Publicado el 7 de octubre de 2022
Discográfica: Universal Music Spain S.L.
Componentes:
Rafa Val - Voz, guitarra
Alberto Cantúa - Guitarra
Jess Fabric - Bajo
Fernando Campillo - Batería
1. El bien (3:26)
2. Lo siento (feat. Dani Fernández) (3:48)
3. No hemos aprendido nada (3:51)
4. Justo cuando el mundo apriete (feat. Leiva) (4:02)
5. Hablar de nada (2:39)
6. Hacernos polvo (3:22)
7. El Rey Desnudo (4:16)
8. El mal (3:30)
9. La parte difícil (feat. Luz Casal) (3:30)
10. Lo que queda de cariño (4:37)
11. Gracias (3:18)
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Los murcianos Viva Suecia están de vuelta con el que es y será su disco más controvertido. Cuando una banda hace el salto a las ligas mayores, las críticas son más que constantes. Y con El amor de la clase que sea (2022), la banda capitaneada por Rafa Val, saltan al fin a la cima del rock nacional.
Si tiramos atrás en el tiempo nos topamos con El milagro (2019), el disco que permitió que los murcianos se hicieran un nombre relevante. Su ascendencia era continua y en solo seis años de carrera, ya apuntaban a lo más alto. Pero entonces todo se truncó con la pandemia y esos dos años de parón obligado.
Del resultado de todo ello nació El amor de la clase que sea. Su disco más mimado e íntimo, un disco que basa su potencial en el amor. Un disco diseñado para lo que entendemos como el mainstream. Viva Suecia sabe que éste era el momento y ha apostado a caballo ganador. Este cuarto disco abandona los rugidos de la guitarra para hacer énfasis en las letras y las melodías más calmadas. Más teclados y más arreglos. Todo ello hace que El amor de la clase que sea sea su disco más accesible, más comercial.
También nos topamos con tres colaboraciones que acentúan la voluntad de la banda de abrazar el populismo. Luz Casal aporta su cálida voz en “La parte difícil”. Dani Fernández, uno de los solistas de moda en España, hace lo mismo en “Lo siento”. Y Leiva produce y canta en “Justo cuando el mundo apriete”. Tres acertadas colaboraciones que aportan notoriedad al disco.
La innovación también es algo que la banda ha aprovechado aquí, “Hablar de nada” con un estilo ochentero o en “Gracias”, la bella pieza que cierra el disco basa su poderío en una melodía de piano preciosa. A todo eso le añadimos canciones con estribillos fáciles, ideales para que los fans los canten en directo.
En resumidas cuentas, Viva Suecia vira su rumbo, sabían que amarrase al pasado no les permitiría subir más peldaños y se despojan de parte de su sonido para subir más alto. ¿Acierto? ¿Error? Es evidente que la disparidad de opiniones será constante pero yo aplaudo su valentía si el resultado es un disco tan meritorio y bello como este cuarto disco de los murcianos.
Rock en todas sus extensiones
