Crónica y fotos del concierto de The Faceless + The Voynich Code - Sala Razzmatazz 3 (Barcelona), 13 de febrero de 2018

The Faceless nos regala 50 minutos de su tiempo en Barcelona

Datos del Concierto

Bandas:
The Faceless + The Voynich Code
 
Fecha: 13 de febrero de 2018
Lugar: Sala Razzmatazz 3 (Barcelona)
Promotora: Madness Live!
Asistencia aproximada: 100 personas

Fotos

Fotos por Rubén de Haro

Nuestra Previa

Las 5+1 mejores canciones de The Faceless según… Rubén de Haro

Lo malo de las bandas de death metal técnico es que, en muchas ocasiones, a uno le resulta muy, pero que muy difícil distinguir entre una canción y otra… y The Faceless no son una excepción. Aún así, y tras

The Faceless – In Becoming a Ghost

Qué poca vergüenza que tienen estos tipos, la verdad. Qué forma de faltar al respecto a los fans. Putas rockstars. Después de cancelar su gira por Australia, de ser despedidos por su manager y de presentar excusas sobre equipos robados

All the way from California, el cuarteto estadounidense The Faceless se dejaba, ahora sí, caer por Barcelona tras el plantón épico del pasado año. La mini gira europea, de solo ocho fechas incluía una parada casi obligatoria en la Ciudad Condal, acompañados por los portugueses The Voynich Code.

Se notaba que había ganazas, muchas, de echarles el guante a los de Michael Keene, al enfant terrible del death metal actual, pero, aún así, la Razz 3 presentó una entrada más que discreta. Quizá porque lo poco que quizá la gente haya escuchado sobre estos tipos, seguro que es algo malo: adicciones, cancelaciones de giras y shows flojos. Sin embargo, sus álbumes de estudio son potentísimos y están curradísimos, así que aproveché la oportunidad de verlos y comprobar en mis propias carnes de qué son capaces en vivo.

The Voynich Code

Los portugueses fueron los primeros en entrar en la refriega, ante una tímida entrada, a ritmo de fado. Eran poco más de las 20:45, y durante unos treinta minutos, fueron los encargados de calentar a la siempre difícil parroquia barcelonesa en una noche gélida. Con sus ritmos anclados en un deathcore de manual y al ritmo de sucios riffs, al cuarteto lisboeta parece que le costó entrar en materia, debido a la “apagada” recepción. Pidiendo «algo más de participación», fueron desgranando ante la audiencia los temas de sus, hasta el momento, dos únicos álbumes, que mezclan tecnicismo y brutalidad a partes iguales. Su sólido setlist, del cual destacaría, sobre todo, “Antithesis”, que abre su primer EP, y “I, The Weak”, incluida en su más reciente obra, Aqua Vitae (2017), sonó aplastante. Una actuación corta pero indudablemente pesada a modo de perfecto aperitivo para la banda que estaba por (al fin) llegar.

Setlist The Voynich Code:

The Others
Amunet, The Decider
Flight 19
Antithesis
Hope I
I, The Weak
Born To Suffer
Weight Of Mortal’s Soul

The Faceless

En este punto, el Razz 3 presentaba una mejor cara… o la cara que a uno se le queda cuando mete allí a poco más de cien personas. La gente empezaba a competir para obtener un lugar más cercano al escenario entre chascarrillos sobre si, realmente iban o no a salir a escena; su fama les precede allí donde van. Las conversaciones casuales estaban a la orden del día. La expectativa en la sala era enorme: algunas personas incluso se sorprendieron (gratamente) de que la banda hubiera llegado. Bromas aparte, mucha gente estaba muy emocionada de ver lo que The Faceless estaba por ofrecernos: death metal tecniquísimo de muy bella e impecable factura. Es tan técnico y tan complicado que se me antoja difícil que pueda dejar a la “multitud” contenta.

Lo primero que noté fueron tres cosas: la ausencia de bajo, su batería, el increíble Bryce Butler y un par de argentinos que lo dieron todo (literal) desde el minuto cero. Tal fue su entrega, que nada más finalizar el bolo, el propio Butler se acercó hasta ellos y les regaló el setlist y un par de baquetas, entre gestos ostensibles de agradecimiento eterno. Imagino que cuando eres nuevo y militas en una de las bandas más «complicadas» del panorama, cualquier gesto así ha de llenarte… y mucho.

El setlist, ya estábamos al corriente, iba a ser ridículamente corto. En total no tocaron más de cincuenta minutos que, para una banda de su calibre, es cuanto menos un insulto, sobre todo tras lo ocurrido durante el Knights Of Metal del año pasado. Pero bueno, se lo curraron bastante y tocaron un poco de aquí y de más allá para contentar, tanto a los fans más fieles, como a los que les hemos descubierto más recientemente. Abrieron fuego con el piano que abre la sublime trilogía que inaugura su Autotheism (2012), un inicio de bolo muy bien pensado, pues este tridente es un fiel reflejo de lo que es la música de estos californianos: una banda de metal extremo, apasionada y apasionante, que mezcla contundencia con otro pasajes, por así decirlo, algo más oníricos y delicados.

«Sons Of Belial», de su magistral Planetary Duality (2008), sonó a continuación, una muy buena demostración del estilo, en ocasiones tan peculiar, de la banda, mezclando los guturales de su también nuevo vocalista, Ken «Sorceron» Bergeron, y las voces limpias tan características de Michael Keene. Es una canción más lenta, que muestra que The Faceless no necesita tocar a velocidad máxima como el 99% de las otras bandas técnicas de death metal de hoy en día. En general, aunque no es particularmente alucinante, es un tema muy efectivo. «The Spiraling Void», primer adelanto de su más reciente obra (In Becoming A Ghost, 2017). Un tema que los fans más fans supieron apreciar debido a que supone un retroceso a su anterior trabajo. Un trabajo en el que, precisamente, su talentoso guitarrista Justin McKinney, ex The Zenith Passage, no estaba. Este hombre es absolutamente increíble. Su peso en el sonido global de la banda es más que considerable, administrando pistas de acompañamiento y haciendo los ruidos espaciales necesarios tan peculiares en tantos de sus temas.

Con «An Autopsy» la sala se vino abajo. No en vano, es uno de sus mejores y más potentes temas. La batería que la inicia, seguida de la experimentación con la guitarra tan poco ortodoxa llamó mi atención de inmediato. El estilo vocal se divide entre unos gruñidos de la muerte y un sonido brutal, de gran alcance, muy screamy-growley. Primer breakdown de la noche, por cierto.

El hecho de que gran parte de su música se base en pistas de fondo pre-grabadas le quita algo de magia a la experiencia en vivo, pero no te das cuenta de ello… o sí, pero te la suda, como es el caso de la canción que sonó a continuación. A mí, personalmente, «Cup Of Mephistopheles» no me gusta nada, pero tenía que caer alguna más de su última obra, claro. Pasaré de puntillas, pues enfilamos la recta final con dos temazos, que son, precisamente, dos de los temas en los que la presencia del bajo se hace más evidente, por culpa de esos barridos presentes al comienzo de la alienígena «Ancient Covenant» y por la sección jazzy de «XenoChrist», que sonó a petición popular… aunque la tuvieran programada para cumplir con los cincuenta minutos de rigor. Estos tipos juegan con ventaja, pues si sabes que es la última que van a tocar y no han entonado todavía «XenoChrist», fijo que es esa la que cae.

Circulen, no hay más que ver. Esto ha llegado a su fin y sí, todavía no hueles a sudor… hecho que creo que la banda agradeció pues, sorprendentemente (al menos para mí), se quedaron un rato en el stand del merch a firmar todo lo firmable, responder a las dudas y/o quejas de los fans e incluso se prestaron a sonreír  y posar ante los flashes de nuestras cámaras. Muy majos ellos…

Buen bolo, sí. Bien ejecutado… casi que también. Corto… mucho. ¿Suficiente? No y mil veces no.

Setlist The Faceless:

Autotheist Movement I: Create
Autotheist Movement II: Emancipate
Autotheist Movement III: Deconsecrate
Sons Of Belial
The Spiraling Void
An Autopsy
Cup Of Mephistopheles
Ancient Covenant
XenoChrist

Rubén de Haro
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Tipo peculiar y entrañable criado a medio camino entre Seattle, Sunset Boulevard y las zonas más húmedas de Louisiana. Si coges un mapa, y si cuentas con ciertos conocimientos matemáticos, verás que el resultado es una zona indeterminada entre los estados de Wyoming, South Dakota y Nebraska. Una zona que, por cierto, no he visitado jamás en la vida. No soy nada de fiar y, aunque me gusta “casi todo lo rock/metal”, prefiero las Vans antes que las J'hayber.