La gira madrileña de Gyoza estrena nuestra nueva sección: «En la carretera con…»

¡Inauguramos sección en Sience of Noise! Estamos seguros de que nosotros, los comunes mortales, siempre hemos fantaseado con eso de ser una estrella del rock. Varios componentes de la redacción casi lo conseguimos, pero solo el bueno de Robert va a vivir de esto… fijo. Estamos seguros de que, en más de una ocasión, hemos dejado volar la mente imaginando cómo debe de ser eso de salir por ahí de gira «con todos los gastos pagados». Nos jugamos el riñón izquierdo a que, un día sí y otro también, habéis pensado que la azafata de Vueling, por el simple hecho de ser el batería de la banda X, con gusto te pasa a un asiento de primera. Pero eso solo sucede en las películas…

Nada más lejos de la realidad. Salir de gira cuando no eres Dave Grohl es pesado y caro, pero divertido. Las habitaciones de cinco estrellas en el Ritz se cambian por el suelo del comedor de la casa de un colega que vive por allí o, en el mejor de los casos, por un Airbnb. Los pasajes de primera, por la furgoneta de la madre del bajista y las dietas, y el «está to pagao» por «mejor tiramos de McDonald’s que tengo un 2×1″.

En nuestras tierras hay calidad a raudales y queremos ser el altavoz de todas esas bandas que puedan sentirse más o menos identificadas con lo que acabamos de decir. Jugar a ser Mick Jagger no es ni fácil ni barato, pero queremos que sean ellos, nuestros talentosos artistas, los que os lo expliquen. Y qué mejor manera de estrenar calzoncillos nuevos que hacerlo con una de nuestras bandas fetiche preferidas, los barceloneses Gyoza.

La banda surge alrededor de octubre de 2014, tras una reunión entre Adrià Marva (voz, guitarra), Xavi Montferrer (guitarra) y Antonio Postius (batería), para explorar nuevas ideas, propuestas más personales que tuviera un nexo en común entre todo aquello de lo que abusan y disfrutan. Así es la música de los Gyoza v1.0: una amalgama repleta de influencias de diferentes estilos musicales entre el metal, el rock contemporáneo e incluso el hip hop. Finalmente, Àlex Fernández (bajo) se unió al recién creado proyecto y la banda pasó de trío cuarteto, optando finalmente por un sonido a medio camino entre la música indie y el stoner.

La banda se ha venido moviendo desde entonces tocado en varios shows locales, en la zona y alrededores de la Ciudad Condal, su ciudad natal. Su punto cúlmine les llegó en octubre de 2016, abriendo para los colosales Fu Manchu en su actuación que tuvo lugar el la Sala Razzmatazz 2.

Antonio Postius y Adrià Marva en la Sala Razzmatazz 2 abriendo para Fu Manchu (07/10/2016)

Los meses posteriores a dicha actuación los dedicaron a preparar el que sería su primer trabajo discográfico, Gyoza (2017), un trabajo potente, fresco y, por encima de todo, altamente adictivo. Ya os lo dijimos hace unos meses, pero permitid que insistamos:

Gyoza son cuatro monstruos de Barcelona a los cuales no les vamos a quitar el ojo de encima, pues tienen todos los números para llegar hasta donde a ellos les salga de los cojones. Así de claro.

Dicho y hecho, porque vergüenza no tendremos pero palabra, mucha. Ellos son los elegidos para inaugurar la sección «En la carretera con…» que, básicamente se trata de un diario de ruta en el cual el cuarteto nos explicará cualquier cosa que se les pase por la cabeza durante estos próximos días que se «irán a hacer las Españas», aún con la baja de su batería, pues el Sr. Positus está enfrascado en una extensa gira de Mourn, su otra bandaEn su lugar girará con ellos Mauro, batería de la banda The Crab Apples.

Así que ya lo sabéis. Si estáis por la zona, no os perdáis el potente directo de Gyoza, y sí queréis saber cómo ha sido la experiencia para la banda, no dejéis de leernos…

 

Rubén de Haro
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Tipo peculiar y entrañable criado a medio camino entre Seattle, Sunset Boulevard y las zonas más húmedas de Louisiana. Si coges un mapa, y si cuentas con ciertos conocimientos matemáticos, verás que el resultado es una zona indeterminada entre los estados de Wyoming, South Dakota y Nebraska. Una zona que, por cierto, no he visitado jamás en la vida. No soy nada de fiar y, aunque me gusta “casi todo lo rock/metal”, prefiero las Vans antes que las J'hayber.