Himnos del Rock: «Paranoid» de Black Sabbath

Preámbulo

¿Es posible, en tan solo 25 minutos, inventar una canción que sea absolutamente rutilante y magistral?… Sí que es posible.

Black Sabbath demostraron ésto mismo y convirtieron lo complicado en algo sencillo, sacándose de la chistera un portentoso truco de magia denominado “Paranoid”. El mismo se confeccionó de modo vertiginoso y comprobaremos aquí los pasos de todo ese proceso.

El episodio, en cuestión, se inició cuando la banda de Birmingham (Inglaterra) se hallaba grabando, en Junio de 1970, su segundo LP. Éste ya estaba compuesto y escrito, en su totalidad, desde hacia varios meses; coincidiendo con el periodo de lanzamiento de la ópera prima homónima del grupo, a primeros de ese año 70. Estaban resultando tres días más que agotadores en que los Sabbath plasmaron todo ese nuevo material en los Island Studios de Londres, en tomas en directo. Como telón de fondo, explicar que en aquella década irrepetible del rock, los músicos creaban y lanzaban discos (y de los muy buenos) a mucha más velocidad y frecuencia que en la actualidad.

Composición bastante improvisada

En medio de ese frenético ritmo laboral, los cuatro componentes de Black Sabbath se tomaron un descanso para ir a almorzar e ingerir unas birras. Por contra, su productor Rodger Bain retuvo, un instante, al guitarrista Tony Iommi y le comunicó que el álbum contenía siete canciones sensacionales pero que faltaba alguna más para completar dicho elenco. Así pues, el supervisor Bain le pidió al mismo Iommi a ver si podía idear una pieza extra a partir de ese mismo momento.

“¡Oh, no! ¿Ahora mismo tiene que ser?” – protestó Iommi ante esa ardua labor de fabricar, apresuradamente y de la nada, una tonada adicional; la cual, eso sí, dicho intérprete la consideraría de relleno respecto al elaborado repertorio previo que se hallaban grabando sin tiempo para, apenas, nada más; subrayamos

Por suerte, en pocos minutos, a Tony se lo ocurrió un riff de guitarra sobre el que trabajar. Como los ingenieros Tom Allom y Brian Humphries no le estaban grabando durante aquel intervalo y para no olvidarse de ese ritmo recién construido, el músico estuvo repitiendo esas notas embrionarias, durante algunas veces, hasta la vuelta de su clan. Acto seguido, Iommi le comunicó al resto de sus compañeros que había que elaborar una nueva canción ante las ostensibles quejas del vocalista Ozzy Osbourne, del bajista Geezer Butler y del batería Bill Ward; aunque el mismo guitarrista les animó y calmó a todos diciéndoles que ya tenía una base construida a las seis cuerdas.

Después de escuchar dicha maqueta, Butler y Osbourne dudaron un segundo porque no se hallaban del todo seguros en seguir adelante y desarrollar aquella simiente guitarrera ya que, según ellos mismos, esos novedosos acordes les recordaban al tema “Communication Breakdown”, de Led Zeppelin. Sin embargo, los cuatro de Black Sabbath prosiguieron con aquella iniciativa y la transportaron hacia ese estilo suyo tan personal.

Como Tony Iommi y Ozzy Osbourne, le consideraban a Geezer Butler el más avispado del combo, la letra se la dejaron escribir a éste último. Así pues y en otros pocos minutos, Butler hizo trabajar al lápiz y reflejó un juvenil estado mental, pleno éste de nubarrones negros y sensaciones pésimas.

El mismo Geezer explicó luego, a la prensa, que el texto trataba sobre la paranoia primero y del bajón anímico de después, todo ello tras el “subidón” de fumarse unos cuantos porros seguidos.

Como inspiraciones suplementarias, nos encontramos con que el propio Butler padecía ocasionales decaimientos en su biorritmo normal y que era el único vegetariano del grupo, lo cual le causaba cierto sentimiento de aislamiento durante las giras; además de que por aquella franja temporal el propio bajista había perdido a varios familiares próximos.

Entonces, el propio Ozzy Osbourne, cogió la hoja en que había escrito Geezer Butler y el vocalista se puso a recitar la letra según le venía porque aún no se la sabía de memoria, lógicamente.

Todo aquella fase de composición que se ha relatado, surgió en algo menos de media hora.

Letra traducida

«Finished with my woman / Rompí con mi chica
‘Cause she couldn’t help me with my mind / Porque ella no podía ayudarme con mis pensamientos.
People think I’m insane / La gente piensa que estoy tarado
Because I am frowning all the time. / Porque estoy frunciendo el ceño todo el rato.

All day long I think of things / Todo el día pienso en cosas
But nothing seems to satisfy / Pero nada parece satisfacerme
Think I’ll lose my mind / Creo que perderé la cabeza
If I don’t find something to pacify. / Si no encuentro algo para calmarme.

Can you help me occupy my brain? / ¿Puedes ayudarme a ocupar mi mente?
Oh yeah! / ¡Oh, sí!

I need someone to show me / Necesito alguien que me muestre
The things in life that I can’t find / Las cosas que no puedo encontrar en la vida
I can’t see the things / No puedo ver las cosas
That make true happiness, I must be blind. / Que llevan a la verdadera felicidad, debo estar ciego.

Make a joke and I will sigh / Haz una broma y yo suspiraré
And you will laugh and I will cry / Tú reirás y yo lloraré
Happiness I cannot feel / No puedo sentir felicidad
And love to me is so unreal. / Y para mí el amor es algo tan irreal.

And so as you hear these words / Y así como escuchas estas palabras
Telling you now of my state / Donde te digo en que estado estoy
I tell you to enjoy life / Te digo que disfrutes de la vida
I wish I could but it’s too late. / Deseo poder yo mismo pero es demasiado tarde.»

Interpretación de la letra

Antes que nada, comentar que la canción iba denominarse “The Paranoid” (“El paranoico”) pero la banda consideró que eliminando el artículo del título, éste mismo sonaba más directo. De todos modos, curiosamente, los Sabbath no emplearon la propia palabra a lo largo de la canción.

Recordamos y detallamos que letra relata los procesos de un hombre que se halla algo neurótico y profundamente abatido y ni siquiera su novia puede sacarlo del oscuro desamparo en que esa persona se encuentra, a pesar de los esfuerzos de ésta por mejorar la maltrecha situación de su alma. Dicho protagonista de las estrofas, en consecuencia, va pidiendo auxilio ya que comprueba que la felicidad y el amor se le escapan, definitivamente.

Matizar que debido, quizás, a que casi toda la letra es tan desalentadora, resultó que la única frase esperanzada de toda la canción, es decir, el penúltimo verso “I tell you to enjoy life” (“te digo que disfrutes de la vida”), para colmo y como remate, fue interpretado totalmente al revés y se aseguró, desde ciertos sectores, que la expresión decía “I tell you to end your life” (o sea, “te digo que termines con tu vida”).

En otros términos, muchos entendieron lo que quisieron en esa expresión específica y seguidamente, la vieron, más bien, como una invitación hacia el suicidio; algo que suscitó una descomunal controversia relacionada con Black Sabbath. Todo aquel debate había explosionado debido a que, precisamente, una enfermera norteamericana acabó con su propia existencia mientras sonaba el single “Paranoid” en su reproductor musical, aunque no se tomaron acciones legales contra la formación inglesa tras una investigación policial previa.

Geezer Butler se defendió, públicamente en 1982, argumentando que mucha gente, en 1970, no entendió correctamente las letras de la banda y también Tony Iommi explicó, en 1998, que muchos estados de ánimo de sus canciones son agresivos y que los Sabbath tocan así pero también Iommi admitió que todo aquello de “Paranoid” se les fue de las manos.

Grabación

Retornemos un paso atrás. Esa peculiar y genial manera de frasear del mismo Osbourne, (¡y sin estribillo!) se quedó prácticamente tal cual (solo se modificó levemente) en las cintas originales; y seguidamente, en solo dos horas, se consumó todo el resto de la grabación del tema “Paranoid”.

En concreto, la pasmosa y pegadiza parte vocal del mismo Ozzy fue complementada, de modo intachable, por la sólida energía instrumental de Iommi, Butler y Ward en una mesa de 16 pistas; la cual ofrecía bastantes más posibilidades que otros estudios más precarios donde el grupo había trabajado, anteriormente. A aquellos jóvenes y virtuosos músicos británicos no les hizo falta parlamentar mucho entre ellos durante aquel veloz periodo de concepción y registro porque la compenetración entre los cuatro era total.

Finalmente, se obtuvo como resultado un tema corto de tres minutos; el cual sonaba acelerado, precisamente, para que no se alargase más tiempo del referido.

Hasta el productor Rodger Bain (el cual también trabajó con otras agrupaciones de hard-rock como Judas Priest o Budgie) quedó encantado por la facilidad de la banda en hacer algo tan sumamente sublime en tan poco tiempo y así se lo iba comunicando él, desde la cabina de grabación, a los Sabbath cuando éstos estaban inmersos en sacar adelante el corte “Paranoid”.

Acerca del trabajo de guitarra de Tony Iommi, el propio Bain efectuó la siguiente declaración:

“Creo que el secreto de ésto fue, realmente, porque era sencillo. Ya sabes, si pones compresores en algo y lo ecualizas por encima, pierdes esa potencia; simplemente debilita todo el sonido. La forma original en que trabajamos fue mantenerlo todo realmente crudo.”

Sin embargo, el mismo Iommi tiene otra versión más gruñona sobre ese momento de la grabación:

“El inusual solo de guitarra distorsionado se grabó directamente y luego se procesó durante la mezcla a través de un modulador de sonido de algún tipo. Suena horrible.”

La anécdota, dentro de los Island Studios, fue que el citado Tony Iommi registró su parte de “Paranoid” con un ojo morado e hinchado. Aquella herida fue debida a un puñetazo que había recibido el guitarrista en una reyerta en la cual se había metido la banda, la noche anterior, contra unos skinheads, a causa de unos insultos de éstos últimos contra el pelo largo de Ozzy Osbourne. Aquel mismo suceso se inmortalizó, precisamente, en la letra de otra canción de ese segundo LP titulada “Fairies Wear Boots”.

Título del segundo álbum

Aquel magno repertorio iba a llamarse como otro de los temas compuestos para la ocasión, es decir, “War Pigs” e incluso la portada, relacionada con ese título, ya estaba ideada y se mantuvo. Sin embargo, la discográfica Warner Bros., la cual había fichado a Black Sabbath para darles a conocer en el mercado de Estados Unidos, no quiso que apareciera en la cubierta ese mensaje titular porque consideraba aquella expresión demasiado ofensiva para la gente que defendía la Guerra del Vietnam, así que dicha multinacional americana impuso ese condicionante a ultimísima hora.

En consecuencia, la banda británica se vio obligada a poner al álbum el nombre de aquella postrera canción, la cual habían compuesto de manera relativamente improvisada; es decir, “Paranoid”.

Concretamente, el empresario Joe Smith, vicepresidente ejecutivo de la propia Warner Bros., fue el que lideró la orden para la modificación in extremis del rótulo del LP ya que. además, el mismo Smith opinó que “Paranoid” era un gran single para la radio; la cual todavía se mostraba reticente, en ese instante, a que los sencillos del naciente heavy metal llegaran al Top 40.  Sin embargo, aquella canción logró superar esa barrera, al menos, en Inglaterra y también ayudó, decisivamente a que el álbum entero saliera disparado, directamente, al número 1 en el propio Reino Unido, en 1970 y al número 12 en Estados Unidos, en 1971; con cuatro millones de copias vendidas en esta última nación.

Pero no nos adelantemos y regresemos a los momentos justo antes de la salida del single.

Ozzy Osbourne le comentó a su por entonces prometida, Thelma Mayfair, que él mismo y su banda habían escrito un single puro y accesible. Entonces ella le recordó que eso Black Sabbath no lo solía hacer, así que Osbourne le respondió que así era, efectivamente, y que aquello le estaba trayendo de cabeza.

Como añadido, Ozzy estaba disgustado porque la portada del guerrero de tono rosáceo estaba más en concordancia con el tema “War Pigs”, como ya se ha explicado antes y Osbourne estaba convencido de que los motivos de la sustitución del título del segundo LP fueron debido a la potencialidad mercadotécnica del single “Paranoid” y no para amortiguar el asunto del conflicto vietnamita, tal como aseguraba Warner Bros.

El bajista Bill Ward, por su parte, declaró que “Paranoid” sonaba muy pop, que no le prestó mucha atención y que era muy ligera en comparación con el tema “Hand of Doom” y otras canciones de esas características, las cuales habían escrito Black Sabbath, en 1970. Sin embargo, también la disquera británica Vertigo intuyó, previamente, que esa canción de 3 minutos podía contener un éxito y Tony Iommi manifestó, con tono de humor, que aquel mismo corte era el único con posibilidades de ser single, ya que el resto de piezas del álbum eran demasiado largas.

Aceptación popular

Así pues, se cumplió la intuición de la banda y una vez publicado “Paranoid” como sencillo, en Julio de 1970, otro tipos de públicos a los que la banda no había atraído hasta entonces, comenzaron a interesarse, fervorosamente, por dicha canción. Por ejemplo, las chicas adolescentes les gritaban y alentaban a los Sabbath en los conciertos a causa de ese tema y sucedían otras cosas a las que el cuarteto no estaba habituado en los directos. Al final Osbourne, Iommi y Cia. acabaron tocando en el programa Top of the Pops pero dichos músicos manifestaron:

“No volveremos a hacer algo así. No somos una banda de pop.”

Debido a ello, Ozzy Osbourne y sus muchachos tardaron 15 meses en volver a publicar algo en ese mismo formato. En otras palabras, Black Sabbath, al igual que otros colosales grupos de su misma época como Supertramp, Led Zeppelin o Pink Floyd, no deseaban ser un “grupo de singles” y preferían ser considerados y recordados por sus álbumes enteros.

Por su parte, al afamado D.J. John Peel o al cáustico crítico musical Lester Bangs no les agradó mucho la canción ni la jugada que implicaba la misma.

Sin embargo y como dato positivo, el Gran Público no rechazó aquella letra sombría porque, precisamente, parecía reflejar el desencanto de la juventud de entonces. Como guinda, gracias a ese llamativo portón de entrada llamado “Paranoid”, la propia multitud de melómanos comenzó a interesarse, vivamente, por el resto del material de la banda como “Iron Man”, “Rat Salad”, “Planet Caravan”, “Sleeping Village”, “The Wizard”, “Behind the Wall of Sleep” y todo el formidable y talentoso repertorio de sus primeros dos álbumes; los cuales la mayoría de los oyentes no conocían de entrada, en el año 1970.

A todo aquel inicio de devoción popular por “Paranoid” y el resto de la música del grupo, se sumó el hecho de que la mítica revista Rolling Stone calificaría a Black Sabbath como “los Beatles del Heavy Metal” (un grandioso elogio para estar orgulloso, en mi humilde parecer) y es que, recordemos, que al histórico cuarteto Osbourne, Ward, Iommi y Butler la mayoría de los especialistas y aficionados les considera los principales pioneros del género “metalero”.

Agregar a todo ésto que, dejando aparte las admitidas influencias de los mismos Sabbath como son Cream, Blue Cheer, John Mayall and The Bluesbreakers, Led Zeppelin o Vanilla Fudge, también, precisamente, los pocos temas de sonido “duro” compuestos por Lennon y McCartney como “Helter Skelter”, “Revolution”, “Yer Blues”, “Hey Bulldog”, “Hapiness Is a Warm Gun” o “I Want You” dieron nuevas ideas y abrieron sendas a la banda de Birmingham sobre como éstos debían hacer progresar y reforzar los sonidos más fornidos del rock.

En concreto, “Paranoid” supone uno de las primeras muestras de que era posible ir subiendo escalones en el robustecimiento de esas texturas previas de finales de los años 60 y de que era viable moldearlas y dirigirlas hacia la propia personalidad artística de Black Sabbath.

Como dato curioso, explicar que la canción de la que hoy dialogamos, siempre ha causado verdadero furor en Finlandia, hasta el punto de que a cualquier banda de aquel país que hace un concierto, el público siempre les grita: “¡Tocad ‘Paranoid’!”; siendo una petición popular ésta que se ha convertido en una costumbre y casi en una tradición, hasta nuestros días.

Listas

“Paranoid”, como sencillo suelto de 1970, fue número 1 en Alemania y Dinamarca, número 2 en Holanda y número 4 en Inglaterra; dato éste último que sugerimos con anterioridad. Sin embargo y por aquel entonces, en Estados Unidos quizás aún no estaban acostumbrados a un sonido tan innovador, lúgubre y férrico -todo a la vez- así que el single como tal no pasó del puesto 61 en el mentado estado norteamericano; aunque retornamos a la insistencia de que como álbum Paranoid sí que arribó al Top 15 en los Estados Unidos.

Aparición en películas y reconocimientos

Largometrajes musicales como, por ejemplo, Syd and Nancy (1986) o Almost Famous (2000) han utilizado éstos compases para sus escenas y además, diversos video-juegos como Guitar Hero III, en 2007 y Rock Band, en 2008 o alguna que otra campaña publicitaria, como la marca de coches Nissan Quashqai, en 2017, han recurrido a esta canción hasta saciarse.

Así mismo y con el paso de las décadas, a “Paranoid” le llovieron los reconocimientos, desde distintos medios de comunicación especializados, como una de las mejores canciones de todos los tiempos y ésto aconteció merecidamente, bajo mi punto de vista.

Versiones

De la amplia cantidad de covers efectuados, resaltaremos los de The Dickies (1978), Megadeth (1994), Inspiral Carpets (1994), Soft Cell (2005), Avenged Sevenfold (2009), Mötley Crüe (2014) o Weezer (2019); entre muchos otros artistas.

Conclusión

El himno de memoria colectiva que, en la actualidad, es “Paranoid” fue el primer paso de gigante para que Black Sabbath alcanzara la categoría de leyenda y para que, por fortuna, muchos tipos de oyentes lograran captar la música tan especial que practicaba la banda de Birmingham, a partir de sus inicios. En definitiva, Ozzy Osbourne, Tony Iommi, Geezer Butler y Bill Ward lograron este reconocimiento internacional, desde 1970, debido a la originalidad y a la calidad de sus planteamientos, nunca vistos éstos hasta entonces dentro de esa tan compleja selva denominada rock.

Avatar
Sobre Txus Iglesias 45 Artículos
Albergo una inquebrantable fe en ese sacro, inmenso, lumínico e intemporal motor bautizado como “rock and roll”.