que dan te arrastra. Son muy escénicos, y su atrezzo y diferentes elementos que van añadiendo como máscaras, tiaras etc…contribuye perfectamente a la atmósfera. Siempre han sido una bandaza, pero con los años han sabido salirse de lo estandard y ser más ellos mismos. Fuego, humo y oscuridad. Que no falte!


Vic A. Granell (bajista de Moonloop, Northland y Trobar de Morte)

Lo pasé genial en el concierto, y reencontrarse con tantas personas de la escena catalana siempre da gusto. Sin embargo, como bajista, debo decir que me decepcionó un poco ver a Orion tocando con púa durante la actuación entera, cuando antes podías admirar su velocidad tocando con tres dedos. En lo positivo, se agradece que un grupo de metal extremo tenga un seguimiento de este calibre, capaz de llenar una sala como Razzmatazz 1 y contar con una escenografía tan elaborada; aunque para ser justos hay que repartir el mérito de la asistencia entre los tres grupos (Behemoth, At the Gates y Wolves in the Throne Room).


Marc Guitiérrez (director de Empire Zone Magazine)

Behemoth han llevado el Black Metal a Walt Disney, y pese a que pierde esencia, me gusta. El espectáculo del viernes en Barcelona fue excesivo, como estar en una atracción de la que no puedes bajar hasta que Nergal decide parar. Musicalmente creo que al concierto le faltó un punto de musicalidad y de velocidad. Me sobraron parones e introducciones y me faltó zapatilla. Conciertazo pese a todo. Behemoth han dado el paso definitivo en su carrera transformando su Black Metal del blanco y negro al color, invirtiendo muchísimo dinero en imaginería y montaje escénico y ahora están recogiendo sus frutos con el respaldo de la todopoderosa Live Nation.


Rubén de Haro (Science of Noise)

Cuando uno llega a conocer al enemigo, deja de entrar en pánico y se calma. Cuando uno está ante una situación totalmente nueva, sabe que se haya ante un desafío. Cuando atraviesas un bosque oscuro y sabes que hay algo escondido en la oscuridad, empiezas a entrar en pánico. Pero cuando ves a tu enemigo en la luz, te centras en la estrategia, en cómo jugarás tus cartas. Me gusta pelear y jugar, así que traté mi enfermedad como un desafío, como un juego de ajedrez.”

Así recordaba Adam “Nergal” Darski hace unos años el fatídico momento en que los médicos le diagnosticaron que tenía leucemia. Y así es precisamente como yo recuerdo “entrar” en su universo, en la mística de Behemoth, por primera vez. No mentiré y reconoceré que mi inmersión fue plena, pues no lo fue. No mentiré y reconoceré que The Satanist es el mejor álbum de metal del 2014, pues hasta hace relativamente poco tiempo ni tan siquiera conocía de su existencia. No soy blacker. Tampoco lo fui años atrás y no me veo en el futuro con la cara pintada de blanco y negro cual oso panda… entre otras cosas porque esas putas pinturas me provocan una reacción alérgica que te cagas. Pero aún así, aunque me dejaran el cutis tan fino como el culito de un bebé, el black metal no es exactamente lo mío, aunque en los últimos meses sí es cierto que me ha dado por indagar un poco más en este género.

Pero hace solo unos días decidí dejarme caer por la Sala Razzmatazz para verles en vivo presentando su más reciente obra, I Loved You at Your Darkest (2018), un trabajo mucho más accesible, dentro de lo accesible que puede llegar a ser un álbum de black metal. Y, tras escucharlo, ya sé cual es mi “problema” y creo haber dado con la respuesta: “me gusta el black metal que no parece black metal”. No soy trve, pero tampoco pretendo serlo. Y creo que eso es lo que les viene sucediendo a nuestros polacos sobre todo en los últimos años. Lo “accesible” de su propuesta musical les ha abierto las puertas de los hogares en los que hasta hace relativamente poco tiempo no entraba el black. Y es que gracias a ellos, en mi colección de canciones en Spotify, ahora uno puede encontrar también canciones de Mayhem, Marduk o Immortal. ¿Trve black metal vs. blackened death metal? Creo que me quedo con lo segundo.

Música aparte, el bueno de Nergal ha sabido utilizar sus cartas muy bien. No sé si de manera consciente (me temo que sí) o no, es un tipo al que le mola hacerse notar. Seamos claros: al Sr. Darski le mola el salseo, y por salseo me refiero, desde subir fotos a su Instagram mientras está en el gimnasio, hasta participar en la versión polaca del talent show The Voice. “Pero este tío no es famoso en Polonia por su música, sino porque salía con una de las artistas pop más importantes del país, con una barbie polaca. De ahí su popularidad”. Así se refería a Nergal una amiga polaca.

Que tu música le mole a millones de fans es bueno (en casi todos los sentidos) y no soy quién para juzgar los derroteros que la propuesta musical de uno ha de seguir hasta dar en el clavo y lograrlo. Que gracias a Behemoth y Nergal el black llegue un poquito más lejos, está de putísima madre. Cualquier subgénero relacionado con el rock y el metal es susceptible de gustarme, aunque sí es cierto que a veces haya que camuflarlo un poco para que realmente me entre. Al fenómeno Behemoth yo digo sí. Tú tampoco eres trve y lo sabes…


Beto Lagarda (Science of Noise)

Behemoth ha logrado amoldar su sonido al mainstream del metal dotando de su black metal de la capacidad de «entendimiento», todos fan no oyente de black metal parece poder disfrutar de sus temas, temas con gancho y directos, con melodías no muy complejas pero efectivas. A todo ello le sumamos la capacidad que tiene Nergal para polemizar a través de sus letras profudamente anticristianas y satánicas, así como polemizar a través de su figura y su postura. La banda ha sabido encontrar el filón de la fama y lo lleva con mucho estilo, las horas de fans de Behemoth crecen al igual que se está agrandando su leyenda. A todo ello le sumamos el espíritu de supervivencia de Nergal para vencer su terrible enfermedad y la obra maestra que supuso The Satanist… todo este cocktail de elementos ha gestado la que quizás acabará siendo la banda de black metal más grande a nivel global de la historia. Y en referencia al concierto de anoche, sublime el variado repertorio, increíble la puesta en escena pero algo frio en cuanto a interactuación con el público, personalmente he visto mejores noches de los polacos.


Xavi Martinez Font (director de Rock On Magazine y colaborador de Ruta 66)

A nivel personal disfruté mucho del concierto. Presencié a una banda que además de un repertorio impecable parecen querer llevar el metal más inaccesible a nuevas cotas de popularidad en términos de presencia escénica y espectáculo. Afirmaría que Behemoth son ahora mismo los KISS del metal extremo (y lo digo en términos de admiración ya que los de New York son la banda de mi vida) y Nergal estuvo impecable en su rol de Paul Stanley del extremo.

El fenómeno Behemoth me gusta y me parece muy lógico, The Satanist es una de las obras cumbres del metal del nuevo milenio y su sentido de la estética y del espectáculo es inmaculado, es muy normal que estén calando entre muchos aficionados, ya que se han convertido no sólo en una de las mejores bandas metálicas (sin necesidad de etiquetas) sino en un ente muy especial.


Dani Navarro (Science of Noise)

Pues sin ser muy fan de su último trabajo disfruté bastante del concierto de Behemoth. Se me hizo algo corto, pero el repertorio estaba bien pensado, y el sonido y el montaje estaban a la altura del momento de éxito por el que pasan, de las expectativas generadas y de lo que se puede esperar de una banda que llena la grande de Razz. Y no creo que esa impresión tenga que ser incompatible con el hecho de que me flipasen Wolves In The Throne Room, a quienes venía con muchas ganas de ver -de hecho, probablemente sin su presencia no habría venido-, con un enfoque del metal extremo muy diferente.

En cuanto a la “polémica” sobre el crecimiento de popularidad de los polacos, no le doy mucha importancia. Me alegro por ellos, creo que Nergal es un tipo muy inteligente que ha sabido jugar sus bazas de puta madre. ¿Se habrían merecido este éxito en la época de Zos Kia Cultus o Demigod? Pues seguramente, porque eran grandes discos, pero ya somos mayorcitos como para saber que el éxito no llega solamente porque hayas sacado un disco muy bueno, sino por la unión de eso con bastantes aspectos extramusicales. Si las estrellas se alinearon con The Satanist -el que considero su mejor trabajo, y los llevo escuchando desde los viejos tiempos-, pues bravo por ellos, porque a pesar de haber ido introduciendo matices y aires nuevos en su música, su esencia permanece.

Entiendo perfectamente a la gente que no aguanta a Nergal y su rollo rockstar, a que una banda extrema tire confeti y a que atraigan a tantos y tantos cuñados, ya que son la clase de cosas que también a mi me dan urticaria, pero también pienso que su trayectoria musical se merece este éxito y que bienvenido sea que un grupo como Behemoth pueda tener este poder de convocatoria hoy día.


Jordi Pons Gibernau

Black metal “comercial” con una gran puesta en escena, pero un poco ratas con el tiempo de actuación. Cuando eres cabeza de cartel y ya has salido del underground una hora y media sería lo normal. Eso sí, me lo pasé de puta madre.


Sergio Pozo (Director del Record Store Day Spain, Escola de Rock y Lemmyssyou)

Si eres un purista del black metal está claro que Behemoth se escapa de tus bandas favoritas. Y más que lo hará en el futuro. Porque Behemoth se han vuelto una banda de gimnasio que ofrece un cuidado show muy Kissero y ya no van a volver atrás. ¿Bueno? ¿Malo? Eso ya depende de los gustos del respetable. Lo que está claro es que están ampliando horizontes y público.


Guillem Rosset

Un conciertazo (aunque quizás algo breve) donde los polacos demostraron su excelente estado de forma. A día de hoy para mí son sin duda uno de los grupos top y más interesantes, no solo del metal extremo sino me atrevería a decir que del metal en general.


David Sabaté (Periodista de Mondo Sonoro y Editor de Goliath is Dead)

No cabe duda que Behemoth han alcanzado un nivel de popularidad inaudito para una banda de su naturaleza. De ahí a afirmar que su apuesta se ha vuelto comercial o para todos los públicos –he hecho la prueba con familiares y amigos totalmente ajenos al metal y aún se están recuperando– dista un trecho, pero sí es cierto que han adquirido un status superior gracias a un conjunto de elementos que incluyen mucho marketing y mucha imagen. Por suerte, los polacos siguen firmando grandes discos, aunque I Loved You at Your Darkest no sea tan brillante como su anterior “The Satanist”, y apuestan por un gran espectáculo, algo excesivo, cierto, pero muy entretenido y disfrutable, como si de unos Kiss del metal extremo se tratara. No seré yo quien reniegue de un grupo que, viniendo del underground, consigue llevar su propuesta a un público masivo. Por su parte, At the Gates y Wolves in the Throne Room completaron un triple cartel imprescindible para cualquiera que se considere amante del metal. Eso sí, tanto estos últimos como los propios Behemoth podrían haber alargado un poco más su repertorio.


Quim Torres (bajista de Syberia y Grip y periodista de Metal Symphony)

El concierto estuvo muy correcto, pero me pareció más de espectáculo que de música. Visualmente fue impactante pero la música no me acabó de llegar, pero también es que Behemoth nunca me ha llegado. Aunque no lo comparto poerque no quiero ser purista, durante el concierto entendí a aquellos que se toman el black metal como algo muy serio y que consideran que Behemoth se ha convertido en una ofensa para el género en los últimos años. No obstante, en su último disco me parece que hay cosas muy interesantes y originales.


Eduard Tuset (fotógrafo de Mondo Sonoro y Goliath is Dead)

Concierto con confeti y begalas. No hace falta decir nada más. La misma triste sensación que me pasó con el último bolo de Kreator en Razz hace nada.


Arjan Van der Wijst (batería de Frozen Dawn y ex-batería de Avulsed)

Behemoth y el show que dan es un claro ejemplo de cómo tocar metal extremo y hacerlo llegar al público. Para mi es LA banda en el metal extremo del momento. El desarrollo de la banda en cuanto a la música/composición y la imagen en el escenario ha sido fenomenal…. entienden perfectamente que hay que dar un espectáculo combinando sonido e imagen. Han logrado cambiar de metal extremo underground al metal extremo más «popular», sin perder la esencia de su arte.


Victor Vallespir (guitarrista de Arcanus y periodista de Mariskal Rock)

Behemoth demostraron en Barcelona que son, con todas las de la ley, la banda de metal extremo del momento. Su capacidad por configurar un espectáculo en mayúsculas va en aumento gira tras gira; si bien discográficamente hablando, a opinión de servidor, ya han alcanzado su zenit, encima del escenario siguen demostrando que no hay quien les haga sombra. Y sí, quizás a los más acérrimos a esto del black metal lo que hacen les parecerá un circo, mera parafernalia, excusas más allá de la propia música… pero precisamente por eso están donde están, por configurar una imagen global que consigue enamorar a aquellos quienes, a priori, deberían opinar que su sonido es simple ruido. Disfrutémoslo y dejemos que Nergal y los suyos sigan escribiendo nuevos capítulos en una historia que no hace sino engrandecerse al pasar los años.


Albert Vila (Science of Noise)

Me parece fascinante que una banda como Behemoth, que lleva una veintena de años más o menos instalada en la segunda división del black metal a nivel de popularidad, de golpe y porrazo se erija como la gran punta de lanza del estilo, saltando de salas como Salamandra al Razzmatazz 1 en sus dos últimas visitas. Está claro que The Satanist y, en menor medida, I Love you at your Darkest, son dos discazos verdaderamente inspirados con los que han sabido abrir sus miras sin traicionar ni un milímetro su espíritu, algo que seguramente es fruto de la ambición y determinación de Nergal y del resto de la banda. Aunque es inevitable que un buen número de aficionados extremos releguen de su éxito reciente y recurran a los clásicos prejuicios que suele recibir cualquier banda que despunte fuera de los círculos más trves, también creo que ese éxito es una muy buena noticia que, de rebote, puede atraer a nuevos seguidores a las filas del metal extremo. Vamos, lo que siempre ha ocurrido con aquellas bandas que han sido capaces de trascender géneros a nivel de público.

El casi lleno del viernes, por supuesto, es en gran parte mérito de los propios Behemoth, pero también de un cartel completísimo en el que cada banda supo atraer a parte del público y que, visto el ambiente y la cantidad de gente conocida, dio la sensación de ser un evento metálico verdaderamente especial y singular. En cuanto al concierto de los polacos en particular, no hay duda que su puesta en escena es impresionante y cada vez más bien preparada, y tanto Nergal como el resto de la banda tienen una presencia carismática y llena de energía. El setlist no acabó de convencerme (aunque eso me da igual a la hora de hacer esta reflexión) y ni tan siquiera me volaron especialmente la cabeza, pero lo que sí que me sorprendió es que tocaran únicamente una hora y diez. Una banda destinada a las posiciones de privilegio, con un catálogo suficientemente amplio y con una producción de ese nivel tiene que llegar a la hora y media como mínimo.

Fotografia: Guillem Willy
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Siempre me ha encantado escribir y siempre me ha encantado el rock, el metal y muchos más estilos. De hecho, me gustan tantos estilos y tantas bandas que he llegado a pensar que he perdido completamente el criterio, pero es que hay tanta buena música ahí fuera que es imposible no seguirse sorprendiendo día a día. Tengo una verborrea incontenible y me gusta inventarme palabras. Si habéis llegado hasta aquí, seguro que ya os habéis dado cuenta.