Control Denied – The Fragile Art of Existence: 20 años de la obra póstuma de Chuck Schuldiner

Ficha técnica

Publicado el 13 de mayo de 1999
Discográfica: Nuclear Blast
 
Componentes:
Tim Aymar - Voz
Chuck Schuldiner -Guitarra
Shannon Hamm - Guitarra
Steve DiGiorgio - Bajo
Richard Christy - Batería

Temas

1. Consumed (7:24)
2. Breaking the Broken (5:41)
3. Expect the Unexpected (7:18)
4. What If...? (4:30)
5. When the Link Becomes Missing (5:17)
6. Believe (6:10)
7. Cut Down (4:50)
8. The Fragile Art of Existence (9:38)

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Hoy es un gran día, toca celebrar el vigésimo aniversario de un disco que me marcó mucho a nivel personal y también el aniversario de su creador que hoy cumpliría 52 años. Se trata de la última obra de estudio que registró nuestro querido Chuck Schuldiner, el genio que le dio coherencia y elegancia al death metal como nadie. Tras la edición de su aclamado Symbolic (1995) sus inquietudes musicales estaban en plena ebullición y empezó a grabar una serie de demos con parte de los músicos que luego le ayudarían a dar forma al último disco de Death, el Sound of Perseverance (1998). Pero él no quería hacer un proyecto que fuera una continuación de su grupo insignia y como fan acérrimo del heavy metal más clásico decidió incluir una voz diferente que estuvo a cargo de Tim Aymar, un cantante que había participado en bastantes proyectos con una peculiar voz y un deje que al principio me dejó bastante descolocado (ya saben los que me conocen que estas voces y el heavy pues no son lo mío) pero con el tiempo le fui encontrando el gusto hasta hoy día que me sigue encantando.

El resto de músicos que le acompañaron para registrar esta obra maestra son ampliamente conocidos: Shannon Hamm (guitarra), Steve DiGiorgio (bajo) y Richard Christy (batería), todos ellos capitaneados por los geniales riffs de Chuck. Crearon un disco denso, con muchas partes diferentes y jugando a hacer lo que les dio la real gana, sin restricciones y rozando el progresivo en muchas ocasiones, algo que también pudimos detectar en la evolución del sonido de Death tirando hacia estos derroteros.

La producción es sublime y no es para menos ya que tras los mandos y directrices encontramos a Jim Morris de los Morrisound Studios de Tampa, Florida y todo el conjunto con el magnifico arte de Travis Smith (Katatonia, Bloodbath, Nevermore, Opeth…) no podía tener mejor envoltorio y lo mejor de todo para mí, su título. The Fragile Art of Existence parece ser un augurio, un presagio que la cosa se estaba poniendo jodida en la cabeza de Chuck y lo quiso plasmar de esta manera.

Pero entremos a lo importante, a la música, a las ocho canciones que en unos 50 minutos aproximadamente nos transporta a otros mundos, esos a los que nuestra imaginación puede llegar y con la ayuda de esta obra se vuelve más sencillo.

El disco arranca de forma suave (por poco rato) con «Consumed» en el que unas guitarras nos dan la bienvenida. De repente nos atacan con un riff bastante heavy y la particular voz de Tim sorprende y mucho en las primeras escuchas. En esta canción nos encontramos el primer trozo épico con un solo marca de la casa y una batería con una lenta cadencia para pasar al estribillo donde bajo y doble bombo nos deleitan con geniales detalles. Lo siguiente es sencillamente soberbio con una parte que se asemeja mucho con lo que hizo en la última obra de Death. Los coros que hay en esta parte posiblemente se los podrían haber ahorrado pero tampoco desentonan mucho. Como nos tiene acostumbrado el bueno de Chuck vuelta a empezar con la canción pero seguro que tus oídos lo estaban deseando. Trágico es el siguiente solo, madre mía. Genio y figura para encontrar las pertinentes notas que hacen erizar los pelos. Final apoteósico.

«Breaking the Broken» empieza con unos cánticos, algo más pausada en su avance con pequeños detalles aquí y allá. Steve aparece con su bajo sin trastes para regalarnos unas fantásticas líneas arropado por deliciosas guitarras. A partir de este momento el metal progresivo se apodera de ellos y te dejan la cabeza descolocada. Puño en alto y todos a cantar junto a Tim con unos gritos muy heavies. Le sigue un solo en el que reconoces al maestro al instante, una gozada poder seguir disfrutando de su arte aunque ya no esté entre nosotros.

Con «Expect the Unexptected» llegamos a uno de los momentos álgidos del disco siendo esta canción una obra de arte en sí misma. Unos geniales riffs marca de la casa, con una potencia y un saber hacer que no parecen de este mundo. El tema vocal merece casi un capitulo extra ya que hace unas cosas con su garganta que no son para nada habituales con un estribillo clásico usando el falsete. Los puentes entre las diversas partes de la canción se van sucediendo de una forma tan natural que te deja anonadado. La parte central donde el magnífico solo florece de entre un bajo machacón y destructor para desencadenar la locura máxima tras su apogeo. Casi todas las canciones son largas, esta llega a superar los siete minutos pero están llenas de pequeños detalles. Final de infarto.

Llegamos a «What if…?», una canción con un inicio muy raro que va pasando por aguas turbulentas y otras más calmadas en todo su desarrollo. El bajo de Digiorgio hace unas líneas que atraviesan tus neuronas sin compasión. Épico y genial solo que se marcan tanto Chuck como Shannon para rematar la parte central. Vuelta al riff vacilón del principio para acabar con el mismo desarrollo siendo esta la canción más corta de todo el disco.

«When the Link Becomes Missing» no puede ser más épica. Puro power progresivo en la vena de NevermoreSanctuary Psichotic Waltz. Aquí si que hay algunas voces con tonos algo exagerados aunque lo arregla con una parte central delicada y sencillamente sublime. La parte del solo como no podía ser de otra manera es puro sentimiento.

Sigue el disco con «Believe», una canción que sigue varios de los patrones antes vistos pero que nadie se asuste. Su tensión dramática es pura magia con unos juegos de voces y unos gritos raros que si no estás acostumbrado te pueden descolocar pero que son deliciosos. Contundentes riffs, retorcidos y con un aroma heavy de la vieja escuela nos acompañan en su parte central.

Mucho más clásica y algo desapercibida pasa «Cut Down» que no es mala canción pero hay unos cuantos déjà vus y a pesar de tener buenos riffs no destaca ya que hay otras piezas mucho más elaboradas. Eso sí, el solo vuelve a ser muy bueno y nos trae recuerdos de viejos tiempos. Es a la mitad que remonta el vuelo con una parte más técnica con algunos malabares sobre las cuerdas.

Pero para remontar del todo aún falta la que cierra esta obra. «The Fragile Art of Existence» es una maravilla en su totalidad y no hay mejor manera de finiquitar un disco como este. Llena de momentos épicos es un viaje de casi 10 minutos en el que navegaremos por diferentes pasajes volviendo a aguas turbulentas y a otras más calmadas todo envuelto por un sentimiento de debilidad y fragilidad.

Se sabe que estaba trabajando en canciones para un segundo disco que por desgracia no verá nunca la luz ya que la muerte, como una premonición se lo llevó antes de tiempo. Por suerte nos queda todo su legado. Gracias Chuck.

Robert Garcia
Sobre Robert Garcia 427 Artículos
Death, thrash, djent, dark, progresivo, doom, black, experimental, jazz, clásica, electrónica... La música me mantiene vivo, es una droga que da sentido a este extraño sueño llamado vida. Músico autodidacta, guitarrista, cantante y enfermo de escuchar y escuchar música sin parar.