Discos conceptuales: Iron Maiden – Seventh Son of a Seventh Son

Ficha técnica

Publicado el 11 de abril de 1988
Discográfica: EMI Records
 
Componentes:
Bruce Dickinson - Voz
Dave Murray - Guitarra
Adrian Smith - Guitarra
Steve Harris - Bajo
Nicko McBrain - Batería

Temas

1. Moonchild (5:42)
2. Infinite Dreams (6:09)
3. Can I Play with Madness (3:31)
4. The Evil that Men Do (4:35)
5. Seventh Son of a Seventh Son (9:54)
6. The Prophecy (5:06)
7. The Clairvoyant (4:27)
8. Only the Good Die Young (4:42)

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A mediados de los años ochenta del siglo pasado, el buen hacer de Iron Maiden era sencillamente incuestionable. Después de haberse deshecho del lastre que suponía para la banda la presencia de su vocalista original, La Doncella supo encadenar una serie de enormérrimos trabajos (The Number of the Beast en 1982, Piece of Mind en 1983, Powerslave en 1984 y Somewhere in Time en 1986) cuyo punto culminante tuvo lugar en 1988 con la publicación de este Seventh Son of a Seventh Son que hoy vamos a tratar de desgranar. Tras esto, las salidas primero de Smith y luego de Dickinson pondrían punto final a la formación clásica de la banda y darían inicio a la crisis que significó la década de los 90.

La idea de grabar un disco conceptual surge después de que Steve Harris leyera la novela El séptimo hijo del escritor norteamericano Orson Scott Card. Tras comentárselo a Bruce Dickinson, ambos se pusieron manos a la obra.

Publicada en 1987 y ganadora, entre otros, del Premio Locus en 1988, El Séptimo Hijo es la primera de las siete novelas de la saga de Alvin Maker. En ella se explica, en una hábil combinación de fantasía y ucronía, el nacimiento y la juventud de Alvin Maker, un joven que, por la circunstancia de haber sido el séptimo hijo varón de un séptimo hijo varón, está dotado de inconmensurables poderes mágicos. Alvin Maker (o Alvin el Hacedor) deberá usar estos poderes para escapar numerosas veces de la muerte y para finalmente derrotar a un antagonista del que se sabrá con más detalle en entregas posteriores de la saga.

Por su parte, Orson Scott Card es un prolífico escritor norteamericano de ciencia ficción nacido en 1951 en Richland, estado de Washington, y residente en Greensboro, Carolina del Norte. Miembro activo de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (o Iglesia Mormona), pasó dos años como misionero en Brasil antes de dedicarse plenamente a la literatura. Como escritor, ha sido en considerables ocasiones galardonado con los premios Hugo y Nébula, entre otros, por trabajos tales como El juego de Ender (1985) o La voz de los muertos (1986), ambas pertenecientes a la pentalogía de la Saga de Ender. Finalmente, su condición de mormón ha influido notablemente tanto en su obra literaria como en sus opiniones políticas, pero este es un hilo del que hoy no vamos a tirar.

Volviendo a Seventh Son of a Seventh Son, este marca una continuidad respecto del anterior trabajo de Iron Maiden en lo que se refiere al uso de teclados y sintetizadores y en la exhibición de un estilo musical complejo y desarrollado. Más adelante volverían los sonidos más duros y los temas más contundentes.

El primero de los ocho temas que componen este séptimo trabajo de La Doncella se titula “Moonchild”, nombre que hace referencia al propio Alvin Maker, y explica su nacimiento con frecuentes referencias a la obra del ocultista Aleister Crowley, del que Dickinson es seguidor. A continuación tenemos “Infinite Dreams”, que narra cómo Alvin es atormentado por las pesadillas que sus incipientes poderes proféticos le provocan.

El tercer tema era, originalmente, una balada compuesta por Adrian Smith y titulada “On the Wings of Eagles”. Fuera como fuera, “Can I Play with Madness” se convirtió en uno de los temas más famosos en toda la historia de la banda y explica el descubrimiento por parte de Maker de sus propios poderes proféticos. En su videoclip hizo una de sus últimas apariciones el comediante británico Graham Chapman, quien formara parte de los Monthy Python e interpretara al Rey Arturo en la película Los caballeros de la Mesa Cuadrada (1975) y a Brian Cohen y a Pijus Magnificus en La vida de Brian (1979).

El cuarto corte del disco, titulado “The Evil That Men Do”, es tal vez el más desligado de la línea argumental de Seventh Son of a Seventh Son. Su título procede de la frase pronunciada por Marco Antonio después del asesinato de Julio César en la obra Julio César de William Shakespeare:

“El mal que los hombres hacen sobrevive después de ellos, el bien es a menudo enterrado con sus huesos.”

El tema central, que también da nombre al disco, es un tema de casi diez minutos de duración y tres partes muy bien diferenciadas. “Seventh Son of a Seventh” Son explica la consecución de los poderes de Alvin Maker y su enfrentamiento con ese antagonista que representa las fuerzas del Mal.

El siguiente tema, titulado “The Prophecy” narra como Alvin Maker intenta avisar a sus conciudadanos de la inminente destrucción de su pueblo. Ellos, lejos de hacer nada para evitarlo, no sólo no dan crédito alguno a las palabras de Maker, sino que además le culpan de la destrucción. Aquí aparecen dos temas muy presentes en la literatura griega antigua. Por una parte, el personaje de Casandra, que podemos encontrar en la épica homérica. La leyenda dice que Casandra profetizó la destrucción de Troya, pero ninguno de los troyanos la creyó, con lo cual fue imposible evitar tal destrucción. Por la otra, encontramos el tópico de la incapacidad de escapar al propio destino, filosofía diametralmente opuesta a la del libre albedrío, y de la que encontramos su mayor exponente en Edipo, personaje principal de la trilogía tebana (compuesta por Edipo rey, Edipo en Colono y Antígona) del dramaturgo ático Sófocles.

En “The Clairvoyant”, Alvin ya es todo un vidente consciente de sus poderes, pero su falta de control sobre ellos le imposibilita distinguir la realidad de sus propias ensoñaciones. Finalmente, en “Only the Good Die Young” se nos revela que Alvin no es más que una pieza más en la eterna partida de ajedrez entre el Bien y el Mal, una revelación amarga y dolorosa, pero que nos proporciona esa dosis de humildad necesaria para caminar por el mundo.

Seventh Son of a Seventh Son no es ni el primer ni el último disco conceptual de la historia de la música. Tampoco me atrevería a afirmar categóricamente que es el mejor de todos ellos. No obstante, sí que posee una serie de virtudes que no hay que dejar de mencionar.

En primer lugar, Seventh Son of a Seventh Son representa el punto culminante de un proceso creativo iniciado muchos años antes, cuando un grupo de jóvenes londinenses decidieron dar salida a sus inquietudes musicales. Este proceso tiene dos vertientes. Por una parte, con Seventh Son of a Seventh Son el nivel compositivo de la banda llegó a un nivel de gran madurez y profesionalidad, dejando entrever a los Iron Maiden, banda de progressive metal, que vendrían años más tarde, a partir de A Matter of Life and Death (2006). Por la otra, dado que este disco conceptual está basado en una obra literaria, contribuyó notablemente a romper el estereotipo de metalero como persona semianalfabeta, de costumbres toscas y sin un ápice de saber estar.

Con Seventh Son of a Seventh Son no sólo se cerraba una etapa. Se cerraba la etapa y se cerraba a lo grande.

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Sobre Franz S. Heiligen 35 Artículos
Soñador en tiempos de hierro, solitario corredor de larga distancia, disfruto tanto de leer un libro en el más absoluto silencio como de la música más salvaje imaginable. Y a veces escribo algo.