Canciones perfectas: «Free Bird» de Lynyrd Skynyrd

Era una canción lenta y demasiado corta. Ronnie nos dijo que debíamos alargarla porque no teníamos material suficiente y no queríamos repetir las canciones. Cada noche que salíamos a tocar la canción se hacía un poco más larga, pero Ronnie insistía en que tenía que ser más larga todavía. Ya estábamos en los 10 minutos de duración.” (Gary Rossignton guitarrista de Lynyrd Skynyrd)

Para el gran público la canción más grande de Lynyrd Skynyrd y del rock sureño en general ha sido y será siempre “Sweet Home Alabama”, todo un himno inmortal e imperecedero que se canta generación tras generación. Pero tampoco hace falta indagar mucho para ver que la mejor canción del repertorio de los de sureños es “Free Bird”. Y hay decenas de grandes canciones e incluso de obras maestras en su haber, pero “Free Bird” es la definición más absoluta que hay en el estilo. Ellos junto a los Allman Brothers son lo más representativo esta vertiente del rock, además de otras muchísimas bandas y músicos a lo que tanto les debemos, pero tocaba rendirnos a la canción de canciones: “Free Bird”, la que lo define todo, mil veces imitada y nunca superada. Muchos críticos y entendidos en la materia también consideran que el final de la composición con tres guitarras es una de las demostraciones más bellas jamás creadas y tocadas. No puedo estar más de acuerdo.

El contexto histórico

Lynyrd Skynyrd salieron de los pantanos de Florida a principios de los 70 y tomaron e nombre de un profesor de gimnasia que les tenía fritos. El cambio de las vocales a “Y” es porque ese señor Skinerd les demandó, supuestamente, por utilizar ese nombre. Que en los Simpson den al director el apellido Skinner es, muy probablemente por este famoso profe a la vez que se alude a uno de los más grandes conductistas del mundo de la filosofía. El tema aparecerá en su primer disco cerrando un disco que es una obra maestra. El grupo llevaba años ya de rodaje tocando en bares de su zona. Iban con tres guitarras, una tremenda base rítmica, teclado y la voz de Van Zant. Siete componentes que harían historia. Qué lástima que no les vayamos a ver en el Rock Fest.

En los Lynyrd había una dualidad asombrosa en su sonido y algo contradictorio en el todo: Eran paletos sureños armados con banderas confederadas tocando con increíble maestría los viejos sonidos de los negros. Durante muchísimos lustros se ha asociado a este grupo con rednecks (paletos y white trash-basura blanca-) aunque afortunadamente han trascendido la etiqueta con los años y hay fans de todos los pelajes. Tocará un día hablar de “Sweet Home Alabama” y entenderéis muchas cosas… En aquellos tiempos el Sur de los Estados Unidos había quedado marginado por la industria discográfica y son los Allman Brothers los que recuperan el orgullo perdido. Las letras se basan en reivindicar las coordenadas sureñas. El rock sureño se arma del gospel con su sentimiento de unidad y fuerza, toma las guitarras del blues, del country el sentimentalismo y el soul le proporciona vitalidad. Todo desemboca con largas jams instrumentales y el símbolo de la triple guitarra. No era una pose o un truco visual de directo, las tres guitarras tenían protagonismo, y cuando las escuchas, ves que son todas audibles. Se inspiraban en el blues, el country pero también en los consolidadísimos The Who. A diferencia de sus compañeros-rivales Allman Brothers los  Skynyrd se zambullían en el blues mientras que los otros optaban más por el hippie jazz.

La película Easy Rider de 1969 mostraba el Sur como un territorio comanche y violento en el que los bichos raros como los hippies podían ser cosidos a balazos. Sureños como Janis Joplin ya no tenían que emigrar en los 70 para buscarse un futuro musical próspero, y si lo hacían, veían que el sueño californiano no daba para tanto. Volvían a sus hogares y creando una escena propia y floreciente. Tengamos también claro que el ácido y el alcohol corrían a mansalva por esa escena. En el fondo es “Free Bird” es la canción que les pone en el mapa y la que les entra en las listas, pero ese primer disco es oro puro.

La letra y la música

Como decíamos, en 1969 había aparecido la película de Dennis Hopper y Peter Fonda Easy Rider, un canto a la libertad rompedor y otro clavo más al Hollywood antiguo. La nueva generación de cineastas se abría paso y ese icono con banda sonora, tan o más importante que la película en si misma, abrió nuevos horizontes. Ese mismo canto a la, libertad, a ese volar libre, se le asocia el homenaje a la muerte de uno de los líderes de la más grande banda de rock sureño. La canción está dedicada al genial guitarrista Duane Allman de los Allman Brothers. Murió en accidente de moto justo (casi) en el miso sitio que Berry Oakley, otro miembro de los Allman que también murió en accidente de moto. Cuando los Skynyrd la tocan en el programa The Grey Old Whistle Test Van Zant la dedica precisamente a Oakley.

Una de las claves para que dicha canción fructificara fue cuando el grupo vio que su roadie Billy Powell tenía unos dotes como teclista que les habían pasado desapercibidos al resto del grupo. Cuando el grupo vio que el chico les tocaba la intro de este mismo tema decidieron ficharlo para la banda. Se divide en dos partes muy diferenciadas y claras. La primera es una especie de balada a piano acompañada por una guitarra haciendo slide. Es sencillamente una preciosa combinación. Son los maravillosos preliminares para el orgasmo final en el que las guitarras se desbocan cuando se rompe la canción.

La canción versa sobre la libertad de hacer lo que uno le plazca, y el hecho de volar, dentro de la simbología de Freud, simboliza el sexo, por lo que un poco habría entonces una doble lectura. ¿Si mañana me fuera de aquí me recordarías, nena? Hay muchos sitios que tengo que ver. Pero si me quedase no podría ser lo mismo que hasta ahora, porque yo soy un pájaro libre”. También hay la figura del señor: “él lo sabe”, por lo que hay una actitud paternalista ligada a los patrones puritanos, pero a pesar de ellos el chico quiere hacer la suya, volar libre. También en la letra se especifica que se siente culpable de ello, por lo que es un poco idealizar la figura del músico ligón de empedernida promiscuidad. Las cosas no pueden volver a ser iguales para los dos protagonistas de la canción y el chico pide ayuda a Dios al final para luego pasar a la orgía de guitarras.

«If I leave here tomorrow
Would you still remember me?
For I must be traveling on, now
Cause there’s too many places I’ve got to see
But, if I stayed here with you, girl
Things just couldn’t be the same
Cause I’m as free as a bird now
And this bird you can not change
Oh, oh, oh, oh, oh
And this bird you can not change
And this bird you can not change
Lord knows, I can’t change

Bye, bye, baby, it’s been a sweet love
Though this feeling I can’t change
But please don’t take it so badly
Cause Lord knows I’m to blame
But, if I stayed here with you, girl
Things just couldn’t be the same
Cause I’m as free as a bird now
And this bird you’ll never change
Oh, oh, oh, oh, oh
And this bird you can not change
And this bird you can not change
Lord knows, I can’t change
Lord help me, I can’t change
Lord, I can’t change
Won’t you fly high, free bird, yeah.»

Veredicto

Cuando salió a la venta el Rock Band III, cuando terminabas el juego, se te preguntaba hasta tres veces si querías realmente tocar el “Free Bird” ya que era una especie de “monstruo final”. Le daban el estatus de la más grande y emblemática canción de guitarra eléctrica. Lo que ahora es una de las cimas de las cuerdas de acero, curiosamente, en sus primeros conciertos cuando la probaban, el tema era una baladita más que tampoco despertaba grandes pasiones entre su público. Fue Allen Collins quien decidió meterle algo de caña, electrificarla para llegar a un éxtasis guitarrero, nunca visto, y desde entonces, mil veces imitado. El “Fall of the Peacemakers” de Molly Hacthet es por ejemplo su “Free Bird” particular y este grupo suele tocar incluso “Free Bird” muchas veces. Hay que reconocerle especialmente a Al Kooper sus tareas de producción, pero también el hecho de que nos descubriera a los Lynyrd Skynyrd. Esta canción seguirá sonando por los siglos de los siglos y es el “Stairway to Heaven” del rock sureño.

Jordi Tàrrega
Sobre Jordi Tàrrega 1368 Artículos
Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.