Zelion – TUV

Nuestra Nota


8 / 10

Ficha técnica

Publicado el 15 de febrero de 2024
Discográfica: Autoproducido
 
Componentes:
Carlos Varela – Voz, coros
Marco A. Justo «Maca» – Guitarra, bajo, teclados
Anxo Silveira – Batería

Temas

1. Estrella de luz (5:04)
2. Echar a volar (4:35)
3. Crisálida (3:51)
4. Suena el cristal (4:33)
5. Sólo un paso más (4:17)
6. Lejos al sur (5:23)
7. 247 héroes (4:59)
8. Despliega tus alas (4:37)
9. Raíces (4:41)
10. De dolor y amor (4:05)
11. No más vueltas al sol (5:00)
12. Las voces del alba (7:12)

Multimedia



Escucha y compra

Este disco en Amazon: Zelion – TUV
Todos los discos de Zelion – TUV en Amazon


No tenía referencia alguna de Zelion y debo recomendarlos especialmente por la originalidad de la propuesta y la calidad de la misma. No es habitual recibir discos de hard rock cantado en castellano de esta envergadura y menos que sean capaces de ser conceptuales y de meterse en terrenos progresivos con un nivel compositivo tal. Es un disco basado en la vida de una mujer, desde su nacimiento hasta su muerte, y desde la perspectiva de su gemelo no nato, llevado a la voz de la consciencia en narración omnisciente. Destacar el sonido, las múltiples colaboraciones (especialmente en los solos de guitarra) y la calidad general además de un nombre que toca apuntarse pues es una auténtica maravilla en todo lo que hace: Marco A. Justo «Maca».

“Estrella de luz” ya deja patentes todas las virtudes de este combo melódico practicante de un hard rock muy elegante. Participa Inés Naya con su voz en el tema que más me ha gustado, pues me ha recordado especialmente a los canadienses Harem Scarem. Gran estribillo, muchos teclados y solazos por parte de “Maca”, rápido e imaginativo a las seis cuerdas. Los detalles progresivos copan los temas y de verdad que es un extra lo que es la composición. El single ha sido “Echar a volar”, de las más directas y rockeras. Carlos Varela luce una voz versátil e ideal para cantar este hard rock de muchos quilates.

“Crisálida” es puro groove y muestra otra cara del grupo mucho más libre abierta a influencias y estilos. El estribillo es puramente hard rockero, pero hay una excelente fusión funky que nos lleva a la primera adolescencia de nuestra protagonista. Aquí puedes encontrar referencias a Extreme y el solo de Fran Rodríguez vuelve a ser muy tremendo, aunque es el bajo de “Maca” lo que realmente luce para llevar en volandas al tema. Rabiosa positividad y clase en “Suena el cristal”, que un poco se acerca, especialmente por el estribillo, a los Dry River de discos anteriores al 2048, lo cual es todo un logro. Atención al trabajo de los solos porque parecen inspirados en Dream Theater

Medio tiempo potenciado por teclados en “Sólo un paso más”. Tiran de coros sin llegar a ser protagonistas y dejan que la canción avance hasta otro gran solo de guitarra y luzca el temple de Anxo Silveira a la batería marcando caja y bombo. Irrumpen las acústicas y los teclados ochenteros en “Lejos al Sur”. Aquí llegan a sonar a los Asfalto de los discos más metaleros de los 80 volviendo a demostrar que no hay temas de relleno y que todo ha sido pensado con mimo y ganas. Volvemos a destacar el enorme papel de Marco A. Justo «Maca» comandando a un grupo de altos vuelos y de enorme calidad. El solo aquí lo firma Alberto Cereijo de Los Suaves.

Velocidad y positivismo en vena en “247 Héroes” para volver a demostrar que tienen la mano rota en eso de componer y aderezar con letras, conseguidas, y perfectamente integradas en la canción. Hay sutiles cambios de tiempo y mucha musicalidad sin ser un tema que esté orientado a ser single. El trabajo instrumental vuelve a ser rotundo con solo de bajo inclusive. Quizá para un servidor los coros suenen algo apagados como en el caso de “Despliega tus alas”, pero si las canciones están creadas para ser tocadas en directo… es una buena apuesta. Aquí vuelven los ecos de Harem Scarem a resonar con alegría y clase.

Y llegamos a “Raíces” en la que hay otro amago en acústicas y unos aires totalmente Gary Moore con guitarras dobladas (Javier Castañaduy) que son una delicia. Variedad compositiva y fondo de disco con voz teatral en otro temazo. No está nada mal pues es el retorno de nuestra protagonista a sus raíces y hay esos dejes folk a lo Thin Lizzy que enamoran desde la primera escucha. La balada pura se hace esperar, pero llega en “De dolor y amor”. La voz de Carlos Varela es absolutamente puro sentimiento, cantando a lomos del teclado de su líder. Se potencia todo con orquestaciones elevando el tema a la power ballad de manual.

“No más vueltas al sol” ya nos sitúa a nuestra protagonista a sus 80 años, volviendo a los teclados ochenteros y al hard rock con estilazo. Atención al solo de Robert Rodrigo y a los detallitos Queen de la guitarra en el tramo final. El tema final queda como coda: “Las voces del Alba”. Más de siete minutos en los que el grupo disfruta y da rienda suelta a todas sus capacidades. Gran final para un disco redondo y capaz en el que Dry Rivervolverá a sonarte, además de sus muchas influencias. Obviamente Queen vuelven a estar presentes con el grupo tirando de elegancia y de muy buenas maneras. Epílogo que se enfila hasta los más de siete minutos para cerrar un disco que tiene mucho de ópera rock.

Gran disco de Zelion, banda gallega de enorme porvenir con unos cimientos absolutamente impresionantes y de una calidad fuera de toda duda. Ya no es que practiquen un hard rock de calidad muy por encima del resto, es que, a nivel compositivo, y de ideas, juegan en otra liga. El único problema que le veo al grupo es que si Dry River no son ya una banda de masas… difícil lo tienen para lograr que la escena reverencie su valía ya que las cosas están como están. Toca subrayar los nombres de Zelion y especialmente de Marco A. Justo «Maca» y reivindicar a una banda que tiene un devenir estelar. Veremos si el público llega a ellos…

Jordi Tàrrega
Sobre Jordi Tàrrega 1369 Artículos
Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.