Def Leppard – High ‘n’ Dry: 40 años del final de la trilogía de oro

Ficha técnica

Publicado el 11 de julio de 1981
Discográfica: Mercury Records / Vertigo Records
 
Componentes:
Joe Elliott - Voz
Pete Willis - Guitarra, coros
Steve Clark - Guitarra, coros
Rick Savage - Bajo, coros
Rick Allen - Batería, coros

Temas

1. Let It Go (4:43)
2. Another Hit and Run (4:59)
3. High ’n’ Dry (Saturday Night) (3:27)
4. Bringin’ On the Heartbreak (4:34)
5. Switch 625 (3:03)
6. You Got Me Runnin’ (4:23)
7. Lady Strange (4:39)
8. On Through the Night (5:06)
9. Mirror, Mirror (Look Into My Eyes) (4:08)
10. No No No (3:13)

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Siempre he sido reacio a prestar mis vinilos o compactos a cualquiera de mi círculo de amistades, principalmente porque no tengo la certeza de cuando y, sobre todo, como me serán devueltos. Si acaso, prefiero grabarlos en el soporte adecuado, adjuntando los créditos pertinentes y sin pedir remuneración económica. Actualmente es difícil que me encuentre ante esta disyuntiva, pero en mi lejana etapa juvenil, privada de plataformas de promoción como YouTube, Bandcamp o Spotify, el intercambio de material fonográfico era el pan de cada día si querías estar medianamente informado de la música que desconocías. Así, gracias a uno de estos generosos trueques, descubrí a Def Leppard, consiguiendo, temporalmente pero de golpe, su crucial trilogía inicial. Reconozco que lo primero que captó mi atención fue el nombre de la formación, ya que durante mi infancia había tenido una gran devoción por el reino animal y, por tanto, en mi nueva entusiasta afición sentía una particular debilidad por las bandas con este tipo de denominación (Scorpions, Whitesnake, Eagles o, más tarde, The Black Crowes, por poner sólo cuatro ejemplos).

Ahora mismo, no recuerdo exactamente por cuál de los tres álbumes empecé. Seguramente por el notable Pyromania (1983), porque en ese momento era el disco del que la mayoría de la tribu hablaba. Lo que sí tengo claro, tras repasarlos reiteradamente, es que recomiendo escucharlos en su correspondiente orden de publicación, ya que de esta manera el oyente verifica la gradual evolución artística del grupo. Aunque en este análisis auditivo habría que añadir su cuarto plástico, el impecable y descomunal Hysteria (1987), considerado por muchos (entre los que me incluyo) como su cenit creativo. Desde entonces, por diversas razones de diferente índole, sus posteriores trabajos han pecado de ser demasiado irregulares.

Centrándome en su segundo largo, High ‘n’ Dry (1981), del cual hoy conmemoramos el 40º Aniversario, me gustaría destacar dos relevantes y muy evidentes mejorías respecto a su antecesor. La más patente a simple vista es la acorde elección de la portada, elaborada por el ingenioso colectivo de grafismo Hipgnosis, a partir de un descarte para Pink Floyd. La imagen de un hombre tirándose a la piscina flanqueado por varias caras expectantes encajaba perfectamente con el interés que rodeaba a la continuación del aplaudido debut del conjunto. Para rematar la jugada, el citado estudio de diseño se encargó de retocar atinadamente el logotipo de los chicos de Sheffield. El otro punto que representó un logrado paso adelante fue la participación del afamado productor Robert John «Mutt» Lange, controlando los mandos que había gestionado el “Coronel” Tom Allon en el seminal On Through the Night (1980), puliendo las manifiestas influencias (AC/DC, Thin Lizzy o Mott the Hoople) del quinteto y sentando los cimientos de su distintivo sonido.

Por supuesto, las canciones revelan acrecentada inspiración, con un nivel global bastante parejo, y las interpretaciones del vocalista Joe Elliott, de la base rítmica conducida por Rick Savage y Rick Allen y, especialmente, de la dupla guitarrística compuesta por Steve Clark y Pete Willis destilan energía, solvencia y calidad a raudales.

De High ‘n’ Dry se lanzaron la directa «Let It Go» y la semi-balada “Bringin’ On the Heartbreak» (esta última fue remezclada y reeditada en 1984) como obvias cartas de presentación, pero si de mí hubiera dependido, «Another Hit and Run» y «Mirror, Mirror (Look into My Eyes)» tendrían que haber sido las escogidas, ya que son las piezas más redondas de esta primordial obra de hard rock melódico.

Por cierto, ¿alguien quiere una copia?