La reseña improbable: Mercyful Fate – Don’t Break the Oath

Ficha técnica

Publicado el 7 de Septiembre de 1984
Discográfica: Roadrunner (Europa), Music for Nations (Reino Unido) y Combat (EEUU)
 
Componentes:
King Diamond – Voz y teclado
Michael Denner – Guitarra
Hank Shermann – Guitarra
Timi “Grabber” Hanson – Bajo
Kim Ruzz – Batería

Temas

1. A Dangerous Meeting (5:10)
2. Nightmare (6:20)
3. Desecration of Souls (4:54)
4. Night of the Unborn (4:59)
5. The Oath (7:31)
6. Gypsy (3:08)
7. Welcome Princess of Hell (4:03)
8. To One Far Away (1:31)
9. Come to the Sabbatth (5:19)

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Intuyo que esta sección está hecha para putear, para que cada uno se enfrente con sus demonios, con aquellos géneros y grupos con los que en su momento nos enzarzamos y odiamos a la par que juramos no volver a escuchar. O simplemente, nunca les hemos dado la oportunidad. Entiendo que quien entra, se prepara para leer palabras con dos rombos rojos en la esquina superior o un simple +18, dependiendo de las canas que marques. Hoy, me encuentro frente a frente con Don’t Break The Oath, de Mercyful Fate, y me da la extraña sensación de que me ganaré más enemigos en un solo escrito que Pablo Casado en toda la campaña electoral. Desde luego no voy a rebajarme a ningún nivel, ni darle el placer a mi compañero Robert de verme sufrir… Simplemente y antes de empezar diré: Te odio, a ti y a los insufribles 42:56 minutos que he perdido planteándome seriamente mi vida.

Lo primero que me encuentro se asemeja a defecar en una batidora y darle al botón sin la tapa puesta. Obviaremos el sonido viejuno e insípido, eso ya es un tema de los lustros pasados y sus equipos de grabación. Lo que no obviaremos serán esos riffs pesados que llenan el 80% del tema y cuando aparece uno distinto, suena al anterior. Así sucesivamente. Si ya me odias llegados a este punto, más odio yo esos chilliditos; ¿con qué clase de mueble se ha pegado el meñique este señor? Nunca pensé que diría esto pero, ¡un vocalista de metal que se parece a nuestro ejemplar presidente emérito, M.Rajoy! La forma de vocalizar de ambos es idéntica.

Nigthmare” es, justo como su nombre indica, una pesadilla de canción. Un ritmo lento a más no poder y unos lamentos de fondo dignos de una Montserrat Caballé constipada. Yo pensando que todo el álbum seguiría la tónica del primer tema y no, me encuentro con “Desecration of Souls” me enseña que las cosas se pueden hacer peor que mal. ¿A qué viene esa voz del principio? De seguro que podría cantar en Shadow of Intent con esa distorsión de grave… Venga hombre.

Night of the Unborn” empieza bastante bien, aunque muy Kill Em All para ser ellos. De nuevo, esos gritos no sé si serán buenos, pero graciosos lo son un rato, o al menos la biblioteca entera se está molestando por mi intento de disimular las carcajadas… Oye, que no pensaba que fuera a decir esto pero, ¡me gusta! Están usando un theremin… ¿o es él cantando? La intro de “The Oath” me lía la mente. Tras algunos minutos de una batería inamovible y cuatro arreglos melódicos de la guitarra principal, “Gypsy”. Este tema me sugiere que el álbum no mejorará y que lo mejor del mismo, es la portada. En comparación, es el David de Miguel Ángel.

Si te apetece escuchar una canción de aproximadamente tres cuartos de hora, este es tu grupo. La estructura es siempre la misma y los riffs parecidos (ya tendría delito que fueran los mismos). A parte, a cada rato te sorprendes a ti mismo sorprendiéndote de que te sorprenda la voz que llevas ya unos temas antes escuchando. No me canso de oír a Mickey Mouse y su trayectoria como rockstar.

Por suerte, y con lo que me flipan los instrumentales (no es sarcasmo) me plantan aquí, “To One Far Away”, tema que debo aceptar que me ha gustado. Manda huevos que sea el más corto y sin voz….

Y por fin, no porque haya llegado mi tema preferido, ni porque me haya tocado el rasca del Eroski, sino porque esto termina: “Come to the Sabbath”. Termina por todo lo alto. No, espera, ¿o empieza…? Bueno, podría ser también que estuviera a medio disco….Como es todo igual no me entero ni de dónde estoy, la verdad.

Y me callo un poco que, como se entere mi bajista David de lo que he rajado de su querido King Diamond… me revienta. Bueno, él y toda la audiencia fan de los 80. Así pues, después de esta oda a la fraternidad y la conciliación voy a nominar al “bretol” del Beto para que disfrute de Obús y su magnífico Poderoso como el Trueno (1982).

¡Un saludo!

Roi Iturregi
Sobre Roi Iturregi 17 Artículos
Mi nombre es Roi. Joven e inexperto, pero curioso de cojones. Salté del punk a la nueva escuela y actualmente recupero esas asignaturas pendientes con los grandes de la historia del metal extremo. Estudiante de periodismo por el día y cantante de death por la noche. Como Batman, pero con menos dinero.