HammerFall – Legacy of Kings: 25 años del disco que confirmó que el power metal era una realidad global

Ficha técnica

Publicado el 28 de septiembre de 1998
Discográfica: Nuclear Blast Records
 
Componentes:
Joacim Cans - Voz
Oscar Dronjak - Guitarra, coros
Stefan Elmgren - Guitarra
Magnus Rosén - Bajo
Patrik Räfling - Batería

Temas

1. Heeding the Call (4:30)
2. Legacy of Kings (4:13)
3. Let the Hammer Fall (4:17)
4. Dreamland (5:42)
5. Remember Yesterday (5:05)
6. At the End of the Rainbow (4:06)
7. Back to Back (Pretty Maids cover) (3:39)
8. Stronger Than All (4:30)
9. Warriors of Faith (4:44)
10. The Fallen One (4:24)

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HammerFall en un principio era una broma, un grupo de pega con el que jugaban las bandas de metal extremo de la zona de Gotemburgo. Gente de In Flames, Dark Tranquillity y demás jugaban a vestirse de Rob Halford y cada año participaban bajo ese nombre en un festival. Lo mejor de todo es que cada año llegaban más lejos… Lo que pocos sospechaban es que Oscar Dronjak tenía un plan y que iba a hacer de HammerFall su banda principal, pero hasta que no encontró a Joacim Cans la cosa no despegó de verdad.

Legacy of Kings fue la antesala del éxito masivo y del número 1 posterior en su Suecia natal. Por ellos Nuclear Blast abandonó el ser un sello único de metal extremo, básicamente porque vendían muchísimo más que todo su catálogo. Seguía Jesper Strömblad de In Flames componiendo, portadón trufado de tópicos metaleros a cargo de todo un Andreas Marschall y el gran bajista Magnus Rosén se presentaba en sociedad. La verdad es que su fichaje fue un auténtico subidón para los fans a pesar de que pinta que terminaron realmente mal con este fuera de serie (no lo invitan en los conciertos especiales de aniversario).

El disco

“Heeding the Call” se inicia con la batería de Patrick y hace las veces de lo que fue “The Dragon Lies Bleeding” en su primer disco: la apertura perfecta e hímnica de estribillo inmaculado para el estilo. Lo tiene todo y es una de las mejores canciones que han hecho nunca, incluso Grave Digger llegaron a “plagiar” el estribillo en un disco posterior. Es que hay un gran solo de Stefan Elmgren y también la parte de uooo, uooo con voz y guitarra de apoyo. No se podía empezar mejor el disco.

Y se vuelven a superar con otro himno espectacular, que es el que da nombre a la obra y que vuelve a lucir un estribillo excelente. Juegan con parones después del gran solo y esas subidas de tono después del estribillo. En el fondo es la fórmula de Kai Hansen y ellos la aplican como nadie. Gran tema de directo, pero hay otro que se lleva la palma… “Let the Hammer Fall”. No es mi favorito ni mucho menos, pero aquí la herencia de Accept es patente en el riff con un Oscar sabiendo perfectamente a lo que quiere jugar. Otra vez el puente que da paso al estribillo es genial y Stefan marca bien los tiempos a guitarrazos. Una de las claves de esta pieza es que en el tramo final juegan a meter el “Fall” en un tiempo no esperado, cosa que se agradece. Puede ser un detalle tonto, pero está muy bien pensado.

La fiesta no decae y una canción “menor” como es “Dreamland” es algo por loque matarían muchas bandas de power metal de la época. La influencia cantarina y feliz de Helloween es evidente, y la letra es una colección de tópicos que en esos días ya empezaba a cansar. Siguen los solos de guitarra canturreables y todo está justo donde tiene que estar en el espacio tiempo en el que debía estar: 1998. Quizá la pieza que baja un poco el listón es la semibalada “Remember Yesterday”, que parece más que necesitaran bajar pulsaciones y ritmo para dar profundidad al disco. Es un buen tema en el que Joacim demuestra poder vocal, pero la canción en sí tampoco da para mucho. Tengamos en cuenta que hasta el momento era todo de excelente alto…

Una de mis auténticas debilidades en este álbum es “At the End of the Rainbow”, una canción excepcional en la que les vi una vía a la experimentación y evolución más que correcta. Iban más allá de lo obvio y seguían enamorando con algo hímnico y poderoso. Daban muestras de que el grupo podía conseguir personalidad propia y ofrecer algo diferente a la escena. Y el auténtico lujo de la obra es la versión perfecta del “Back to Back” de Pretty Maids. En el fondo tampoco varían mucho de la original, pero innegablemente la hacen suya. No sólo rinden tributo a una bandaza enorme, es que cuando la tocaban en directo era una de las favoritas de sus fans.

La parte noble del disco no decae y “Stonger Than All” es otro de los grandes momentos. Preciosa línea vocal y buen uso de la fórmula de verso + puente + estribillo. La colección de tópicos en las letras es cansina, pero en 1998 todavía se soportaba. Temazo de directo y de los que emocionan a la vieja guardia. “Warriors of Faith” complementa con clase y nivel a pesar de lo prototípico, y es ampliamente disfrutable: heavy metal-power con pegada y nivel. Al igual que en su ópera prima lo cierran con un baladón a piano como es “The Fallen One”, pero no consigue lo que en su día llegó a ser “Glory to the Brave”.

Veredicto

Es curioso pensar en ese 1998 en el que tenía cuatro discos en casa que creía que lo podían cambiar todo y me daban esperanza en el estilo: Labÿrinth, Angra, HammerFall y Rhapsody. Creía que el power metal iba a ser un fenómeno global, pero las discotecas metal de Barcelona tardarían a ver que una nueva generación pedía paso. La gracia de todo es que HammerFall han seguido haciendo un poco lo de siempre, pero si les vistes en el Leyendas o teloneando recientemente a Helloween sabes que sorprendieron para bien. Lo tenían realmente jodido y sobrevivieron a la debacle de la sobreexposición del power metal.

A día de hoy siguen ofreciendo muy buenos discos, pero Legacy of Kings es insuperable por muchas cosas, básicamente porque no han conseguido una colección de canciones tan rotundas e inspiradas. Me quedo con su primer disco, porque con ese les conocí, pero en 1998 te encontrabas con heavies de la vieja guardia diciendo que HammerFall les había hecho recuperado la fe en el heavy metal tradicional. Bendito 1998, pues fue el año en el que la escena se tuvo que rendir a la nueva ola Centroeuropea: Helloween habían creado escuela y todos los sellos iban a la búsqueda del sucesor. Pero Kiske y Hansen juntos siempre fueron insuperables.

Jordi Tàrrega
Sobre Jordi Tàrrega 1369 Artículos
Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.