Lonely Robot – Feelings Are Good

Nuestra Nota


7.25 / 10

Ficha técnica

Publicado el 17 de julio de 2020
Discográfica: Inside Out Music
 
Componentes:
John Mitchell – Voz, guitarra, bajo, teclados
Craig Blundell – Batería

Temas

1. Feelings Are Good (1:16)
2. Into the Lo-Fi (4:17)
3. Spiders (5:04)
4. Crystalline (5:16)
5. Life Is a Sine Wave (6:33)
6. Armour For My Heart (5:18)
7. Suburbia (5:03)
8. The Silent Life (5:04)
9. Keeping People as Pets (5:20)
10. Army of One (6:23)
11. Grief Is the Price of Love (1:25)
12. The Silent Life -Orchestral Version (5:05)
13. Crystalline (Orchestral Version) (5:18)

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¿Es posible sacar cuatro discos en cinco años sin ser King Gizzard and the Lizard Wizard? Para John Mitchell y su proyecto Lonely Robot sí. ¡Es más! Cada vez van a mejor. Este rock progresivo suave, sumamente personal y, a veces, intimista, baste a 11 temas más dos bonus tracks que no son otra cosa que canciones en versión orquestal, y no están nada mal. Os sonará Mitchell si os recuerdo los muchos proyectos en los que ha estado involucrado: Arena, Frost*, It Bites, Kino… aparte de que es un Juan Palomo en toda regla. Desde los teclados a la producción, pasando por la composición y hasta la voz principal. Con este disco se cierra la llamada trilogía del astronauta, y si lo escuchas y le das tiempo, percibes que, posiblemente, es el mejor del proyecto.

Voces robóticas en la bonita intro «Feelings Are Good» que, a la postre, es la que da título al disco. Tierna, evocadora y triste nos abre a un mundo en el que hay momentos realmente bellos e inspirados. “Into the L-Fi” cuenta con la pegada y presencia de la batería de Blundell y todo el juego de recursos de Mitchell. Gran estructura en la que se mantienen las voces robóticas. Es un tema resultón que puede recordarte a Neal Morse y a Spocks Beard. Hay, eso sí, unos teclados que rememoran a los buenos tiempos de It Bites. Más experimental, aunque atrayente hasta el punto que ha sido el single, es «Spiders». Juegos de atonalidades y un estribillo original que surge entre el caos sónico. Temas como este te demuestran que Lonely Robot más que un proyecto ya es una realidad. No hay grandes demostraciones instrumentales ni lecciones de música, más bien solos integrados perfectamente a lo que se pretende, subrayando estructuras y arreglos de teclado más que las virguerías técnicas.

Hay dos temas que luego están en versión orquestada que valen su peso en oro. Una es esa especie de balada llamada «Crystalline», con aires de power ballad. Se queda como un cruce entre It Bites y el prog más escandinavo. Me ha sorprendido muy gratamente también «The Silent Life» pues ese inicio es casi calcado de uno reciente de Asfalto. Momentos de gran belleza con esos violines arropando el final en piano en otro tema certero en el que John luce dotes de vocalista. Destacan especialmente el sonido y la composición si bien los temas no son nada inmediatos y hay que dejarlos cocer a fuego lento. Hay que dar varias escuchas a la propuesta, pero se nota que estamos ante el mejor trabajo de la saga. Luego hay un tremendo giro de guion en «Keeping People as Pets» con sintetizadores campando a sus anchas y más voces robóticas. ¡Hay que justificar el nombre del grupo! Luego deriva a terrenos más reconocibles pero la modernidad se mantiene con voces pre-grabadas narrando como si fuera una radio.

En «Armour for My Heart» se revive a Arena con esa presencia absoluta de teclados y ese feeling tan especial. Todo indica que el proyecto cambia de nombre, pero la personalidad queda intacta pues la impronta de Mitchell está en todo lo que graba. La influencia de los grandes del rock progresivo está presente aquí. Luego hay una especie de indagación en el musical en la inspiradísima «Suburbia», siendo una de las composiciones que más brillan. Brillante composición y pasajes instrumentales rotundos. Más luminosa y positiva es «Life Is a Sine Wave» que contiene pasajes templados, momentos baladescos y la voz del vocalista va siempre acompañada por unas brumas de teclados. Hay aquí un acercamiento a Pink Floyd en el solo final con efluvios aeroespaciales. Completa el disco la extensa «Army of One» con un plus de color y un inicio circense muy bien conseguido. Se cierra la obra con una pieza acústica titulada «Grief Is the Price of Love», tal como empieza el disco, dando esa buscada sensación de unidad. Se recomienda encarecidamente las ya citadas dos canciones en versión orquestal (vía teclados).

Hay allí afuera muchísimos proyectos estelares de rock progresivo, pero a pesar de tanta competencia el gran John Mitchell se ha hecho un hueco (más de uno) con sus múltiples proyectos. El irlandés es capaz de en cada disco apuntalar un poco más su propósito a base de buena música, pulcras producciones y mucha ilusión. Feelings Are Good es el mejor álbum hasta la fecha de un proyecto prolífico y sin miedo. Se cierra la trilogía del astronauta y hay en cada canción una música que, un poco, nos acerca al cosmos. Lonely Robot alcanza su punto más alto hasta el momento. ¡Hasta el universo y más allá!

Jordi Tàrrega
Sobre Jordi Tàrrega 1356 Artículos
Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.