Deftones – Ohms

Nuestra Nota


9.58 / 10

Ficha técnica

Publicado el 25 de septiembre de 2020
Discográfica: Reprise Records
 
Componentes:
Chino Moreno − Voz, guitarra
Stephen Carpenter − Guitarra
Sergio Vega − Bajo
Abe Cunningham − Batería
Frank Delgado − Samples, teclados

Temas

1. Genesis (5:17)
2. Ceremony (3:27)
3. Urantia (4:30)
4. Error (4:50)
5. The Spell of Mathematics (5:27)
6. Pompeji (5:25)
7. This Link Is Dead (4:37)
8. Radiant City (3:35)
9. Headless (4:59)
10. Ohms (4:10)

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No teníamos noticias de ellos desde hacía ya demasiados años; el 8 de abril de 2016, fecha de publicación de Gore, su anterior larga duración, queda ya demasiado lejos.

No sé si a vosotr@s también os pasa, pero Deftones es de esas pocas bandas que jamás desearías que desaparecieran. Uno necesita una dosis de su arte cada pocos años y cuatro años son demasiados años sin tener noticias de Chino Moreno, Stephen Carpenter, Sergio Vega, Abe Cunningham y Frank Delgado. ¿Ha merecido la pena la espera? No sabemos cómo decir esto sin caer en lo de siempre, en eso de «lo bueno se hace esperar», pero de veras que no estábamos preparados para esto.

Hace años que nos llegaban noticias con cuentagotas, pero un par de estas noticias nos pusieron ya en sobre aviso:

  1. Mayo de 2018: Chino declara que el nuevo material es «considerably heavier»
  2. Abril de 2020: la banda anuncia que Terry Date vuelve a colaborar con ellos

¿Vuelven Deftones a sus orígenes de la mano del mismo tipo que hace ya varias décadas les puso en el mapa? Recordemos que Date es el hombre que está detrás de sus mejores trabajos, así que la excitación no ha ido más que en aumento con el paso del tiempo.

Llevamos demasiado tiempo esperando a Ohms con los brazos abiertos, ¿pero acaso está el ser humano preparado para la perfección? Nuestros compañeros Beto, Joan y Rubén nos lo cuentan en esta reseña compartida.

 

«Ohms: la banda sonora ideal para estos tiempos que nos toca vivir» por Beto Lagarda

¿Se ha parado ya el mundo? ¿Estáis todos escuchando Ohms? Tengo una duda, ¿Hay bandas más fiables que Deftones? Porque yo no conozco a ninguna banda con una discografía tan superlativa como la tienen los de Sacramento.

Ohms, una de los mantras por excelencia y primigenios que simboliza el acto de creación y disolución del universo. Con la repetición del Om se obtienen la lucidez, la introspección y la destrucción de los obstáculos.

Las expectativas previas a recibir este disco eran elevadas, pues el nivel mostrado en los dos anticipos de los últimos días hacían presagiar que estábamos frente a un disco importante. Parece que al fin Deftones han pasado página tras la muerte de Chi Cheng y nos regalan el mejor disco desde White Pony (2000). El mejor disco en 20 años, casi nada.

Ohms tiene todo lo necesario para ser considerado una obra maestra y codearse con el citado White Pony para ser el disco que defina a Deftones. Estamos frente a un trabajo que tiene la mejor producción de toda su carrera. Un disco intenso y retorcido pero con esa genuinidad tan sexy que solo esta banda sabe lograr.

Por mucho que escuche este disco no le encuentro un punto flaco. Las canciones más intensas se mezclan con las más ligeras. La pasión se mezcla con la rabia de una forma sublime. Por decir un pero, no me gusta el artwork. Pero creo que no influirá en el resultado final de mi relación con Ohms.

Lo que si quiero comentar es que no hay una banda como Deftones. Hay bandas que han creado un sonido y normalmente otras la han copiado. Una banda primigenia con multitud de sucesores clonáticos. Deftones solo hay unos, y no hay imitaciones porque nadie es capaz de sonar como ellos. Y para mi esto es el principal recurso y principal atractivo de una de las mejores bandas de metal/rock de todos los tiempos.

«La calma y la tormenta como simbiosis musical perfecta» por Joan Calderon

Año 1997. Me pillo Around the Fur Segundo álbum de nuestros Deftones. Nunca más me separaría de ellos. Una banda con personalidad propia. Un sonido único. De lo mejor de su generación. Ese equilibrio entre la agresividad de las guitarras de Stephen Carpenter y la calma y sensibilidad onírica de Chino Moreno. Son el Ying y el Yang. Dos mentes privilegiadas que han sabido entenderse. En las grandes bandas siempre hay dos tipos que parecen no aguantarse, pero que el uno sin el otro no es capaz de llegar a las cotas de creatividad que solo el trabajo conjunto puede alcanzar. El talento se multiplica.

Honestidad. Deftones no engañan a nadie. Desde que publicaran Adrenaline (1994) hay una cosa en común, siempre. Han hecho lo que les ha dado la gana, con mejor o peor fortuna, pero siempre desde la honestidad y la coherencia. No hay álbum del que puedas decir que no «suena a Deftones». Es así. Sonido definido, claro, sin engaños. Sabes que la voz de Chino Moreno va estar ahí equilibrando los impetuosos riffs de Carpenter.

Y bien, el hype se dispara con la publicación, en el Instagram oficial de la banda, de una fotografía en la que aparecen, tras la mesa de estudio de grabación, Terry Date y Chino Moreno el 24 de febrero… Vaya, vaya Joe, esto se pone interesante. Terry Date vuelve al control desde el álbum no publicado Eros (por motivos que ya conoces del accidente del difunto bajista Cheng).

Y ¿qué tenemos aquí? Te lo avanzo en primicia mundial: un albumaco como la copa de un pino, quizás, su mejor álbum desde su legendario White Pony (2000).

«Lo mejor que le podía pasar al panorama musical actual nos viene envuelto en la forma de un regalo llamado Ohms» por Rubén de Haro

Deftones. Los putos Deftones. The muthafuckin’ Deftones!

La banda que tantísimas otras quisieron/quieren imitar pero nunca lograron pasar de esa altura a la que comúnmente solemos ubicar el betún.

Hay algo tan etéreo y misterioso en el sonido de Deftones que irremediablemente te atrae hacia ellos. Nunca he escuchado a otra banda que cree las atmósferas que ellos son capaces de crear. Tampoco conozco a ninguna otra banda que te incite tan descaradamente a querer apagar todas las luces de la sala de escucha y tener una jam session absoluta y tremendamente espiritual. Es interesante, porque la mayoría de artistas te dicen cómo debería hacerte sentir una canción, mientras que Deftones sugieren más o menos emociones en lugar de imponértelas. Son maestros en crear su propio clima con cada pista.

Honestamente, no puedo decidirme o decantarme sobre algo en concreto cuando se trata de los de Chino Moreno. Mi lista de álbumes y temas preferidos cambia según la situación y la época. Supongo que tengo diferentes listas en mi mente. Hay una lista de canciones que me encanta escuchar en directo, que generalmente son sus canciones más pesadas: «Engine No. 9», «My Own Summer (Shove It)», «Knife Prty», «7 Words», «Bloody Cape» o «You’ve Seen the Butcher». Luego también tengo una lista de canciones que me gusta escuchar mientras viajo o paseo plácidamente por los campos de amapolas del Clot: «Beauty School», «Digital Bath», «Lifter», «Be Quiet and Drive (Far Away)» o «Battle Axe». Lo bueno de estas listas es que no son excluyentes, lo que significa que dentro de poco me veré a mí mismo en situación de pararme a oler florecillas mientras eso de «I think god is moving its tongue» resuena por mis Marshall.

Como quizá muchos de los fans que les seguimos desde sus inicios, yo he sufrido en mis carnes lo que yo llamo «El Fenónemo Deftones», que no es otra cosa más que haber obviado su legado de la pasada década. Sí, no me escondo al reconocer que no les presté la atención que quizá se merecían su trabajos publicados en 2012 y 2016, Koi No Yokan y Gore respectivamente. ¿El motivo? La verdad, lo ignoro por completo, pero quizá gracias a ese lapsus he pillado con muchas más ganas este Ohms.

Le tenía unas ganas terribles al noveno trabajo de studio de los de Sacramento, y la verdad es que el álbum es colosal. En algunos aspectos, Ohms me recuerda a los Deftones de sus orígenes. Es como si hiciera un back to school en toda regla. Quizá no tanto musicalmente, pero aquí encontramos trazas tanto de Adrenaline (1995) como de Around the Fur (1997), como de cualquiera de los trabajos que les siguieron, ya que el quinteto toma un poco de cada uno de sus álbumes anteriores para confeccionar el que quizá sea el trabajo alternativo más perfecto del año. Quizá el hecho de volver a contar con Terry Date, con quien no trabajaban desde que editaron su homónimo álbum de 2003, haya sido el detonante de todo ello.

Si todavía no has escuchado Ohms, te invito a hacerlo ahora mismo… bueno, primero lee esta chapa y ya si eso luego…

Las canciones

«Genesis»

Con el primer verso de Chino Moreno queda claro que esta apertura será brutal. Estamos frente a uno de los mejores arranques de disco de Deftones. Y me atrevo a afirmar que estamos frente a una de las canciones más extremas de la banda.

La dureza y pasión se funden en una especie de medio tiempos justo cuando cruzamos el ecuador que convierten esta canción en una genialidad. El trabajo en las voces de Moreno es sublime, no recuerdo un tema mejor del frontman. Los estribillos son increíbles, potentes, con gancho.

«Rebirth, Rebirth, Rebirth, Rebirth» junto a unos «Reborn, Reborn, Reborn, Reborn» canta Chino Moreno. ¿Estamos asistiendo a una nueva vida para Deftones?

Y si aún quedaba tiempo para algo, ojito a la recta final que se encumbra como la guinda del pastel. Escuchadlo vosotros mismos.

«Ceremony»

Tras la bomba que es el opener, nos llega el tema más corto del álbum. Deftones han logrado convertirse en todos unos expertos en eso de darnos temas de apertura que son toda una declaración de intenciones, y tras un apoteósico comienzo con aplomo (sí, tú también lo flipaste muchísimo cuando hace solo unos días escuchaste por primera vez «Genesis»), el final explosivo de la canción se estrella en «Ceremony» sin darnos un segundo de respiro.

El punteo inicial da paso a la característica voz de Moreno, que rápidamente se ve arropada por el resto de instrumentos de esa manera que solo ellos saben hacer. Vaivenes entre la calma y la tormenta provocados por las ocho cuerdas de un Stephen Carpenter que es todo un maestro en eso de crear atmósferas tan densas como poéticas.

Al pasar el meridiano de la canción, la cosa baja de revoluciones para adentrarnos en una especie de plácido sueño que no tarda en ser interrumpido de nuevo por todo un vendaval sónico de pasiones desatadas.

Tras dos temas de tamaño calibre para poner en marcha el álbum, uno no puede más que preguntarse si están acaso viviendo una segunda juventud. No sé, pero veo a una banda muy fresca, poseedores de aquella ilusión de los inicios. ¿Recuerdas cuando veías a Max Cavalera llevar una camiseta de ellos y te preguntabas que qué era eso de Deftones? Pues eso son ellos precisamente: una banda que lleva en esto ya tres décadas y que mantiene el espíritu inventivo intacto.

«It’s an illusion. Is it all an illusion?», nos pregunta Chino incesantemente. Flipando me tenéis…

«Urantia»

Empieza con un riff entrecortado de Carpenter, potente, duro, directo. Da paso al típico falsete calmado de Chino atmosférico, aterciopelado, delicado. Vega marca el tempo junto a Cunningham de manera magistral, sin dejar el ritmo en ningún momento al azar. Hasta que todo emulsiona en equilibrio. El riff, el ritmo, la voz de Moreno. Todo tiene sentido. Hacia el final del corte, gana protagonismo el trabajo de Carpenter dejando el tema en lo más alto con ese riff al que solo Terry Date le puede sacar el máximo partido con ese sonido puro, orgánico, casi virginal. Mención especial al trabajo de Delgado sus funciones de jefe tras los platos, teclados y bases programadas, con una transición en el ecuador del tema y haciendo de pegamento para que todo tenga sentido en este magnífico tema. Una muestra en la tradición Deftones de calma/tormenta marca de la casa.

«Error»

Este corte arranca como a medio gas mostrando la faceta más melódica de la banda y sobretodo de un Chino Moreno aplicado con su registro más limpio. Una canción muy ágil, con mucho potencial individualmente pero que al lado de titanes queda algo deslucida. Aún así, no baja del 8,5 en cómputo estadístico. Me parece una canción preciosa.

«The Spell of Mathematics»

No se puede empezar un tema así y no esperar que a uno no le posea un orgasmo de manera instantánea. «The Spell of Mathematics» cobra vida con una urgencia tan ruidosa como imponente. El tema fluye y refluye instintivamente. Por momentos, desaparece pero reaparece poco después. Aquí, de nuevo destaca la guitarra de Carpenter, pero lo más relevante es el bajo de Sergio Vega. Ambos músicos se involucran en un tira y afloja musical mientras el énfasis se alterna entre sus respectivos instrumentos. En el tramo final del tema la voz de Moreno desaparece y es solo entonces cuando la batería de Abe Cunningham resurge para mantener la pieza unida y compacta. La canción es un claro ejemplo del espíritu colaborativo que reina a lo largo de todo el álbum. Nadie está por encima del resto.

¿Que si «I believe your love has placed its spell on me»? Ya te digo yo que sí. Ohms tiene tantos hechizos como canciones posee.

«Pompeji»

Punteo de guitarra. Lentos, sincopados, calma tensa… Así empieza un corte, una vez más, Deftones sin cortar. Poco a poco todo evoluciona hacia el riff eje de la canción, duro en combinación con la voz de Chino, que se torna histérica cuando suena la distorsión neurótica de la guitarra de Carpenter. Otra vez, calma, sonido casi onírico (que tanto agrada a Moreno) con la torna tormentosa liderada por riffs de guitarra incontestables. Sin embargo, el tema acaba un tanto New Age, con el sonido de fondo de graznar de gaviotas, mientras el mar rompe tranquilo en la orilla da paso a «This Link Is Dead».

«This Link Is Dead»

Unas tenues lineas instrumentales truncadas por un agresivo riff y un desgarrado Chino Moreno. Arranque perfecto. «The Link Is Death» es una canción que define el sonido Deftones al 100%. Encontramos un fondo instrumental cercano al post rock al que le añadimos la raspada y afilada linea vocal. Una canción estándar de la banda, que no es poco.

«Radiant City»

Si hay algo que destaca en el antepenúltimo corte de este Ohms, es la enérgica actuación de Vega tras el bajo, abriendo la canción y abonando el terreno sobre el cual, segundos más tarde, se sembrarán la semillas de los riffs de guitarra, y permitiendo que la distintiva voz de Moreno se adentre en un coro que, por momentos, me da la sensación de que está impulsado por cohetes. La pieza es, simplemente, demoledora, especialmente para las cervicales.

Decir que el riff principal es sublime es quedarse corto, muy corto. He visto a Stephen con guitarras de seis, siete y de hasta ocho cuerdas, pero es que aquí suena tan denso y tocho que no le echaría menos de 10 u once.

«Radiant City» es el tema que más K.O. me ha dejado. La banda rezuma estilo, especialmente en la la variación vocal de Chino. Jamás una voz había estado afinada tan bellamente, especialmente en esos coros:

«Where’s the ledge?
I can’t touch it
But I feel it is so close
Where’s the ledge?
Can’t touch it
But I feel it’s close.»

No me extraña que este sea el tema favorito de Abe Cunningham.

«Headless»

Estamos llegando al final del álbum. Como introducción volvemos a esas atmósferas new age gentileza del sector teclados, con una guitarra de fondo y punteos calmados, que desembocan en un riff de groove lento y cortado con un Chino susurrante. Para embarcarnos en un coro de falsete marca de la casa. Chino sigue hablándonos. Carpenter nos machaca con sus 8 cuerdas y Frank, Abe y Vega dotan del cuerpo y la atmósfera necesaria el tema que se mantiene a flote sin mucho esfuerzo. 4:59 made in Sacramento.

«Ohms»

El cierre con su tema homónimo es de traca. «Ohms» es un tema monumental, mucho más atmosférico que muestra la faceta más trascendental del sonido Deftones. El trabajo de Stephen Carpenter aquí es delicioso pese a la aparente simplicidad del riff principal.

El arranque ya de por si te deja con el bello erizado. Cuando entra el riff y las voces todo se desmorona. Todo el potencial, todos los sentimientos acumulados mientras uno escucha Ohms explota en el transcurso de esta canción. Una canción que funciona como cierre de disco y cierre de círculo pues la conexión con «Genesis» es obligada, ambas actúan de en forma de TeneT (quien no haya visto la flamante película de Nolan no sabrá de qué estoy hablando).

Conclusiones

Beto Lagarda

Para mí, estamos frente a un disco puntero que re-evoluciona todo el concepto de esta banda. Bien entrados en edad adulta, Deftones saben bien a qué juegan y nos demuestran como sonaría un disco como White Pony con la madurez de unos artistas que rozan los 50. Este disco es mayúsculo y colosal. No solamente define el sonido de los Deftones de 2020, sino que define -en conceptos globales- como una banda con más de 35 años de carrera debería aprender a evolucionar. Mientras otras bandas van auto-plagiando sus trabajos continuamente, los de Sacramento han ido evolucionando dentro de un patrón. Han añadido ideas nuevas en cada disco y cuando han logrado tener suficientes recursos para unirlos todos han creado una obra maestra. Para mí, un disco de 10.

Joan Calderon

Mi entusiasmo con este disco se debe a que, si bien se nota una evolución y una nueva vuelta de tuerca al sonido Deftones, no sorprende. ¿Es malo esto? Nada más lejos de la realidad. Que después de una dilatada carrera, un disco de los de Sacramento suene a ellos mismos, es maravilloso. Actuales, potentes y orgánicos. Incluso frescos. Un sonido 100% 2020. 100% Deftones.

Se trata de un álbum que los sitúa en el Olimpo del panorama musical actual, en mi opinión, con composiciones atemporales y que poco o nada tienen que ver con aquel nu metal en el que se empeñaron en incluirlos durante a década de los 90. Quizás sí, de alguna manera, recogen el testigo de su obra magna, White Pony (2000) en lo que se refiere al gran trabajo compositivo expuesto en este trabajo, pero creo que este disco es mucho más directo.

Quizás el hype no me deje ver la realidad, pero este Ohms es el mejor disco de Deftones en años y esperemos que, cuando esta mierda del COVID lo permita, lo defiendan en directo con el mismo talento y ganas que desprenden las 10 canciones que nos han regalado.

Rubén de Haro

46 minutos de perfección musical absoluta, tan perfecta que la tristeza no tuvo otra opción más que embriagarme cuando terminó. Honestamente, creo que es perfecto. No hay ni un tema malo. No te entran ganas de saltarte ninguno en ningún momento y es la primera vez que puedo decir esto desde Diamond Eyes (2010). Ohms está a otro nivel.

Despertarse en pleno 2020 tras un largo letargo y encontrarse con un álbum tan tremendo como este, es cuanto menos un motivo de esperanza para seguir mirando hacia el oscuro futuro que este año todavía en curso se antoja en poner ante nuestros ojos.

La banda no ha perdido un ápice de su magia y no puedo más que agradecerles, una y mil veces, haber tenido la suerte de nacer musicalmente con ellos, evolucionar musicalmente con ellos y madurar musicalmente con ellos. Obras tan enormes como este Ohms no abundan. Cazadles y dejad que su magia fluya lentamente. Así es como mejor se saborea la perfección.

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