Canciones perfectas: «Fiddler on the Green» de Demons & Wizards

Todavía con la resaca del Rock Fest 2019… Pienso en grandes momentos vividos y uno de ellos es el maravilloso concierto de Demons & Wizards, y no puedo más que esbozar una amplia sonrisa recordando la hora entera en la que brilló el grupo, pero sobre todo, Hansi Kürsh, en un estado de forma espléndido, modulando su voz como antaño y consiguiendo magia en muchos de los momentos del concierto. Pero… si hay un momento absolutamente brillante en sus descargas ese es la sentida interpretación de una de sus canciones perfectas. O quizá debería decir la canción, EN MAYÚSCULAS del proyecto: “Fiddler on the Green”.

El concepto

Toda obra maestra tiene un alto precio, y la inspiración de Hansi Kürsh en tamaña maravilla costó dos muertes de niños. En el espacio breve de una semana Hansi presenció en las proximidades de su casa, dos atropellos mortales. Primero un niño en bici y luego una niña, de edades muy similares y en situaciones muy similares. La pena no va reñida con las musas, que visitaron al líder de Blind Guardian y le obsequiaron con “magia” para una historia tan inspirada como descarnada.

El vocalista dejó volar su imaginación e imaginó que la muerte se llevaba prematuramente a un pequeño niño en un atropello mortal. Personificó la parca en la clásica visión de la muerte encapuchada con calavera por cara, y la dotó de un violín (fiddler), instrumento frotado de cuerda que suele expresar tristeza, como la tuba suele estar asociada al humor. La misma portada del disco interpreta una imagen, justo sobre esta canción. Tengamos en cuenta que Fiddler es uno de los nombres asociados a la muerte en el idioma germano, traducible como Reaper (el regador), que aparece en la letra de la canción.

El caso es que La Muerte se lamenta de haberse llevado demasiado temprano al niño en el accidente de coche y se pregunta si podría llevarse a una niña del mismo vecindario para que el chico pueda tener a alguien con quien jugar y esté feliz y acompañado en el otro lado. Obviamente la muerte consigue convencer a la niña y, mediante otro accidente, justo en el mismo lugar, consigue que esta muera para ir con el niño que falleció previamente.

La música

La idea es maravillosa, aunque triste, pero para hacer de ella una obra maestra necesitas que las letras consigan transmitir la idea y la música la respalde. Como en todos los grandes temas hay introducción, nudo y desenlace, y un clímax claro, muy claro. El uso de la narrativa es brillante y en lo musical se tira de música descriptiva de los hechos. Si Demons & Wizards es la mezcla perfecta entre Blind Guardian y Iced Earth, debo admitir que esta es quizás la canción más Blind Guardian de todas a pesar de que la música la compuso Schaffer y la letra es de Hansi. Posiblemente, haberla guardado para el guardián ciego o la tierra helada les hubiese reportado una obra maestra más en sus haberes, pero hubiese dejado algo huérfano el proyecto… y como veremos, la cosa, va de niños y muertes.

La belleza de la acústica siendo acariciada por Schaffer, antes de que Hansi ataque las voces, ya pone los pelos de punta. Nos ponemos en situación en la primera estrofa:

Tristes voces me están llamando,
Nuestra preciosa hija no puede irse,
Qué amargo esta mañana,
Cuando el papá de la niña,
Se fue y empezó el día (de ella).

Al final de esta estrofa ya irrumpen las habituales voces dobladas que Hansi usa para Blind Guardian y que envuelven la voz principal. A continuación, la narradora es la niña y nos habla que en un sueño que tuvo, una escena idílica a más no poder, con una primavera eterna, aire limpio y agua corriendo clara, hay la figura del violinista (la muerte) con el niño (triste) a su lado. Y aquí hay una de las frases claves: “Lo tomé demasiado temprano”. Para corregir el error el violinista tiene una solución cuando dice “¿te importaría (por cuatro veces) si te llevo con él?”. Atención al final “If I take You” la voz siniestra que pone el vocalista alemán, dando teatralidad y hablando como si fuera la misma muerte.

Luego hay un interludio musical, primero con guitarra eléctrica, posteriormente dominado por las acústicas que asevera la condición de belleza y tristeza, justo los dos ingredientes que son la clave de la canción.

El sol parecía brillante,
El aire estaba claro,
El aire estaba claro,
Un truco de luz,
Pasó del rojo al verde,
Ella vio la luz,
Su cara estaba pálida,
Su cuerpo aplastado,
Su belleza se ha ido.

Aquí vemos cómo la muerte se las ingenia para que su plan funcione. Una maniobra sencilla: cambiar el rojo del semáforo por el verde y hacer que coche y niña se confundan para que el auto destroce el frágil cuerpo de la chiquilla. Aquí cobra mucho sentido el doble sentido (valga la redundancia) de las palabras: Green en inglés puede ser referido a la hierba, pero también al semáforo en verde, por lo que Fiddler on the Green tanto podría ser el “violinista sobre la hierba” (lo que alude la portada) como la “muerte en verde”. Podríamos seguir divagando en la poesía lorquiana y el “verde”, que representa la muerte en su obra, pero todavía nos queda canción…

No es una pena-lástima,
Dijo el segador,
Él esta bastante solo aquí, (el niño)
Y sigue esperándote a ti

Se le da voz a la muerte, que asegura haberse equivocado al llevarse al niño en primera instancia, y como dice en la letra, no ve pena ni remordimiento alguno en llevarse a la niña para enmendar el primer error.

Oh, realmente fracasé en la primera vez,
Habló el violinista, pobre viejo violinista,
El violinista en el césped (verde),
El violinista en el césped (verde),
Sería bueno…

Y aquí encontramos el clímax de la canción… Coincide la frase “coge mi mano” con el momento en el que el crescendo alcanza la subida y la canción se electrifica pasando de acústicas a guitarras eléctricas. La muerte se lleva el alma de la niña y se la lleva con el niño muerto. Ya no hay dolor, la niña está muerta.

¡Coge mi mano!
Solo coge mi mano,
yo te llevaré allí.
Tu dolor se irá.

Luego viene un festín de guitarras y una coda instrumental en la que brillan todos los instrumentos para terminar en fade out y matar el tema cerca de los seis minutos de duración.

En el fondo, en todas las canciones esperamos que se nos cuenten historias y nos transmitan. En este caso la dupla de Kürsh-Schaffer lo logró de todas todas. “Fiddler on the Green” es magia, y a veces, las inspiraciones se toman de sucesos trágicos.

La portada

Toda una maravilla lo que hizo Travis Smith pues no se puede plasmar mejor el suceso de la canción. Capta toda la idea de una forma excepcional. El niño y la niña yacen sobre la verde hierba contemplando la figura central de la muerte-violinista. Para remarcar que ambos ya están muertos el artista los sitúa en un cementerio de noche, con la luna en medio menguante. Esa luna decreciente simboliza que algo se acaba (sus vidas). Pero son almas puras, de niños, y para remarcar la bondad hay dos elementos brillantemente expuestos:

Uno es la luz de la lámpara que ilumina la escena desde el centro. La luz en este caso significa pureza y alumbra a niño y niña. En ningún momento esta luz llega hasta el tronco superior de la muerte, que toca su violín. Su acción no ha sido “buena”, así que la luz no le puede llegar a iluminar.

Por otro lado, hay una referencia a la canción de canciones: “Stairway to Heaven”. Desde el cementerio hay una escalera que se enfila hasta el cielo dando un par de vueltas. Los giros son siempre dificultades en el camino, pero observemos que la escalera pasa por dentro del cuarto menguante y sube. Son niños, es pureza de alma, por lo que les corresponde el cielo, dónde apunta a escalera.

Completemos el análisis con que es un cementerio con ruinas góticas (arco ojival) y con árboles sin hojas. Árboles sin hojas y ruinas son un recurso clásico de la pintura romántica, y todo apunta a que la inspiración es Caspar David Friedrich, habitual en la toma de ideas de muchas portadas heavys. Terminemos con el detalle de que las cuerdas del violín están algo desgastadas (la muerte es vieja) y una de las estatuas se tapa la cara o reza. En ambos casos representa la tristeza por la muerte de los dos niños.

Estoy segurísimo que cuando Hansi debió ver plasmada toda su historia en esta portada quedaría absolutamente impresionado. No se puede hacer mejor.

Jordi Tàrrega
Sobre Jordi Tàrrega 1367 Artículos
Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.