Las 5 mejores canciones sobre arcos iris según… Science of Noise

La definición nos lo deja bastante claro: banda luminosa con forma de arco que presenta los colores del espectro solar y aparece a veces en el cielo, debido a la refracción y reflexión de la luz del sol en las gotas de lluvia. «Los colores del arco iris son rojo, anaranjado, amarillo, verde, azul, añil y violeta». Toda esa diversidad de colores invita al significado de: «cabemos todos, aceptamos todo», es por eso que también estos colores enarbolan la bandera de colectivos como LGTBI. Este precioso fenómeno ha sido fuente de inspiración dentro de la imaginería del heavy metal y el grupo Rainbow es su máximo exponente. En sus buenos tiempos llegaban a tocar con arcos de luz enormes y significó la salida de Richie Blackmore de Deep Purple para entregarse en cuerpo y alma al heavy metal. Posiblemente son esos tres primeros discos con Dio el máximo exponente de lo que es el hard rock. Luego el hombre de negro quiso subir en ventas americanizando su sonido y consiguiendo también la perfección del hard rock comercial. No deja de ser paradógico que alguien que siempre viste de negro optase por el símbolo de «todos los colores».

Pero el arco iris también puede ser visto doble en la naturaleza, con otro más débil. Y más allá de Rainbow otras bandas se han acercado al arco iris en sus canciones con diferentes significados. Por otro lado, de noche, puede aparecer el arco iris. Es el caso de unos amigos que visitaron la catarata del Iguazú de noche y vieron un “Rainbow in the Dark”. Ellos sostienen que el arco está formado de tonos de grises por el efecto de la falta de luz.

También hay que mencionar la maravillosa canción de “Over the Rainbow” la cual abría y abre los shows de Rainbow. Judy Garland tuvo una preciosa canción hecha a medida y que ganaría el Oscar. Todo el mérito es de Harold Arlen a la música y las letras de E.Y. Harburg. Lo que sorprende de verdad es que dicha composición entrara al final después de muchas discusiones. Era demasiado lenta para algunos de los responsables. Afortunadamente entró y el cine y la cultura americana ganaron un símbolo. Por cierto, haciendo este reportaje me he dado cuenta que Rainbow es una palabra compuesta por “Rain” y “Bow”, lo cual sería en inglés “arco de lluvia”. La cantidad de cosas que uno aprende leyendo Science of Noise

 

«Rainbow in the Dark» por Xavi Prat

Artista: Dio
Álbum: Holy Diver (1984)
Autores: Ronnie James Dio, Jimmy Bain, Vivian Campbell y Vinny Appice

Una canción que hable (de forma más o menos directa) sobre el arco iris… bueno, para que que firma no había duda de cual era la principal. Quizá mi tema preferido de Dio y uno de los más reconocidos y reconocibles de la formación, el propio Ronnie la criticó (un poco) por considerarla demasiado comercial (fue el segundo single del Holy Diver (1984)), especialmente por la melodía inicial de teclados. Es decir, justo lo que más me gusta del tema. Qué cosas… No entraremos en detalles musicales, como el pedazo de solo de guitarra, porque habréis escuchado la canción millones de veces y habrá un millón de artículos del tema.

Para mí, la gran pregunta es entender de qué nos habla el enorme menudo cantante. Sin duda la carrera del bueno de RDJ ha estado claramente influenciada, líricamente hablando, por la fantasía (sólo hace falta ver alguno de sus videoclips), y aunque a primera vista hay elementos del estilo en la letra, me inclino más a pensar que es un reflejo de lo que sentía el cantante tras sus andaduras en Rainbow (aquí faltaría algún emoji, dado el nombre del grupo y este top) y, principalmente, de su salida de Black Sabbath. Soledad, miedo y frío, pero también ganas de comerse el mundo y hacer magia. Y vaya si lo consiguió, pues para mi gusto, Dio -la banda-, es donde el cantante mejor muestra su faceta.

Tenemos que darle las gracias muy mucho a Bain, Campbell y Appice por convencer a Ronnie de no renunciar a este pedazo de clásico, considerado uno de los 40 mejores temas del metal.


«Guerrero del arco iris» por Xavi Prat

Artista: Rata Blanca
Álbum: Guerrero del arco iris (1991)
Autor: Walter Giardino

El arco iris, como ya se ha dicho, puede representar, y de hecho representa, muchas cosas. Entre ellas, da nombre al buque insignia de la organización Green Peace, que lucha por salvaguardar el planeta y toda su vida, especialmente la más indefensa (es decir, la no-humana) de manos del capitalismo extremo y del egoísmo del «los que vengan ya se lo encontrarán). Y precisamente en homenaje a la organización y al barco, los argentinos, de mano de su excepcional guitarrista, se sacaron de la manga este pedazo de tema, el que para mi gusto tiene el segundo mejor solo de guitarra de Giardino.

El América Latina, tanto la banda como el guitarrista, son aclamados por prensa y público, y aunque aquí quizá no llegaron a petarlo tanto, es indiscutible que son una de las grandes bandas de hard rock y heavy metal de habla castellana. Con este disco lograron, quizá, su pico más alto en popularidad -para mi gusto su mejor trabajo es el anterior, Magos, espadas y rosas (1991)-, pero este no tiene desperdicio.

La intro de batería, hablando ya del tema, es mítica para los que somos fans más o menos acérrimos del grupo, los teclados tejen una base para que los otros instrumentos se luzcan, del solo ya hemos hablado, y la letra, de hace casi 30 años, ya es una alarma sobre lo que está pasando con nuestro planeta y lo que vendrá si no hacemos algo.

Un clásico.


«At the End of the Rainbow» por Jordi Tàrrega

Artista: HammerFall
Álbum: Legacy of Kings (1997)
Autores: Juan Lozano y Alberto Rionda

Una de las mejores canciones del segundo disco de Hammerfall era este “At the End of the Rainbow”. Medio tiempo poderoso de estribillo infeccioso y con esa carga de profundidad que es el riff base y la aguda voz de Joacim Cans. Hímnica y poderosa demostraba que la propuesta de los suecos iba más allá del power metal directo y veloz. Personalmente considero que es una de sus mejores composiciones y nos habla de la tradición nórdica de que al final del arco iris hay oro y riqueza. El cadencioso riff y esos coros uooo uooo terminan de redondear un clásico tema para el directo. Era 1998 y el grupo se postulaba para liderar el movimiento. Lástima que posteriormente la cosa fuera para abajo. De todas formas, Hammerfall paliaron a finales de los 90 la falta de heavy metal tradicional, y eso hay que agradecérselo enormemente.


«Rainbow Warrior» por Jordi Tàrrega

Artista: Avalanch
Álbum: La llama eterna (2005)
Autores: Leo Leoni y Steve Lee

El power metal era un fenómeno global y dentro de nuestras fronteras los astures y nuevos Avalanch se marcaban un homenaje al barco de Green Peace llamado Rainbow Warrior. Gratísimos recuerdos de La Llama Eterna (2005) en unos tiempos en los que Alberto Rionda empezaba a demostrar su valía. Era un disco pobre de producción y medios, pero en el que ya veías que la calidad estaba allí. Teclados en modo sobredosis y un Juan Lozano que salvaba los muebles cuando el grupo quería hacer ciertas cosas que escapaban de su nivel de entonces. Coros grandilocuentes y mucha épica para un tema rico que pecaba de todos los males que terminarían sobresaturando el estilo. Pero que nos quiten lo bailado, viví ese tema en directo y lo disfruté como un niño. Amablemente cedieron todos los beneficios que generaría el tema para la ONG Green Peace. Desconocemos que haría la organización con esos 2 euros de entonces, pero con que no hayan terminado en la Zarzuela ya nos vale.


«Rainbow Bridge» por Jordi Tàrrega

Artista: Molly Hatchet
Álbum: Warriors of the Rainbow Bridge (2005)
Autores: Bobby Ingram y Phil McCormack

Toda canción de Molly Hatchet que cierre uno de sus discos… ¡cuidado! Suele ser la buena. La impecable trayectoria de este grupo sureño es tan brillante que en pleno 2005 eran capaces de marcarse esta maravilla en crescendo. Puro sabor de los mejores Allman Brothers y Lynyrd Skynyrd pues siempre han quedado como los terceros en discordia. Aquí tienes al caído Phil McCormack comandando esta pieza triste en la que las guitarras se elevan y rompen la canción por la mitad al más puro estilo de rock sureño. Festín de seis cuerdas y subidón rotundo en clave triste. Puede que lo que más brillase de esa obra fuera “Son of the South” pero esta canción mantiene bien todas las credenciales del “Free Bird” de los Skynyrd y en ella misma es un bonito homenaje. En la portada también podemos ver ese rotundo arco iris con su guerrero habitual. Un clásico a reivindicar.

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