Canciones perfectas: «A Little Piece of Heaven» de Avenged Sevenfold

Voy a tocar la fibra a los más puristas. Avenged Sevenfold. Si, ellos también tienen alguna que otra canción que se puede considerar perfecta. Otro tema es el de los gustos o los méritos. Nadie duda actualmente de que el potencial que tienen los norteamericanos bien merece su estatus de banda gigante. No es para menos.

Nacidos en la oleada del metalcore y sabiendo decantarse en el momento preciso, Avenged Sevenfold moldeó su sonido en su segundo trabajo. Su metalcore no era precisamente basado en el hardcore. Sus melodías cada vez más trabajadas y su poca relación con los guturales típicos del género así como la inexistencia de breakdowns provocaron una especie de “no sé dónde ubicar a esta banda”.

Tras Sounding the Seventh Trumpet (2001) llegó el cambio traducido en Waking the Fallen (2003). City of Evil (2005) confirmó este nuevo sonido. Y no fue hasta 2007 con el homónimo Avenged Sevenfold que la banda se despojó de etiquetas y gestó un álbum imprescindible para entender el metal moderno.

Avenged Sevenfold (2007)

La tendencia a mejorar en todos los aspectos es una constante en la carrera de la banda. Si bien es cierto que el sonido ya contaba con un desarrollo complejo y la realización era muy acurada, ahora se trataría de diversificarse.

Los toques extravagantes en formato de sonidos, de voces y coros incluso la inclusión de instrumentos no afines propició esta nueva paleta de colores para el disfrute de la banda y, sobretodo, del oyente.

Todo esto ayudó a que la sensación de que cada corte tenía vida propia fuera de un conjunto fuese algo destacable. Los dos anteriores discos pecaban de cierta monotonía. Problema superado. Si bien es cierto que todo esto implicaba un acercamiento al mainstream. Este disco se podría comparar con lo que supuso el Black Album para Metallica.

El disco contiene diez canciones para un total de 53 minutos. Parece largo pero una vez estás escuchándolo se supera con ligereza. En él hay verdaderas gemas traducidas en canciones como “Critical Acclaim”, “Dear God”, “Almost Easy” y, sobre todo, el dúo formado por “Afterlife” y “A Little Piece of Heaven”. La primera es un corte directo, potente, con unos estribillos perfectos. La segunda es la “Bohemian Rhapsody” de Avenged Sevenfold.

La canción: «A Little Piece of Heaven»

Ubicada en la novena posición del disco, esta canción de corte teatral es posiblemente la mejor canción de la banda en muchos aspectos. Pese a ser la canción más larga del disco el potencial que en ella hay impreso es monumental.

La canción fue escrita por The Rev, el malogrado batería de la banda. Tras la pérdida de éste, este tema adquirió una connotación mucho más intensa de lo que lo era previamente. Los homenajes a The Rev se traducen habitualmente en esta canción.

En ella participan todos los miembros de la banda. M. Shadows en las voces, Zacky Vengeance y Synyster Gates comparten el trabajo en las guitarras, Johnny Christ en el bajo y evidentemente The Rev se encarga de la batería y en esta canción comparte el micro con M. Shadows.

Musicalmente la canción es sumamente rica. Tanto instrumentalmente como en los recursos vocales así como en los efectos sonoros la canción está milimétricamente bien estudiada y ejecutada.

La estructura de la canción cuenta con la introducción, estrofa, estribillo primero y segundo, segunda estrofa, estribillo primero y segundo, pasaje instrumental, duo de voces, tercera estrofa y último estribillo.

Pese a contar con 8 minutos de duración la canción no contiene elementos repetitivos. En ella encontramos multitud de cambios de ritmo y un amplio registro vocal de los dos intérpretes También encontramos momentos cantados en formato duo así como alteraciones rítmicas. El tono dramático usado en varios momentos provocan una sensación de estar frente a una ópera macabra. El uso de una orquesta favorece a crear ese clímax operístico.

La canción consigue transmitir perfectamente los diferentes sentimientos de la historia tales como la tristeza, la ira y la alegría. Y cuando indagas en las letras y miras el vídeo que la banda preparó para ella, la sensación de estar dentro de una película de Tim Burton crece en tu subconsciente.

Historia tras la canción

La historia que esconde esta canción es una macabra historia de amor. Una ídilica relación de amor que acaba con la petición de matrimonio del chico. Lejos de aceptar, la chica lo rechaza y se ríe de él. El fracaso lleva al protagonista de la historia a la locura y acaba apuñalando hasta 50 veces a la chica.

Mientras ella está muriendo desangrada, el chico la coge en brazos y le susurra que todos vamos a morir en algún momento. Le arranca el corazón y se lo come. El estado mental de locura le lleva a seguir conviviendo esta vez con un cadáver.

Un buen día, el cadáver recobra la vida buscando venganza y apuñala otras 50 veces al chico. Se come su corazón y ambas almas acaban deambulando por el infiero. Allí deciden finalmente casarse. Matan a un sacerdote para que baje a casarlos.

Ambos y ya como marido y mujer, vuelven al reino de los vivos. Allí viven felizmente asesinando y atormentando a toda alma que encuentran.

La opinión del autor

Sin duda Avenged Sevenfold tienen un background muy potente. Si bien es cierto que aún fallan de “novatos” cuando encabezan festivales grandes, su directo y su bagaje es impresionante, pese a la juventud de los miembros de la banda.

El disco homónimo fue una bocanada de aire fresco para el heavy metal y la mezcla se estilos que en él hay impresos conformar un disco muy interesante para cualquier tipo de oyente.

“A Little Piece of Heaven” es uno de los temas más queridos por el público y también para un servidor. La épica, la historia macabra y la pérdida de The Rev hacen de este tema algo así como el santo Grial.

Para mi, una canción más que perfecta.

Beto Lagarda
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