Evenfall – Still in the Grey Dying…: 20 años de esta rareza del black metal

Ficha técnica

Publicado el 22 de marzo de 1999
Discográfica: Century Media Records
 
Componentes:
Ansgar Zöschg - Voz
Ivan D'Alia - Guitarra
Roland Wurzer - Bajo
Mas "Ade" Boy - Teclados
Viktor Ivanovic - Batería

Temas

1. Forbidden Tales (3:57)
2. Black Bloody Roses (3:26)
3. Garden of Sadness (4:16)
4. Still in the Grey Dying (6:24)
5. Fall from Grace (4:29)
6. Frozen Misery (2:39)
7. Evenfall (4:10)
8. Sails of Charon (5:24)
9. Dark is the Season (5:26)
10. In Between Days (5:28)

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A finales de los 90 los grupos de metal empezaron a experimentar y salieron algunos discos verdaderamente transgresores y que rompían un poco lo heterodoxo de la formula. Estos italianos llamados Evenfall no inventaron nada pero lo que lograron con este primer disco fue una colección de canciones con una personalidad muy marcada. Cogieron ingredientes del black metal más sinfónico de grupos como Cradle of Filth y Dimmu Borgir, toques de metal gótico y una aura de death metal atmosférico que les quedó realmente bien.

Fue un disco que me compré a ciegas, esa época en la que este riesgo te ponía hasta cachondo. Además, si no llevabas tu enorme discman no había manera de escuchar el disco hasta llegar a casa con lo que las ansias te podían. Lo que si hacía era en el transcurso del viaje en metro hasta mi humilde morada era leer y revisar el libreto y la caja. No voy a mentir que la portada me parece bastante cutre, en un estilo muy vampirico pero que por su composición y elección de colores no me acaba de convencer ni a día de hoy. Solamente el castillo que se ve al fondo tiene un pase.

El disco tiene un muy buen sonido donde todos los instrumentos suenan a la perfección en la que encontramos varios registros vocales que se mueven entre el agonico y deseperante black hasta una especie de gutural algo death. Lo que predominan son los gritos que me recuerdan al bueno de Dany Filth salvando las distancias. Un elemento que destaca es el uso de los teclados que tiene un gran protagonismo y que me recuerdan a los Old Man’s Child.

Como véis supieron ir adquiriendo influencias de aquí y de allá logrando un gran equilibrio que dio como resultado este gran disco. También he de decir que al principio no me entró demasiado en la sesera pero a base de darle vueltas uno le va pillando el gusto. Era algo habitual en esa época ya que tampoco podías estar comprando cada día un disco y te autoconvencías que estaba bien. En este caso sí, en otros la verdad que fue cercano a la tortura, suerte que ya me he olvidado de esos «discos».

El disco arranca con el sonido de una puerta que se abre y casi sin avisar te atacan con unas afiladas guitarras y esos gritos comentados más arriba. Ya la mezcla de voces es patente y los cambios se van sucediendo de manera natural y organica. De pronto un momento en el cual una potente voz nos indica algún tipo de instrucciones o vete a saber hablando sobre Satanás y Lucifer (ya se ve de que palo van) a modo de invocación. Es algo repetitiva en su formula pero tiene gancho.

El llanto de un bebé nos lleva hasta «Black Bloody Roses» que empieza con un leve teclado que da paso a unas solemnes guitarras. El cambio a continuación es casi radical con su cantante dejandose la garganta. Mira que hace tiempo que no lo escucho pero haciendo esta revisión me ha traído muchos recuerdos de hace 20 años. ¿Viviamos mejor? No lo sé, pero el mundo no estaba tan del revés. El pasaje de piano junto al bajo es exquisito demostrando ser unos habiles músicos y sobre todo con gusto para componer.

Ahora son unos pájaros que nos presentan «Garden of Sadness», una melancólica canción más a medio tiempo y calmada. Si recuerdo que algunos de los gritos de su cantante me hacían poner caras raras ya que no me encajaban mucho y lo he vuelto a hacer. Suerte que cambia de registro y aunque su gutural no es muy potente ayuda a que el conjunto gane un poco.

Sin respiro nos invitan a adentrarnos en la canción que da título al disco que contiene una intro de teclado sublime. Tras esta, su cantante, bondadoso él, nos regala una líneas que se podría haber ahorrado. Es en algunos momentos que la exageración hace mella y chirria un poco pero en fin, le tengo cariño. Lo solucionan con susurros y un piano delicioso (si, no lo toco muy bien pero es un instrumento que me fascina). Aquí se adentran en terrenos un poco doom/gothic y la verdad que salen airosos.

El resto de canciones siguen una misma estela que los anteriores introduciendo al oyente en su particular mundo. Todos tuvimos la esperanza que se superaran en su siguiente disco pero fue un cambio casi radical en su propuesta tres años más tarde que los relegó al ostracismo. No se sabe el paradero de este grupo. Por lo menos nos dejaron un buen disco como legado.

Robert Garcia
Sobre Robert Garcia 427 Artículos
Death, thrash, djent, dark, progresivo, doom, black, experimental, jazz, clásica, electrónica... La música me mantiene vivo, es una droga que da sentido a este extraño sueño llamado vida. Músico autodidacta, guitarrista, cantante y enfermo de escuchar y escuchar música sin parar.