Haken – Vector

Nuestra Nota


8.75 / 10

Ficha técnica

Publicado el 26 de octubre de 2018
Discográfica: Inside Out Music
 
Componentes:
Ross Jennings – Voz
Charlie Griffiths – Guitarra
Rich Henshall – Guitarra, teclados
Conner Green – Bajo
Raymond Hearne – Batería
Diego Tejeida – Teclados

Temas

1. Clear (1:57)
2. The Good Doctor (3:58)
3. Puzzle Box (7:45)
4. Veil (12:41)
5. Nil by Mouth (7:11)
6. Host (6:47)
7. A Cell Divides (5:00)

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Recién celebrado el décimo aniversario de la fundación de la banda, Haken regresó este 2018 con su primer álbum en directo y ahora nos regalan su nuevo trabajo de estudio. El quinto trabajo de los ingleses se titula Vector y es una obra conceptual que trata sobre el psicoanálisis y la relación de obsesión de un médico con su paciente, el disco está enfocado a partir de los pensamientos de dicho paciente, naturalmente distorsionados a raíz de la medicación del peculiar doctor.

Tras el cambio de rumbo de su anterior trabajo titulado Affinity (2016) con ese enfoque electrónico que dejó descolocados a propios y extraños, Haken vuelven al ruedo con su álbum más potente hasta la fecha, nos presentan siete temas en 45 minutos, el primero de ellos a forma de introducción totalmente instrumental de algo menos de dos minutos de duración.

Aunque no sea algo habitual en mi, el disco tiene suficiente densidad como para acabar analizándolo track by track:

“The Good Doctor”, el primer tema propiamente dicho, nos introduce la historia y sus personajes principales, a ello le sumamos un ritmo acelerado y algo maníaco, con algún desgarro electrónico con sintetizadores. Ross Jennings que nos recuerda que es todo un portento en las voces. El tema dura cuatro minutos y claramente es el tema más comercial y melódico del disco.

En “Puzzle Vox” empezamos a notar la dureza de las composiciones, se mantiene la melodía a la que se suman pesados riffs. El tema ya es más largo, cerca de ocho minutos, cosa que nos permite recrearnos a fondo indagando entre instrumentos, riffs, platos y bombos. Temáticamente el tema trata sobre el rompecabezas de la mente del protagonista del álbum. Un tema impecable.

Tras un arranque donde las cartas ya están sobre la mesa llega la suite titulada “Veil”. Con sus más de 12 minutos y dos claras partes segmentadas, el tema se sustenta sobretodo en la batería de Raymond Hearne que toma un papel importante con su impecable muestra de calidad y complexidad y añade pesadez al tema en los momentos clave. El tema es realmente épico y nos muestra perfectamente como mezclar la luz y la oscuridad, los momentos más sinfónicos del tema son una delicia, mientra que los pasajes más duros tienen un poderío digno de mencionar.

Cruzado el ecuador de Vector encontramos “Nil by Mouth”, un tema totalmente instrumental donde la destreza y la velocidad se funden en un tema duro pero con una melodía magnífica. La interacción de guitarras entre Charlie Griffiths y Richard Henshall es impresionante mientras Raymond Hearne deslumbra tanto o más en la batería y Conner Green lo conecta todo a la perfección con su bajo. Quizás el tema peca de largo, casi siete minutos instrumentales acaban provocando una desconexión del oyente.

Con calma y con el sonido de una trompeta arranca “Host”, el tema más lento y calmado del trabajo. Un tema donde Ross Jennings toma el control con las voces con un registro más bajo de lo habitual, los músicos dejan el virtuosismo predominante en los anteriores pasajes y se funden con las voces casi acariciando las cuerdas y los platos.

Y cerrando el disco encontramos “A Cell Divides”, un regreso a la dureza y la velocidad, quizás el tema con más sabor a Visions (2011) y The Mountain (2013) de este último lustro, un tema luminoso de puro rock progresivo marca de la casa, Ross Jennings recupera su falsete y los músicos se entremezclan a placer mostrando sus mejores versiones.

Vector es un excelente trabajo, de digestión lenta, nada directo, pero uno de esos discos que te hacen estar atento en todo momento, un trabajo de decenas de capas y centenares de detalles. La mezcla de diez años de Haken ha dado como fruto un disco duro pero melódico, intenso pero agradable y, sobretodo, precioso.

Beto Lagarda
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