Brutal Hate – Ruthless Despair

Los sirvientes del culto a los muertos nos informan sobre una nueva reliquia: Brutal Hate continúan con Ruthless Despair (2019) donde lo dejaron con Bride of Defeat (2017) hace un par de años. A veces brutales y acelerados, a veces lentos y maravillosos, pero siempre con la habilidad casi innata para escribir canciones apasionantes.

No solo la ominosa promesa de la canción principal, sino también piezas como «Wisdom of Blasphemy», «Frantic Delirium» e «Indecent Manifestation of Power» manifiestan que la banda de Raleigh, Carolina del Norte está a la orden del día. En este, su tercer álbum de estudio, hay masacre, retumbos, zumbidos y pesambre. La banda ha sido capaz de condensar en poco menos de media hora toda una dolorosa venganza repleta de dolor, agonía y maldad, muy en la onda de bandas como Entombed o Unleashed; si no fuera por su acento yankee, uno pensaría que estos tipos han salido del puto centro de Gotemburgo.

La composición épica, melódica y el ritmo parcialmente rockero nunca se descuidan en las producciones de Brutal Hate. Es probable que una pieza como «No Profanity, No Purity» esté destinada a convertirse en todo un himno del death metal más fuerte y potente, pues todos los himnos de este año cuentan y continúan por el camino tomado en el álbum anterior con sensatez.

Death metal de la vieja escuela con un diseño de sonido moderno. No se puede negar que el disco ha sido aparentemente escrito y producido según el lema «Nunca cambies un equipo ganador». Una vez más, el productor Dan W. Jones (Rigor Mortis Hive, Wretched School, Scarred Knight) está tras los controles, aportando su típico sonido gordo y potente, aunque Ruthless Despair no ofrece, todo sea dicho, aquella aspereza cruda y estruendosa tan escandinava de los primeros días, pero tampoco debería.

Brutal Hate buscan encontrar su propia nota y también abrir nuevos caminos. Porque además del cambio de discográfica -de War Anthem Records a Vox Satanica Records-, esta publicación también ha supuesto el regreso de Joe McGuire a la batería. Además, para esta ocasión, la banda no grabó ni las voces ni las baterías en los Rear Street Studios, propiedad del vocalista de Edge of Sanity Dan Swanö, sino que lo han hecho en unas nuevas instalaciones en su Raleigh natal.

Cualquiera que espere grandes experimentos y sorpresas no debería darle un oportunidad a este Ruthless Despair, pero sí estoy seguro que os entusiasmará y os meterá de lleno en otro viaje old school de terror musical con una buena dosis de épica.

Rubén de Haro

Tipo peculiar y entrañable criado a medio camino entre Seattle, Sunset Boulevard y las zonas más húmedas de Louisiana. Si coges un mapa, y si cuentas con ciertos conocimientos matemáticos, verás que el resultado es una zona indeterminada entre los estados de Wyoming, South Dakota y Nebraska. Una zona que, por cierto, no he visitado jamás en la vida. No soy nada de fiar y, aunque me gusta “casi todo lo rock/metal”, prefiero las Vans antes que las J’hayber.