Children of Bodom – Hate Crew Deathroll: 20 años de la consagración mundial de la banda

Ficha técnica

Publicado el 7 de enero de 2003
Discográfica: Spinefarm Records / Century Media Records
 
Componentes:
Alexi Laiho - Voz, guitarra
Alexander Kuoppala - Guitarra
Henkka T. Blacksmith - Bajo
Jaska Raatikainen - Batería
Janne Warman - Teclados

Temas

1. Needled 24/7 (4:09)
2. Sixpounder (3:24)
3. Chokehold (Cocked 'n' Loaded) (4:12)
4. Bodom Beach Terror (4:35)
5. Angels Don't Kill (5:13)
6. Triple Corpse Hammerblow (4:06)
7. You're Better Off Dead (4:11)
8. Lil' Bloodred Ridin' Hood (3:24)
9. Hate Crew Deathroll (3:36)

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Hace escasos días recordamos la triste partida de Alexi Laiho. El joven guitarrista, virtuoso y polémico, nos dejó el 29 de diciembre de 2020 a los 41 años víctima de los problemas de salud derivados de su alcoholismo. Un alcoholismo que inició de adolescente junto a una depresión que le llevó dos veces a ser ingresado en un hospital psiquiátrico. Aprovechamos des de aquí para lanzar una señal a todas estas personas atacadas por problemas de alcohol y/o mentales. No estáis solos.

Hate Crew Deathroll

Para comprender el impacto de Hate Crew Deathroll, el cuarto disco de Children of Bodom, necesitamos retroceder en el tiempo. Al menos hasta situarnos cuatro años antes, momento en el que Alexi ideaba Hatebreeder (1999), uno de sus discos más queridos.

Something Wild (1997) fue un debut cojonudo, lleno de virtuosismo y que además jugaba con el macabro nombre de la banda, ideada tras un infortunio en el Lago Bodom, situado en su natal Finlandia. A finales de los 60 se perpetró un célebre crimen el que un desconocido apuñaló a tres jóvenes en plena noche y las dejó morir. Pero su disco debut no logró salir del underground finés, aunque por la vieja Europa se empezó a oír sobre “esa banda de Finlandia”.

Y ahora si, vamos a 1999 con Hatebreeder, disco en el que la banda decide apostar por un sonido más clásico e incluso más cercano al power metal, aunque siempre jugando con el virtuosismo y las puñaladas death metaleras. Su poderío se empezó a reclamar fuera de sus fronteras y la escalada de Children of Bodom fue un constante a partir de ese momento. Con lo que la banda aprovechó su momento y, sin tregua, lanzaron su tercer disco. Follow the Reaper (2000) redefino definitivamente el estilo de la banda y es considerado para la mayoría de fans su mejor disco.

Tres años necesitaron para gestar su continuación. Tiempo que la banda usó para catapultarse a la cima del melodeath y tiempo para ganar un prestigio suficientemente grande como para que Century Media planeara y ejecutara su fichaje.

La formación original de Children of Bodom se mantenía en este cuarto disco, aunque poco tiempo después del lanzamiento, Alexander Kuoppala, el segundo guitarrista, abandonó la banda siendo reemplazado por Roope Latvala. La banda dejó Finlandia para tocar embarcarse en una gira mundial y las cosas fueron normales hasta abril, cuando Alexander empezó a gastar más tiempo para sí mismo y a hablar con su novia por teléfono móvil. Así en julio de ese año, se aproximó a Alexi y le dijo que iba a dejar la banda.

La separación ocurrió de manera no hostil y las razones de Alexander fueron que el estilo de vida de una banda no iban con él y también quería pasar más tiempo con su novia y construir una familia. En Tuska Open Air, Alexander tocó por última vez con la banda y Alexi hizo unos rápidos arreglos para que su compañero de banda de Sinergy, Roope Latvala, pudiera terminar la gira con ellos.

Hate Crew Deathroll se lanzó el 7 de enero de 2003 a través de Spinefarm Records y Century Media. Además de sello, Children of Bodom también tenían nuevo productor. Mikko Karmila entraba a formar parte de la “familia”, pues acabaría siendo el productor de éste y dos discos más. Mikko ha producido discos entre otros de bandas como Nightwish, Sonata Arctica, Amorphis, Stratovarius o Lordi.

El disco en su versión inicial contaba con nueve canciones en algo más de 36 minutos de duración. Dos covers, una de Slayer y una de Scorpions, en su edición limitada. Más tarde saldría otra edición con otras dos canciones extra, la versión de Ramones “Somebody Put Something in My Drink” y una versión en directo de “Needled 24/7”.

El disco fue un verdadero éxito, teniendo en cuenta que estamos hablando de una banda de metal extremo y de Finlandia claro. En su país natal llegaron al número 1, mientras que en Alemania, Hungría y Suecia entraron en el top 50. En Francia se asentaron en la posición 74 de los charts.

Hay cinco canciones que marcaron un antes y un después en este disco. La primera de ellas y canción de abertura “Needled 24/7”, una canción más rápida y más dura aunque maravillosamente melódica. Esta acabaría siendo una de las canciones más queridas por fans y no fans de la banda. A destacar el poderío de los teclados.

“Sixpounder”, la segunda pista, es una canción de carácter thrasher, más lenta de lo que Alexi nos tenía acostumbrados pero igual de dura. Las guitarras predominan por encima de los teclados. Otra de las canciones top de la discografía de Children of Bodom.

En “Bodom Beach Terror” nos volvemos a topar con una canción que habla sobre el ya mítico lago Bodom. En ella podemos escuchar una breve narración de la película American Psycho:

«My pain is constant and sharp and I do not hope for a better world for anyone. In fact, I want my pain to be inflicted on others.
(Mi sufrimiento es constante y agudo y yo no espero un mejor mundo para nadie. De hecho, quiero que mi sufrimiento sea infligido en otros).»

La pieza es violenta y agresiva pero todo muere en un estribillo de carácter más tranquilo. También tiene la peculiaridad de tener dos solos, uno de teclados.

La cuarta y también pieza clave es “Angels Don’t Kill”. Una pista lenta, larga y con riffs de estilo balada aunque nadie la puede considerar como tal. La canción se funde con su predecesora mediante más fraseo de la película American Psycho: «I want no one to escape.» (No quiero que nadie escape).

Y por último tenemos la canción homónima “Hate Crew Deathroll”, una canción veloz con teclados majestuosos y un trabajo brutal de guitarras. También con uno de los estribillos más pegadizos de la banda. El resto de canciones (cuatro, para ser exactos) son notables y disfrutonas pero no llegan al nivel de excelencia de estas cinco comentadas.

Conclusiones

Hate Crew Deathroll es uno de los discos más compactos de Children of Bodom. Un disco diseñado para lograr entrar en las casas aún inexploradas. Su gancho y su poderío, añadiendo esta facilidad a que un profano del metal extremo pudiese disfrutar de las canciones es uno de los mayores aciertos de Alexi y sus Bodoms.

¿Cuántos de vosotros entrasteis en el mundo del metal extremo a través de la puerta que abrieron Children of Bodom con sus cuatro primeros discos? Yo mismo. Presente.

Beto Lagarda
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