Canciones perfectas: «Battle Hymn» de Manowar

El 7 de junio de 1982 veía la luz la primera edición del primer disco de Manowar, Battle Hymns (1982). Un disco que visto en perspectiva, seguramente no es tan heavy ni tan épico como lo puedan ser sus sucesores, donde la banda aún estaba definiendo su estilo, pero donde, sin embargo, encontramos una de las canciones más heavies, más épicas y más reivindicables de toda su discografía.

A estas alturas de la película no os tengo que explicar de qué va Manowar, ni que estilo practican, ni siquiera haría falta analizar la letra, ya conocemos la fórmula, las palabras recurrentes y toda su parafernalia.

Pero es que es justo aquí donde todo eso cobra forma. «Battle Hymn» es la primera canción donde escuchamos la esencia de Manowar al completo, y quizás -eso ya lo dejamos para los gustos de cada uno- estemos ante una canción que en ese aspecto no ha sido todavía superada.

Y es que esta canción lo tiene todo. Un inicio acústico nos lleva, mediante una conducción de la batería, al riff principal, un riff sencillo pero muy efectivo, sobre el  que Eric Adams comienza a disparar texto

«By moonlight, we ride
10 000 side by side
With swords drawn, held high
Our whips and armor shine.»

Efectivamente, un ejército se encamina a la batalla, si bien aún no tenemos los conceptos de hermandad del Metal que incorporarán más adelante, ya se desprende de esos 10.000 que caminan juntos con un mismo objetivo una idea que cogerá forma en sucesivas entregas de los neoyorquinos.

Los gritos de guerra, los war cries, vamos, son los que ejecutan la función de “estribillo coreable”, míticos esos…

«Kill, kill (oh-oh-oh-oh)
Kill, kill (oh-oh-oh-oh-oh).

Victory, victory (oh-oh-oh-oh)
Victory, victory (oh-oh-oh-oh-oh).»

… que has tenido que cantar con el puño en alto a poco que hayas estado en un concierto de Manowar o de Ross The Boss Band. Y es que la épica se apodera de ti en esta canción. Una canción que crece y que, de repente, se para. Y lo hace para llenar de magia el momento, porque el interludio de esta canción es así, mágico. En medio de un tema así, una balada épica que nos lleva hacia un final grandioso

«To the battle, we ride
We crossed a starlit sky
No space, no time
We’ll catch the wind
Strange losses, men die
We crossed a starlit sky
And still, no space and time
We’ll catch the wind
Yah-ya.»

El solo de Ross The Boss comandando hacia un final en que Eric sube arriba del todo con su voz, para un desenlace brutal, épico, maravilloso.

Todos estos elementos y todo el pensamiento sobre la forma y el fondo de esta canción me sobrevinieron precisamente durante su interpretación por la Ross The Boss Band en su última gira. Allí, en medio de un montón de puños en alto, de gente entregada coreando, de una banda en plena forma dándonos un enorme chute de metal, me abstraje durante unos segundos, tomé distancia, y lo vi clarísimo, esto no solo es un “himno de batalla”, esto es un HIMNO DEL METAL, una canción perfecta. ¿Que qué es el heavy metal? Esto. Exactamente esto. Con todos sus elementos, pero especialmente y por encima de todos, uno: la capacidad para erizarte el vello, o que te recorra un escalofrío mientras, rodeado por otros que lo están sintiendo como tú, side by side, gritas aquello de “Victory!” Y Eric Adams, o Marc Lopes te responden a grito pelado…

«Sound of charge into glory ride
Over the top of their vanquished pride
By moonlight, we ride
10 000 side by side.»

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Sobre Toni López 35 Artículos
Toda una vida marcada por el Metal. Televisión, radio y prensa escrita, intentando poner letra a la ciencia del ruido