Grupos de un solo disco: Melangia – Rèquiem

En nuestros añorados años 90 (parezco un disco rayado, pero es lo que hay) fuimos testigos del nacimiento de muchos géneros musicales si hablamos de metal extremo. Aquí en nuestro país no fue menos y aunque no tuviésemos tanta repercusión como otras escenas se notaba que había ganas de hacer cosas diferentes. Nuestros recursos eran los que eran y nuestras capacidades también y supongo que estar anclados durante cuatro décadas a un ostracismo enranciado pues tuvo que ver en gran medida que nuestra cultura siempre vaya por detrás. Todo esto viene a colación que durante esa genial década saliesen bastantes grupos con un gran potencial.

Uno de estos grupos fue Mortal Mutilation que con apenas una demo y un EP se convirtieron en unos pioneros dentro de nuestras fronteras. Varios integrantes de esta formación tuvieron otros proyectos como Perpetual Lament, Atman, Eroded, Argar o Corrupt Soul entre otros. Si no los conocéis os invito a buscar material suyo y pegarle una escucha.

En 1994 Mortal Mutilation compusieron el disco que nos ocupa en la sección de Grupos de un solo disco pero por historias varias al final no se registró ni vio la luz. Ya pasados unos cuantos años se decidieron a grabar este trabajo que consta de una sola canción partida en siete partes con una duración de una media hora aproximadamente. La formación para la grabación fue Fiar (Foscor, Dawn ov Hate, Graveyard, Cabestro) al bajo y voces, Thrash’et (Mortal Mutilation, Spectre, Argar, Atman…) a la batería, Darshan (Atman, Inexorable End) a la guitarra y letras y Carlos Torres aka C.T. (Mortal Mutilation) a la otra guitarra. Sacaron una demo en 2012 con parte de lo que sería finalmente Rèquiem para definitivamente y por la «presión» de la escena de poder disfrutar de esta soberana y magnífica obra, el sello Negre Plany, un subsello de Negra Nit se decidió a sacar una edición especial y muy cuidada.

Aquí nos encontramos con una oda al death/doom metal de los 90 pudiendo recordar a los mejores momentos de Katatonia, Paradise Lost, My Dying Bride, October Tide, Forgotten Tomb, Opeth y un largo etcétera. Está hecho con muy buen gusto y todo suena perfecto rememorando esos tiempos mejores con partes acústicas, otras poderosas y contundentes pero siempre en patrones lentos con unas guitarras densas que nos regalan unas hermosas y melancólicas melodías inundando nuestro cerebro sin mucho esfuerzo. Se trata de una extensa pieza para degustar tranquilamente y dejarse llevar por los diversos pasajes de los que se compone.

El uso de samples atmosféricos le da un toque siniestro, unos momentos realmente sugerentes y muy bien paridos. El tema vocal es sumamente perfecto y Fiar supo dotar con sus registros a cada parte lo que tocaba dando una sensación de agonía y pesadumbre en consonancia con el apartado musical. La batería por su lado no se aleja de los cánones establecidos con lentitud aplastante pero llena de detalles realizados sobre todo con los platos.

La fluidez con la que pasan de una parte a otra también es un punto a destacar sin apenas repetición de trozos y siempre manteniendo atento al oyente (claro está si eres seguidor del doom/death en general). Es a partir del minuto 20 que nos muestran su vertiente más etérea con el sonido del viento y otros samples místicos abriendo paso a una sensación de misterio. Otro detalle es el llanto de un bebé, algo que en sí es perturbador por su inocencia, vamos, si estás por una gruta oscura y lo escuchas no creo que te sientas tierno, más bien todo lo contrario.

A partir de esta parte es como si otra canción diese inicio. Con una delicada y preciosa guitarra acústica nos invitan de nuevo a adentrarnos en su particular visión donde la tristeza campa a sus anchas para de nuevo desembocar en una espiral de opresiva atmósfera.

Un trabajo merecedor de mucha más repercusión y el cual nos encantaría poder disfrutar en directo en alguna ocasión ya que bien se lo merece, aunque tal y como están los tiempos, sin saber cuando podremos de nuevo gozar como niños de música en directo, nos conformamos con poder disfrutarlo desde casa. Os dejo por aquí su Bandcamp y si os dais prisa puede que consigáis una copia de la edición limitada en digipack.

Robert Garcia

Death, thrash, djent, dark, progresivo, doom, black, experimental, jazz, clásica, electrónica… La música me mantiene vivo, es una droga que da sentido a este extraño sueño llamado vida. Músico autodidacta, guitarrista, cantante y enfermo de escuchar y escuchar música sin parar.