Ha muerto Steve Priest de The Sweet a los 72 años («los ABBA del heavy metal»)

Posiblemente el nombre de Steve Priest no te dirá gran cosa y el de The Sweet tampoco. Fueron una banda enorme y unos de los principales abanderados del glam rock que tanto triunfó en la década de los 70 junto a Suzi Quatro, David Bowie, los primeros QueenGary Glitter, Marc Bolan y sus T-Rex Slade. Memorable era que mucho influenció este estilo al heavy metal, y en concreto, The Sweet fueron los que más se les debe. Si tuviera que elegir 10 bandas fundamentales posiblemente esta gente estaría en la terna por infinitas razones. Has bailado sus temas, y te encantan, aunque posiblemente no sabes que las canciones son suyas.

Creo que en los primeros años éramos un poco como gallinas sin cabeza. (…) No había ningún plan establecido, y teníamos un disco exitoso, a la vez que girábamos sonando un poco como Deep Purple, ¡mientras que nuestro hit sonaba a The Archies!”

El caso es que la vida deSteve Priest se apaga como se apagaron la mayoría de sus compañeros de banda. Se intentó varias veces el reunirlos, pero el guitarrista Andy Scott y el bajista Priest nunca se tragaron. Connolly estaba en un estado lamentable y sus adicciones se lo llevaron por delante en 1997. Para la posteridad queda esa actuación en TV3 en un show con Àngel Casas en el que el pobrecito estaba para el arrastre. Priest se mudó a Estados Unidos y ya allí siguió con su versión de The Sweet. Inglaterra y Europa fueron pasto para Scott bajo el mismo nombre del grupo. Veremos qué mensaje dejará su compañero hacia su amigo-rival fallecido. Hubo fuertes rumores de que la versión de The Sweet de Scott iba a actuar en un Calella Rock pero nunca fue posible

La influencia

De entrada, os diré que Vince Neil, cantante de Mötley Crüe, siempre quiso ser Brian Connolly de The Sweet. Grabó en solitario su versión de “AC/DC” (Sí, hay un tema inmortal con ese nombre). Es más, en la célebre biografía “Los trapos sucios” hay relatados los intentos infructuosos de Nikki Sixx de mostrarle a Connolly su música y confesarle su amor absoluto por su legado. Los coros de Queenson una copia absoluta de lo que hicieron The Sweet antes. Connolly pasó olímpicamente de él con varias copas en la mano. Ríanse de las fiestas de los Crüe, The Sweet siendo héroes absolutos de las jovencitas de la época. La diferencia entre ellos y los Crüe es que no las cuentan. Y allí todos cantaban. Entre sus temas más famosos está “Ballroom Blitz”, esa rompedora canción que a día de hoy sigue asomando de vez en cuando en anuncios televisivos para definir la fiesta absoluta. Posiblemente sea el himno que define mejor el desfase y lo que representó el glam. En esos tiempos la España atrasada calificaba esa música como gay rock. “Fox on the Run” ha sido versionada por innumerables bandas de heavy metal como Girlschool o llegando a ser cabecera de la Emisión Pirata en España, sólo que en versión de Mad Max.Def Leppardse agenció de “Action” hasta el punto que son muchos los que creen que es original suya. El travestismo y la fiesta día y noche del glam rock también viene de grupos como The Sweet, por lo que la influencia es infinita…

Chinn-Chapman

En sus días de gloria el grupo estuvo a merced de un dúo de compositores que facturaron hit tras hit para el grupo. Siempre quisieron soltarse del yugo de la pareja y querían demostrar que podían conseguirlo sin ellos. Es más, sin ellos, las chupas de cuero y las guitarras eléctricas dominaron su propuesta. Y sí, The Sweettuvo éxitos sin esos dos genios de la composición apuntando hacia el hard rock. El tema más celebrado de Suzi Quatro, “Can the Can”, también es obra de Chinn-Chapman. Pero el mundo giraba, los gustos de la gente cambiaban y las modas pasaban. En 1979 lo dejaba Connolly y Priest quedaba como el cantante. No les fueron bien las cosas como terceto, ni mucho menos. En un mercadillo de Ibiza conseguí un vinilo de The Sweet, de esos años malditos, firmado por el propio Steve Priest al módico precio de 1 euro mientras el vendedor me contaba sus fiestas junto a Chinn y Chapman.

The Sweet son y serán cosa del pasado, pero cuan ingrato es este negocio… Dominaron el mundo en los 70 por puro merecimiento. Incluso sus sonrojantes canciones iniciales son piezas de un pop chiclepegajoso hasta decir basta. Se acuñó la etiqueta bubblegum poppor ellos, para definir composiciones como “Co-Co”, “Wig Wam Bam” (hay una banda llamada Wig Wam), “Alexander Graham Bell” o “Lollipop Man”. Todas son maravillas pop de un nivel que se acerca a ABBA por mucho que me creáis exagerar. Con los años harían sonar ese repertorio con guitarras eléctricas y solos proto heavy metal.

Vestiditos: cuero, uniformes nazis y plumas indias

Vestidos de indios, estrellitas brillantes, capas de vampiros, el séptimo de caballería y uniformes nazis (¡de verdad!) eran ropajes habituales de sus directos. Había un punto de inocencia pues no llegaban ni a la provocación (estamos antes de la irrupción del punk). Sencillamente eso era el glam rock. Posiblemente el día que alguien en Broadway repare en el legado de este grupo y vea que con este material tienes para hacer un musical y un biopictremendo, y el mundo les respete, entrarán luego en el Hall of Fame. No se les suele meter entre los grupos que marcaron el inicio del heavy metal pues son la luz opuesta a la oscuridad de Black Sabbath, y eso es un error que el tiempo debe cambiar: El heavy metal no es sólo diablo y tinieblas: la luz y la antorcha que ilumina también vino de la mano de estos Prometeos festivos. Puedes hacerlos sonar y quedarás impresionado por la infinidad de joyas y clásicos que atesoran. “Hell Raiser”, “Blockbuster”, “Teenage Rampage”, “The Lies in Your Eyes”, “Lost Angels” (os suena un tema clásico llamado “Armaggedon” de Gamma Ray), “The Six Teens”… Y aunque te parezca imposible no he repetido ni una sola canción en todo el texto. Así de grandes fueron…

Pocas webs hablarán de usted señor Steve Priest ni tampoco de The Sweet. Tanto da, pocas bandas hay más grande que ellos. GRACIAS.

Jordi Tàrrega
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Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.