Crónica y fotos del El Vallès es crema IV - Can Masferrer (Montornès del Vallès), 27 de julio de 2019

Las llamas de El Vallès es Crema pueden con la lluvia en Can Masferrer

Datos del Concierto

El Vallès es crema IV

Bandas:
La Inquisición + Coherence + Autodestrucció + Tano + Nunnery + Gürtel Club + Illinoise + Tansumica
 
Fecha: 27 de julio de 2019
Lugar: Can Masferrer (Montornès del Vallès)
Promotora: Associació de Músics Can Masferrer
Asistencia aproximada: 150 personas

Fotos

Fotos por Albert Vila / Raül Pacheco

Por cuarto año consecutivo, la Associació de Músics Can Masferrer organiza su tinglado veraniego habitual bajo el nombre de El Vallès Es Crema. Esto de los festivales veraniegos es lo que mantiene ocupado a muchos colectivos de amantes de la música underground catalana, pero en caso de esta ya mítica masia situada entre Montornès y Vilanova del Vallès, un evento así no es más que un granito de arena más en la labor que hacen durante todo el año (y desde hace ya muchos) para promover, impulsar y dar a conocer el rock y la música underground alternativa a través de bandas locales (muchas de las cuales ensayan ahí mismo) como otras propuestas procedentes de cualquier rincón de Catalunya y de más allá.

No sé cuántos años hará que Can Masferrer está en funcionamiento, pero como granollerense que soy, y por ello casi vecino, recuerdo haber venido aquí en incontables ocasiones en los últimos veinte años para ver a todo tipo de bandas, para sudar en su pequeña sala abovedada, para desfasar en su escenario al aire libre y, para qué mentir, para ponerme hasta las trancas más de una vez. Y es que lugares así, llevados con pasión (y con la ayuda inestimable del Ayuntamiento, claro) por sucesivas generaciones de músicos de Montornès que saben que este sitio es todo un orgullo para el pueblo, son absolutamente clave para mantener ese tejido underground que, aún fuera de los radares de las masas, hace que el punk y el hardcore estén tan vivos como nunca en Catalunya.

Para la edición de este año del festival, la verdad es que el cartel contaba con un puñado de bandas de lo más granado de esta escena que comentamos: la fuerza de Autodestrucció, la locura de Tano!, la rabia de La Inquisición o la precisión de Illinoise eran algunos de los reclamos de un cartel que contaba también con la presencia de Coherence, de Nunnery y de los locales Gürtel Club y Tansumica, que iban a llenar de punk rock, de hardcore y de todas sus variantes el escenario exterior de la Can Masferrer desde las ocho de la tarde a las cuatro de la mañana (casi nada). Durante la mañana había caído la del pulpo, y las predicciones auguraban que aún faltaba una buena por caer, así que el hecho de que al final se decidieran a montar el festival en el patio exterior (contando con la alternativa de poder hacerlo dentro de la Masia) se antojaba un pelín arriesgada, pero vistos los cielos despejados que nos iluminaban cuando llegamos, lo cierto es que no hubo duda de que todo iba a ir perfectamente bien.

Los encargados de abrir la velada fueron Tansumica. Como tales, se trata de una banda nueva que quizás pocos conocen, pero los más avezados en el mundillo sabrán que el trío formado por Toni Feliu, Òscar Òdena y Albert Manils ha sido el núcleo de bandas comarcalmente míticas como son Yahi, Miyahi o No Time to Think. Todo unos veteranos de la escena, afincados efectivamente en Montornès, que en esta nueva reinvención (y van ya unas cuantas) dejan de lado los culebreos y los complejos desarrollos de sus trabajos más recientes con Yahi para abarcar una propuesta más directa y más de cara a barraca, no tan única y especial (aunque no exenta de su inherente personalidad) pero quizás más dinámica y más apropiada para eventos de este tipo. Con un EP en el mercado y un disco a punto de grabar este mismo otoño (del que sonaron muchos cortes hoy), Tansumica tuvieron que lidiar con un público aún poco numeroso (unas curenta personas) e insultantemente estático y pasivo que no se dignó ni a casi aplaudir tras cada uno de los temas (ya ves tú lo que cuesta, joder), ya fueran rápidos y punkarras como lentos y atmosféricos. Por ello, costó engancharse a una propuesta que sonó bastante bien y que va creciendo a cada concierto.

No corrieron muchísima más suerte lo vidrerenses Illinoise, que desde que han sacado su disco 166 están tocando en todos sitios y por ello, se les nota una precisión y unas tablas dignas de elogio. Hoy, sin ir más lejos (y al igual que La Inquisición), iban a hacer doblete, empaquetando los trastos y yéndose hacia Artés una vez acabado su concierto aquí. No sé como los reciben en otros sitios, pero la respuesta de Masferrer no se ajustó a lo potente de su descarga, y si bien hubo algo más de gente atenta a ellos (aunque solo una fan de verdad, situada en solitario justo enfrente del escenario) que los que estaban con Tansumica, el nivel de aplausos estuvo muy pero que muy por debajo de lo que se merecieron. Con una Nina Monteso ejerciendo de torbellino escénico como es habitual en ella (y más que lo hubiera sido si hubiéramos entrado algo más en su juego entre todos), y con una base instrumental sólida como una roca y capitaneada por los hermanos Alegre, organizadores del cada año más exitoso Actitud Fest, los de La Selva demostraron porqué son uno de los nombres más a tener en cuenta (y ya llevan un tiempo siéndolo) del panorama post hardcore catalán actual.

En realidad, la banda que tuvo mejor recibimiento de todas las que vimos hoy fueron Gürtel Club. Y es que más allá de sus capacidades artísticas y musicales, que las tienen sobradamente, son una banda made in Masferrer. Son de Montornès, ensayan aquí y, en consecuencia, tenían a una buena claca de acólitos lista para disfrutar de sus virtudes en primera línea del escenario. Y lo cierto es que la banda tiene su gracia, y gracias a un punk rock muy alegre y contundente con ciertos toques alternativos, una temática vacilona (llamando a la gente pobretones a todas horas, por ejemplo) y una excelente puesta en escena con atril y botella de vino incluidos, consiguieron enganchar también a aquellos que, como yo, aún no los conocíamos demasiado. Por supuesto, el que hubiera caído ya la noche y el que tuvieran una respuesta del público tan superior también ayudó lo suyo. Pero ay, justo cuando empezaba lo mejor y su vocalista (que se había dejado un pícaro bigotito para la ocasión) apareció en escena con una corona, un cetro y una capa de rey como si fuera el mismísimo Freddie Mercury, empezaron a caer cuatro gotas que se convirtieron rápidamente en ocho y luego en cincuenta y que, en menos de media canción, obligaron a suspender inmediatamente el concierto.

Eso habría arruinado la noche en la mayoría de emplazamientos, pero por suerte Masferrer cuenta con una sala interior (muy pequeña pero también muy carismática), así que tan pronto se vio que lo de fuera no iba a poder continuar, tanto la organización como las bandas como gran parte de los asistentes empezamos a cargar trastos a toda prisa bajo el diluvio para resguardarlos de la tormenta y, de paso, empezar a montar el escenario y la barra dentro. Todo apuntaba a que una noche que estaba siendo y prometía ser correcta iba a convertirse en memorable casi por arte de magia, y lo cierto es que hubo varios momentos llenos de una cierta épica, como el traslado (y la entrada triunfal) de los tiradores de cerveza, o la caída de los plomos tan pronto los chicos de La Inquisición se enchufaron para empezar a probar. A la hora de la verdad, me temo que la lluvia también se llevó con ella a algunos de los asistentes, así que si bien el concierto acabó continuando sin más problemas más allá del lógico restraso, sí que me temo que había un poco menos de gente de la que se llegó a concentrar con el concierto de Gürtel Club, punto álgido de la noche en este sentido.

A toda prisa porque tenían que correr hacia Castellgalí para participar (esperemos que empezarían tarde) en el Festival Rock M’Enrotlla junto a Crim, el cuarteto barcelonés La Inquisición se subió al escenario dispuesto a descargar toda su rabia y mala leche ante el público mayormente skinhead que se reunía puño en alto enfrente del pequeño escenario. Y ellos les dieron todo lo que vinieron a buscar y más: caña, compromiso, abrazos, distorsión, coros, más abrazos, saltos y un montón de actividad fisica que acabó con su vocalista navegando por encima del entregado público en más de una ocasión. Los barceloneses están últimamente en todos los fregados, y no es de extrañar que se vayan ganando seguidores viendo como se las gastan. Enrolados en el siempre atractivo y goloso roster de HFMN Crew (lo que es garantía de que, si se lo curran, van a tocar cada fin de semana un par de veces), siguen presentando las canciones de su último disco, LVX, publicado en 2015, y arrasando allá donde les dejen. Y a pesar de que su concierto fue algo accidentado y se hizo definitivamente corto, Masferrer también acabó pasando por su piedra.

Los siguientes en saltar al escenario (algo que hicieron después de una prueba de sonido que se hizo eterna), fueron los también barceloneses Coherence. Habituales por estos lares (estuvieron en el propio Masferrer hace poco y el año pasado tocaron en la Festa Major de Granollers), el hoy terceto (el guitarrista Adrià Marva causó baja para este concierto) no tuvo especial suerte con el sonido a pesar de la larga prueba, y tuvieron que sufrir acoples constantes y una tonalidad general algo estridente. Su emocore es muy melódico y alterna momentos muy rápidos con otros mucho más pausados, y si bien su actitud e intensidad sobre el escenario fueron intachables, no me atrevería a decir que acabaran de enganchar a los presentes, exhaustos tras el concierto de La Inquisición y ansiosos por poder disfrutar de Tano! tras ellos. Como detalle, el hecho de que en la sala interior la barra esté en un espacio distinto al del concierto (y que ya hubiera dejado de llover, con lo que muchos salieron fuera) hizo que la gente se reparttiera entre varios enclaves, dando la sensación de que había menos gente de la que realmente había y de la que hubiera habido, seguro, si el festival hubiera continuado al aire libre, con las barras al lado del escenario y ningún lugar al que escaparse.

No sé si era por el día lluvioso o porque, sencillamente, ya me estoy haciendo mayor, a estas alturas yo ya andaba bastante frito. Aún así, hice acopio de fuerzas para aguantar una banda más. Y es que me habían hablado tales maravillas de los directos de Tano! que habría sido casi un sacrilegio llegar a perdérmelos. Y suerte que no lo hice, porque a pesar de que mis energías no estaban como para disfrutarlos al 100%, sí que es sencillamente espectacular ver al dúo gerundense desenvolverse sobre el escenario. Alguien los definió como los The Dillinger Escape Plan catalanes y, salvando las evidentes distancias, esta afirmación os puede dar una idea de por donde van. Su música es una mezcla de frenética y disonante locura con altísimas dosis de criterio, y su puesta en escena es una auténtica bacanal de actividad. Todas las miradas se las lleva Oscar a su guitarra (y su micrófono a media altura) gracias a sus constantes saltos, tumbos y demás movimientos espasmódicos que acaban con él en manos del público en un par de ocasiones, pero el trabajo a la batería de Victor es tanto o más maravilloso. Serán solo dos, pero sobre el pequeño escenario de Masferrer y ante cuatro gatos se marcaron el mayor festival de la noche. Menudo bandón.

Me hubiera gustado quedarme a ver qué tenían para contarnos hoy tanto Autodestrucció como Nunnery, pero estando yo hecho polvo pasadas las tres de la mañana, decidí retirarme hacia mi casa antes de arrepentirme de no hacerlo a tiempo. Esta cuarta edición de El Vallès es Crema fue evidentemente accidentada, y quizás hubiera molado algo más de público (tampoco es que hubiera poco, pero vamos, que podría haber habido más), pero una vez más sirvió para certificar la calidad de las bandas que tenemos por estos lares, la excelente salud del tejido asociativo underground de este país y, por qué no, el compromiso de todos y cada uno de los asistentes en que todo funcionara bien a pesar de las inclemencias y los imprevistos. Grandes los chicos de la Associació de Músics de Montornès (y, por extensión, gracias a tantos otros) por desvivirse con este tipo de fregados por puro amor a la música y la gente a su alrededor. ¡Por muchos años!

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Sobre Albert Vila 952 Artículos
Siempre me ha encantado escribir y siempre me ha encantado el rock, el metal y muchos más estilos. De hecho, me gustan tantos estilos y tantas bandas que he llegado a pensar que he perdido completamente el criterio, pero es que hay tanta buena música ahí fuera que es imposible no seguirse sorprendiendo día a día. Tengo una verborrea incontenible y me gusta inventarme palabras. Si habéis llegado hasta aquí, seguro que ya os habéis dado cuenta.