Entrevista a Tomas “Tompa” Lindberg, vocalista de At the Gates: ‘Con Slaughter of the Soul nos encontrábamos en un momento algo desesperado… y no habíamos cumplido los 21 años’

Veremos a At the Gates en el Rock Imperium y temenos una entrevista inédita para volver a hablar un poco con su vocalista y líder Tomas “Tompa” Lindberg.

At the Gates fue una de esas bandas punteras del melodeath o sonido Gotemburgo que tantas alegrías nos ha dado desde su aparición en el tramo final de los 90 y su posterior evolución, que nos llega hasta nuestros días. Una escena que floreció en el Gotemburgo noventero y que vio nacer a In Flames o Dark Tranquillity, aunque son muchos y muchas las que ven en At the Gates y su Slaughter of the Soul como uno de los momentos culmen de la historia del estilo musical.

The Nightmare of Beign es el nuevo disco de At the Gates y una excusa inmejorable para hablar con un personaje de la talla de Tomas “Tompa” Lindberg, un tipo pegado a su gorra y encantado, y hasta sorprendido, de la volada que alcanzó At the Gates cuando volvieron en 2008. Estamos ante su disco más ecléctico y arriesgado hasta la fecha. Por otro lado, este profesor de economía y ávido lector, dota a sus letras de una profundidad inusual a un estilo como el death metal.

 

Bien Tomas, estamos aquí para hablar de vuestro nuevo disco The Nightmare of Beign. Me parece un gran álbum, aunque quizá estaríamos hablando de que es el más ecléctico de toda vuestra larga carrera. ¿Tuvisteis claro ya desde un inicio que esta vez ibais a tocar diferentes estilos de música en un mismo disco?

Debería decir que la fuerza motora que ha movido este disco ha sido el volver a crear música de At the Gates desde una visión mucho más completa. Eso te sería la idea principal. El reto era quizá ampliar nuestra dimensión musical un poco sin perder lo que es la esencia del sonido At the Gates. Este, un poco, era el reto y el esbozo que teníamos al principio. También te diré que siempre han estado presentes en nuestra música todos esos elementos progresivos e influencias, si bien esta vez hemos querido ir un poco más allá. Pero a la vez quisimos mantener nuestra identidad, y que cuando la gente lo escuchase, supiese que se trataba de un disco de At the Gates.

Suena 100% At the Gates, pero allí veo muchas capas e influencias varias. Bien, el primer tema es “Expectre of Extinction” y empieza con una preciosa guitarra acústica para luego entrar directos en el sonido de toda la vida. Estamos ante un nuevo clásico sin duda alguna, pero, ¿tuvisteis claro que este iba a ser el primer single del disco? 

Escuchamos todo el disco entero, y bueno, para nosotros era muy duro el escoger canciones de una forma individual y más como primer single. ¿Qué hacíamos? ¿Decantarnos por una canción que mantenía todos los postulados clásicos de At the Gates o entrábamos con algo completamente diferente? Preferiría sacar todo el disco entero, ya que la idea del todo es que fluya, con sus dinámicas, y claro, elegir una canción sola no te va a dar una idea de lo que es todo el disco. Pero en el fondo se trata de la canción que abre el disco y sentíamos que era algo muy duro y contundente, muy At the Gates.

También es un tema que tiene algunas texturas más nuevas, y capas de sonido. Es algo que nunca había entrado en nuestra música, pero sigue siendo At the Gates, para decirlo de algún modo. Es muy directa. Quizá otro tema como pueda ser “Garden of Cyrus” te tomaría más tiempo para entrar en él. Hay que escuchar esta canción, diseccionarla y recolocarla dentro del sonido At the Gates. Aunque también es un tema muy nuestro.

Bien, el disco Slaughter of the Soul fue uno de los grandes momentos de vuestra carrera como banda. ¿Llegaste a notar cuando lo grababas que ese material podía hacer despegar a At the Gates?

Con Slaughter of the Soul nos encontrábamos en un momento algo desesperado como grupo ya que estábamos creciendo mucho y nos acercábamos a esa edad, la de los 21 años, en la que empiezas a pensar que toca tomar una decisión… y te planteas si realmente quieres vivir de la música o de hacerlo como hobby. Lo recuerdo un poco como una decisión salomónica a nivel de: o lo tomo o lo dejo. Así que con ese disco nos teníamos que demostrar a nosotros mismos y a la escena muchas cosas para poder seguir en el juego.

Pusimos el foco especialmente en el hecho de escribir y componer las canciones. Fue un enorme reto para nosotros componer todos aquellos temas. Nunca habíamos compuesto composiciones tan complejas y progresivas antes. Fue ese momento en el que necesitas ser muchísimo más preciso en cuanto a composición. Hacer canciones cortas y directas es también otro reto… Pero un poco al final fue conseguirlo y largarnos (risas).

¡Exacto! Sacáis Slaughter of the Soul, giráis por los Estados Unidos, se os nomina para un premio Grammy sueco y os separáis… Entiende que para el fan es algo muy difícil de comprender.

Sí, pero piensa que en esos días éramos todavía muy jóvenes, habíamos sacado cuatro discos en cuatro años y estamos hablando de edades entre los 18 y los 21. Es un momento difícil en el que tomar decisiones. Te toca entender quién eres realmente y lo que estás haciendo. Luego hay mucha expectación sobre lo que estás haciendo, y el hecho de girar tanto supuso pagar un peaje para algunos miembros del grupo. Finalmente, luego la cosa implosionó más que explosionó. Fue muy duro durante unos años eso de mirar hacia atrás y pensar que podríamos haberlo hecho de forma muy diferente. En fin… pasaron algunos años y luego volvimos a ser un grupo de amigos otra vez. Así que pienso que romper con el grupo fue una buena decisión, o si más no, no continuar con ese ritmo tan rápido que llevábamos sin llegar a reflexionar sobre lo que estábamos haciendo. Quién sabe la clase de disco de At the Gates podría llegar a salir bajo esas condiciones en 1997. Igual podía sonar a mierda (risas). Sí que podríamos haber continuado, pero tomándonos ese tiempo, nos dio mucha más experiencia y “sabiduría”. Reflexionamos más allá de lo que es la música estrictamente y más sobre el negocio. Volvimos a empezar como At the Gates y con nuestro sonido de una forma mucho más completa. Eso es lo que pienso y la opinión de toda la banda.

Creo que la primera vez que abristeis para Metallica fue en el Getafe Electric Festival en Madrid y un poco sé que para vosotros era como llegar a cumplir un sueño: el tocar en el mismo festival que Metallica.

Sí… un poco tocar en ese concierto era como volver a esos gigantescos shows de los 80. Y bien, tocamos en un gran escenario allí pero no era el mismo gran escenario de Metallica, aunque sí, estábamos tocando en el mismo festival y en el mismo sitio, lo cual era genial. Con la reunión de At the Gates nos encontramos que podíamos coincidir y conocer a muchos de nuestros héroes. Gente como Dark Angel, Slayer

Y lo mejor de todo es que nos conocían, lo cual para nosotros era muy sorprendente. Y un poco todo aquello de estar allí se consigue habiéndonos hundido unos años antes. Nunca sabes, cuando te reúnes… si la cosa va a funcionar, si vas a tener grandes audiencias… Pensamos que habría unos cientos de personas interesadas en nosotros, y de repente ves que hay una gran audiencia y no entiendes qué está pasando. A nivel emocional, digamos que el verano de 2008 fue un verano muy importante para mí.

¿Cuándo te decidiste por llevar la gorra en los conciertos? puesto que es algo muy icónico que ha quedado en la imagen de At the Gates.

No recuerdo cuándo ocurrió… Posiblemente sucedió cuando empezamos con los shows de reunión. Mi cabello volvía a crecer largo después de unos años y cuando salía en escena empezaba a embarullárseme a la hora de cantar. También el hecho de que hubiese pasado bastante tiempo dentro de la escena del hardcore y el punk sueco.

Lo de llevar una gorra en esos ambientes es algo muy habitual. Y ha llegado a ser algo tan recurrente que la gente no me reconoce si no llevo la gorra puesta, así que mejor dejármela puesta en los directos. Además… me ayuda a tapar un poco ese pelo que se está retirando por cuestiones de edad (risas).

Hace unos meses pude entrevistar a Mikael Stanne de Dark Tranquillity y le pude preguntar cuál era el grupo y el disco que más le gustaba del sonido Gotemburgo y sin dudarlo mucho me dijo que At the Gates. Toca ahora preguntarte a ti cuál es el mejor disco del sonido Gotemburgo y de esa era en concreto.

Me es muy difícil escoger uno puesto que somos todos muy amigos. Hemos crecido juntos Dark Tranquillity e In Flames. Puede que como mucho nos llevásemos un año de diferencia entre todos. Piensa que empezamos a ser amigos cuando todavía vivíamos todos con nuestros padres. Creo que cada grupo tuvo un gran éxito en diferentes discos.

Poco a poco me llegué a dar cuenta de que estábamos creando algo importante, y fue justo en el momento en el que Dark Tranquillity sacaron el disco The Gallery. Pero también te diré que a mi me gusta cuando intentan ser más vanguardistas. También me encanta su disco Projector… Son dos caras de una misma moneda, y siguen siendo cada año que pasa un poco más fuertes. Y a mí me ha encantado su nuevo disco.

Me encanta y sorprende la trascendencia del death metal melódico que surgió de Gotemburgo. Tampoco es una ciudad tan enorme y de repente surgió de allí un estilo y cantidad de bandas de mucha calidad.

Vale, pero yo te diría que en el fondo éramos unos pocos… Una escena siempre la empieza un grupo de gente muy dedicada y activa. Se forman un núcleo de bandas con muchos vasos comunicantes. Muchos trabajan con los otros: un comportamiento incestuoso, te diría, por el hecho de compartir miembros entre varios grupos. Con 15 chicos muy metidos en ello puedes conseguir una escena. Estocolmo es dos veces lo que es Gotemburgo (NDT: Gotemburgo tiene la población de Sabadell).

Es más, la mayoría de esa gente no nació o vivía en la propia Gotemburgo, pero sí en vecindarios próximos a la ciudad. Todo se redujo a unos pocos. Obviamente hubo mucha gente interesada en lo que hacíamos y vino a los conciertos, les gustaba, formaban una banda y la cosa iba creciendo. Por cierto, aquí en Gotemburgo empiezan a haber truenos… Afortunadamente no hay que preocuparse por la conexión de Internet.

Jordi Tàrrega
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Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.