Revocation – The Outer Ones

Nuestra Nota


9 / 10

Ficha técnica

Publicado el 28 de septiembre de 2018
Discográfica: Metal Blade Records
 
Componentes:
David Davidson - Voz, guitarra
Dan Gargiulo - Guitarra
Brett Bamberger - Bajo
Ash Pearson - Batería

Temas

1. Of Unworldly Origin (4:29)
2. That Which Consumes All Things (5:29)
3. Blood Atonement (4:44)
4. Fathomless Catacombs (5:34)
5. The Outer Ones (5:42)
6. Vanitas (5:54)
7. Ex Nihilo (4:24)
8. Luciferous (4:49)
9. A Starless Darkness (7:15)

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Todos los fans del metal extremo estaremos más o menos de acuerdo en que Revocation es una de las mejores cosas que le ha pasado al género en los últimos años. Frescos, divertidos e inesperada y repetidamente sorprendentes, los de David Davidson ya entraron con buen pie en nuestras casas allá por 2007, y con el tiempo se han ido asentando como uno de los grandes aspirantes a un hipotético futuro trono del género gracias a su peculiar estilo a caballo entre el thrash (Voivod es una referencia absolutamente básica) y el death metal (que es más bien donde yo los colocaría).

David es, además de un líder y un compositor excepcional, un guitarrista prodigioso, y lo mejor es que se guarda mucho de abusar de esa técnica o de usarla para su propio lucimiento gratuito. Hace poco habábamos con el gran Alex Skolnick, y precisamente nos nombraba a David como único ejemplo junto a él mismo de lo que quiso llamar músico del renacimiento: un guitarrista virtuoso e inquieto, ansioso y capaz de meter el hocico en tantas múltiples vertientes de su instrumento como sea posible. El metal está bien, claro, pero no todo es metal. Y el líder de Revocation, al igual que Alex, se encarga de demostrarlo haciendo sus pinitos en el mundo de jazz y en varios experimentos sonoros más.

Uno podría pensar que una música tan compleja como la de los americanos necesitaría de un tiempo de cocción especialmente largo, pero ya sea por abundancia de musas o por hiperactividad compositiva (o por ambas razones), Revocation han tenido tiempo y ganas de sacarse de la manga hasta siete álbumes de estudio en los poco más de diez años que llevan de vida. Es más: de hecho, los dos años y dos meses que han tardado a publicar este The Outer Ones suponen el intervalo más largo que ha transcurrido jamás entre dos discos suyos.

Es difícil definir o comparar este trabajo con su producción anterior. En cierto modo es un poco más de lo mismo, eso es cierto, pero de la misma manera no lo es en aboluto. Me atrevería a decir que algunos de los elementos que introdujeron en Great is Our Sin han desaparecido aquí (incluso han vuelto a su clásico logo, escondido de las portadas en los dos últimos discos), y The Outer Ones, quizás, se parece un poco más a lo que nos tenían acostumbrados hasta Deathless. Alguien se podría quejar (¡alerta demagógica!) que a primera vista este disco (y su carrera en general) es un poco más de lo mismo, que no han evolucionado demasiado de un disco a otro y que ya no sorprenden como antes (lo que quizás es verdad), pero es que joder, una banda tan original e inventiva es precisamente la definición de evolución por si misma.

Pero centrémonos en lo que tenemos aquí, que es mucho, ya que escuchado con el suficiente detenimiento (y un álbum de esta gente no se merece nada menos que eso), se pone de manifiesto que este discarrazo está a la altura de lo mejor de su carrera (y eso es decir mucho mucho). Vamos, que el puto sr. Davidson y los suyos lo han vuelto a hacer, pariendo un nuevo conjunto de canciones (otra vez) impecable y sin fisuras que, seguro, va a hacerse un hueco en muchas listas de lo mejor de este 2018 (hay números que también esté en la mía, ciertamente).

El disco empieza con un trallazo maravilloso como es «Of Unwordly Origin». ¡Menuda manera de poner todas las verduras (¡que soy vegetariano!) en el asador! Un riffaco enloquecido marca de la casa y un montón de cambios de ritmo hacen que no puedas parar de sacudir la cabeza desde el minuto uno. «That Which Consumes All Things», por su parte, es como coger a Voivod e hincharlos de esteroides (y de doble bombo), lo que solo puede ser algo bueno. Una bacanal de riffs, cambios de ritmo, baterías frenéticas e inspiración descontrolada que confirman que, así como sus dos anteriores trabajos me costaron un poquitín más a entrar, éste The Outer Ones va directo a la yugular.

«Blood Atonement» es un poco más lenta, un poco más melódica y un poco más épica, pero no. Un tema que podríamos llegar a considerar accesible para los estándards de Revocation y que sería un buen punto de entrada para introducirse en la música de la banda, coros y partes acústica y ligeramente disonante incluidas. También «Fathomless Catacombs» tira por esa vertiente bailonga y relativamente ligera que tanto me ha gustado siempre, y que empezamos a notar que tiene una presencia generosa en este nuevo trabajo.

La locura de punteos entrelazados que abre el tema título da paso a uno de los temas más puramente deathmetaleros y directos que encontraremos aquí, aunque hacia el final se descantilla (para bien) con uno solo extravagante y un pasaje polirrítmico maravilloso. «Vanitas», mientras tanto, vuelve a ser un tema tirando a lento y melódico con un toque épico y comedido que les sale muy bien y unos coros que me llegan a recordar vagamente a Converge. Aunque por supuesto toda la música de la banda se podría consierar «progresiva» en el más amplio sentido de la palabra, la instrumental «Ex Nihilo» ahonda en ello de forma más exhaustiva, insistiendo en ritmos raros y partes más atmosférias.

Casi como quien no quiere la cosa (porque ha pasado volando), llegamos a la recta final de The Outer Ones, pero aún nos quedan un par de temas que se cuentan como lo más destacado del álbum. De hecho, «Luciferous» se aúpa junto a los dos temas que abrían el disco en mi podio particular gracias a su melodía, su groove, su riqueza, su gancho y su potencia a todos los niveles, mientras que la pesada, larga y densa final «A Starless Darkness» es otro magnífico trallazo rebosante de épica que sirve para cerrar este viaje por todo lo alto, dejándome plenamente satisfecho e, incluso, con ganas de más.

Es complicado de verdad desgranar un disco de Revocation de esta manera, siendo como es un ente orgánico que se va retorciendo y mutando en cada rincón. De hecho, dentro de cada canción hay múltiples subcanciones, pero paradójicamente el todo supone una unidad casi indivisible que no se puede valorar por si sola. El hecho es que escucharse un disco de esta gente es siempre un placer y una experiencia excitante y llena de sorpresas, cosa que bien pocas bandas pueden decir. En pocas semanas, además, van a estar por fin en gira propia por nuestros escenarios (lo hicieron abriendo para Cannibal Corpse hace ya unos años, una noche a la que no pude asistir), con lo que a la mínima que la cosa suene bien estoy seguro que nos aplastarán la cabeza. Muchas y muchas ganas.

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Sobre Albert Vila 952 Artículos
Siempre me ha encantado escribir y siempre me ha encantado el rock, el metal y muchos más estilos. De hecho, me gustan tantos estilos y tantas bandas que he llegado a pensar que he perdido completamente el criterio, pero es que hay tanta buena música ahí fuera que es imposible no seguirse sorprendiendo día a día. Tengo una verborrea incontenible y me gusta inventarme palabras. Si habéis llegado hasta aquí, seguro que ya os habéis dado cuenta.